«La industria musical ya no necesita protección porque está desguazada»

Víctor Manuel cumple cinco décadas en los escenarios. A sus 66 años no piensa jubilarse, como su colega Miguel Ríos, aunque tampoco quiere convertirse en un cadáver musical. Con más de 500 canciones salidas de su puño y letra, el cantautor celebrará el cincuentenario con un concierto en el que participarán una docena de artistas, entre ellos su mujer, Ana Belén, y amigos de siempre, como Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina y Miguel Ríos. Sus seguidores están citados el 12 de septiembre en Oviedo para escuchar sus temas, algunos de las cuales, como 'Asturias', 'Solo pienso en ti' o 'Soy un corazón tendido al sol' son himnos que forman parte de la educación sentimental de muchos españoles. Habrá un disco y un DVD para recordar un evento que Víctor Manuel espera que transmita magia.

-De niño imitaba a Joselito.

-Sí, en la prehistoria. Me gustaba mucho, veía todas sus películas y me vestía incluso como él, con camisitas de rayas. Como tenía la cabeza grande, todo ayudaba. Pero cantaba mucho peor que Joselito.

-No quiso competir en Eurovisión. ¿Se negó por razones políticas o estéticas?

-Fue en 1970 y me negué desde el principio. Entonces, como ahora, me parecía atroz, por muchos fans que tenga y genere un sinfín de apuestas. La compañía discográfica me chantajeó y me propuso renovar el contrato con la condición de ir a Eurovisión. Dije que no y me tuve que marchar.

-¿Qué le indujo a componer una canción laudatoria de Franco?

-Tenía 16 años y aún no estaba politizado. Era una canción completamente estúpida de un chaval desinformado que quería hacer un disco de homenaje a personajes célebres españoles. Escribí una canción de Franco, otra de Picasso y ya lo dejé.

-Llegó a actuar con Julio Iglesias. ¿Qué tal se llevaba con él?

-En el 70 hicimos una gira juntos por Galicia. En internet circula la leyenda urbana de que era mi telonero, lo cual es incierto. Éramos muy diferentes, pero yo me llevaba muy bien con él y le sigo apreciando. Recuerdo que en uno de aquellos viajes que hacíamos por las carreteras gallegas Julio me dijo: «Víctor, cuando tenga 50 millones de pesetas lo dejo».

-En los noventa produjo dos películas de una artista tan distinta a usted como Isabel Pantoja.

-Produje 'Yo soy esa', con la que gané dinero, y 'El día que nací yo', con la que perdí todo. Quise rodar películas con Alejandro Sanz, Mecano y hasta con Butragueño. Pero el cine es un artefacto muy peligroso que en el 95% de los casos genera pérdidas. Financié once películas en muy poco tiempo y cuando ya ví que no podía perder más dinero dejé de hacerlo.

-¿Y se hizo amigo de Isabel Pantoja?

-Me llevé muy bien con ella durante el rodaje, y después mal.

-¿Qué ocurrió?

-Estaba rodeada de gente horrorosa; estoy hablando de Encarna Sánchez, que iba mucho a los rodajes. En una ocasión le dije a Isabel: «¿Sabes que esta mujer es muy mala?». «Sí, ya me lo han dicho», me contestó. En fin, Encarna Sánchez ya está muerta y no se debe insistir en el asunto.

-¿Qué opina del anteproyecto de ley de propiedad intelectual que pretende combatir la piratería?

-Esa ley es una mierda. Ya no hay nada que proteger porque en la industria musical está todo desguazado. La norma llega tarde muy tarde, y eso que los políticos llevan hablando de ella desde hace 15 años. Al principio se decía que la piratería era una leyenda urbana, cuando se vendían discos en el 'top manta' delante de la sede de Gobierno de la Comunidad de Madrid, en la Puerta del Sol. El fenómeno primero se cebó con la música, después le llegó el turno al cine y luego al libro. Aquí hay para todos.

-Entonces, ¿ya no hay solución?

-Este país es muy inculto y muy inmoral con la piratería, piensa que la cosa no hace daño a nadie. No hay un solo sindicato que haya alzado la voz contra ella, cuando en el sector de la música se han perdido 200.000 empleos. Si eso sucediera en la industria del automóvil, ¿qué pasaría?

-Usted formó parte de la junta directiva de la SGAE. ¿Reconoce haber cometido errores?

-Claro que se cometieron errores, en algunos de los cuales yo seguro que participé. Pero pasamos de recaudar 2.000 a 60.000 millones de pesetas, se modernizó la sociedad y se hizo mucha asistencia social.