Borrar
Imágenes de la primera campaña publicitaria de Gas.
«La ropa no es para un rato, debe usarse mucho»

«La ropa no es para un rato, debe usarse mucho»

Gas, una de las marcas que reina en el denim, cumple 30 años. Su creador, Claudio Grotto, lo celebra con varias aperturas en España

LUIS GÓMEZ

Domingo, 12 de octubre 2014, 10:40

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Presidente y fundador de Gas, es uno de los grandes 'capos' de la moda juvenil mundial, aunque tiene más pinta de agricultor del Véneto. De hecho, Claudio Grotto (Piovene Rocchette, 1948) compara la fabricación de ropa con la elaboración de un buen jamón o vino. «La moda es evolución, no revolución. Hay que dejarla madurar», comenta en una entrevista concedida en Bilbao. El éxito de su etiqueta avanza a todo gas en más de 50 países.

Empezó a trabajar en la pequeña mercería de sus padres...

Antes estuve de relaciones públicas en una discoteca. Eran finales de los sesenta, los años de la contracultura juvenil y de iconos como los Rolling Stones, Marlon Brando, James Dean... Yo llevaba la representación de varias bandas de música. No había ropa en el mercado que pudiera vestir aquel mundo tan cambiante. Tampoco se vendían vaqueros en Italia. Solo había Levi's de importación. Eran modelos muy andróginos que no tenían la cultura de la estética italiana.

¿Y?

Me puse a buscar soluciones. Ansiaba prendas que simbolizaran un estilo de vida diferente. Empecé con modelos sastre, porque quería patentar algo más que denim. Buscaba un 'life-style', un saber vestir.

¿Qué aprendió del negocio familiar?

La cercanía con la gente, ¡el diálogo! Supe entender qué querían y necesitaban los clientes. Papá llevaba un comercio de ferretería y fornituras y mamá, otro de ropa. Pero antes de lanzarme me fui a Alemania.

¿A qué?

Era malo en los estudios y pagaban en marcos. Quería ganar dinero. Aprendí a hablar en alemán porque mi sueño era venderles jeans a los germanos. En el 77 les exporté mis primeros 'denim'. Tenía sólo cuatro clientes.

Transformó ropa de trabajo robusta y resistente...

¡En un 'must' de moda con un gran contenido de estilo!

Un comienzo no muy 'cool'.

Di valor al concepto del trabajo. La ropa no solo debe ser moda, porque las tendencias son efímeras.

Vendió rebeldía...

Y anticonformismo. El denim parece simple, pero encierra contenido. El valor de las prendas radica en usarlas mucho tiempo. La ropa no es para un rato. Cuando tiras algo de Gas a la basura es porque te has cansado o aburrido de ello. La moda es evolución, no revolución. Hacemos prendas con vida larga y con vocación de que perduren en el tiempo. Ropa contemporánea, pero capaz de superar las modas del momento.

Grotto recuerda que en 1988 realizó las primeras ventas en España. Venía en coche desde Italia. «¡El avión costaba muchísimo y además no había entonces tantos vuelos como ahora!». Llegaba con el muestrario bajo el brazo. Traía una colección muy pequeña de camisetas, pantalones... Hoy cubre el «look total»: calzado, complementos, ropa íntima... Para adultos y niños. Se recorría todo la cornisa cantábrica en busca de clientes: Bilbao, San Sebastián, A Coruña... Aún mantiene relación con muchos de aquellos comerciantes.

«La familia no evoluciona»

Pese a la crisis, Gas sigue creciendo. Ha compensado las caídas de los mercados europeos con avances espectaculares en India y China, por encima del 40%. Grotto controla todos los resortes de la empresa, desde la distribución y producción a la comunicación. Cuenta con el apoyo de dos hermanos y ha fichado a un administrador delegado «joven» para reorganizar la compañía «porque la familia se cansa... O no evoluciona», confiesa. «Necesitamos insertar mentalidad más joven con capacidad de gestión. Queremos gente que les guste lo que hacen, si no, no hacen falta que vengan a este proyecto», subraya.

Es con esta impronta como ha convertido un taller artesanal de Vicenza, un pequeño pueblito del noreste de Italia, en una marca global que tiene como embajador al piloto de motos Marc Márquez. «En mi pueblo, Chiuppano, somos 2.000 habitantes. Casi todos trabajan de manera directa o indirecta para Gas. Cuando vuelvo a casa, regreso al origen». Sin embargo, viajar a todas horas le permite mantener los ojos bien abiertos y encontrar «más oportunidades» para salir del atolladero actual. Me gusta hablar más de soluciones que de problemas».

¿No corre el riesgo de perder el control e identidad expansionándose a través de tantas franquicias?

Nuestro franquiciado respeta los valores de la marca y sabe que se juega su dinero con una inversión a largo término. De por vida, en definitiva. No es una broma.

Hasta veinte aperturas tiene previstas en España. ¿No le preocupa que el país esté tan mal como Italia, con unas ventas pobrísimas?

Italia, España, Grecia, Portugal, Francia... Alemania incluso. Están en declive, pero en ninguno hemos sufrido caídas estrepitosas. Este año esperamos crecer un 10% en el mundo. No le llamo ni crecimiento de lo pequeño que es. Nos hemos preparado para la crisis y entendido que el mercado nunca más volverá a ser lo que fue. Hemos reducido nuestra colección y congelado precios.

¿Hay moda más allá de Valentino, Dolce&Gabbana y Armani?

Esas marcas marcan la pauta del lujo y una tendencia de moda, pero nosotros somos más marca de consumo.

¿Firmas como la suya no corren el riesgo de quedarse en tierra de nadie, entre el lujo y el low-cost?

Somos un lujo accesible. Nuestra empresa cada vez es más similar al negocio de comida. Estamos obligados a explicar el origen de nuestro producto. Cómo nace, cómo se hace, cómo se crea. Igual que cuando se explica la procedencia de un buen jamón, y se especifica de qué animal viene, dónde está criado, qué cultivos pisa... Es muy fácil pedir una pizza, pero la auténtica es muy diferente. Con los jeans pasa lo mismo. No deja de ser fácil hacerlos, pero debemos explicar que hay quien vende vaqueros a 7, 8 ó 10 euros y los nuestros valen 90 ó 100. ¿Estamos robando a alguien? No. Tenemos argumentos y razones para poder explicarlo.

¿Ha conseguido reclutar a sus hijos a la empresa?

Trabajan conmigo, aunque tenemos muchas discusiones. Mi hija Bárbara es la heredera de nuestros valores.

¿Piensa en ella como sucesora?

Dejarla ahora mismo sería un rol bastante pesado.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios