Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Un ciudadano israelí recoge sus máscaras antigas. / Ahmad Gharabli (Afp)
Tensión en Israel ante la posible represalia siria
SITUACIÓN CRÍTICA

Tensión en Israel ante la posible represalia siria

Los ciudadanos se apresuran a recoger máscaras antigas mientras el Ejército despliega las baterías antimisiles Patriot

EFE

Jueves, 5 de septiembre 2013, 22:47

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El Gabinete de seguridad de Israel ha autorizado al Ejército a llamar a filas a un número limitado de soldados en la reserva ante el aumento de la tensión en la vecina Siria, han informado fuentes oficiales israelíes. Los reservistas serán llamados a presentarse en sus bases para llevar a cabo misiones específicas y no se trata de una convocatoria general de tropas. Los reservistas convocados pertenecen a unidades responsables de la defensa en la Fuerza Aérea y de la Comandancia de la Retaguardia, encargada de la protección civil en situación de conflicto, según el diario 'Haaretz'.

El ministro israelí de Defensa, Moshé Yaalón, ha manifestado que Israel se prepara para una posible respuesta de Siria o sus aliados en caso de sufrir un inminente ataque por parte de Estados Unidos. "Nos estamos preparando y planificando, pero no entrando en pánico", ha dicho Yaalón durante una conferencia de carácter económico celebrada en Tel Aviv. A juicio de Yaalón, "Oriente Próximo sufrirá de inestabilidad crónica en el futuro próximo. Sin embargo, nuestras fronteras son estables, pese a los incidentes ocasionales. Y nuestras respuestas dejan claras nuestras líneas rojas".

Por su parte, el exministro de Interior Eli Yishai, que preside el Subcomité de Preparación de la Retaguardia del Parlamento, ha declarado al Canal 2 de televisión israelí: "Parece que Estados Unidos va a hacer algo y no podemos permitirnos no estar preparados". Yishai ha presidido una reunión de dicho subcomité, convocado con carácter de urgencia para valorar la preparación del "frente interior" ante un posible ataque sirio. El Gabinete de seguridad, integrado por los seis ministros más importantes del Ejecutivo, ha aprobado también incrementar la defensa aérea en el norte del país.

Los israelíes se han apresurado a recoger máscaras antigas ante la creciente posibilidad de un ataque a Siria y el temor a una represalia por parte de Damasco contra su país, como la que lanzó Sadam Husein en la Guerra del Golfo.

Cerca de un centenar de israelíes se apiñaban esta mañana para renovar sus máscaras caducadas o obtener nuevas en el centro comercial Adar, uno de los dos puntos de recogida en Jerusalén. "No tengo miedo, pero hay que renovarlas ¿Por qué justo ahora? Ya sabes, uno escucha las noticias, hay mucho ruido, que si se va a liar en Siria ... Y yo tengo una familia", señala Rami Cohen, jubilado que espera paciente su turno con un número como los del supermercado.

Entre los israelíes, acostumbrados a alertas similares cada tantos años, se percibe más resignación y obediencia que nervios ante un ataque que muchos ven improbable. Por si acaso, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha insistido en que "no hay motivo para cambiar la rutina" y que "el Ejército está preparado para defenderse de cualquier amenaza y responder con fuerza a cualquier intento de dañar a los ciudadanos israelíes". Era su análisis tras reunirse con el Gabinete de Seguridad, un foro selecto de seis ministros de peso que trata sobre políticas de defensa.

El recuerdo de la Guerra del Golfo

Para Giulia Punturello, natural de Nápoles, todo esto es nuevo. Emigró a Israel hace apenas tres años y aún no había vivido tan de cerca la cultura de la protección inculcada en un país que ocupa Palestina desde hace casi medio siglo, ha librado varios guerras con sus vecinos árabes y sufrido decenas de atentados suicidas. "Salvo la gente haciendo cola, que es como Nápoles, esto no está en mi cultura", bromea Punturello, mientras sostiene con una mano una máscara caducada y con la otra a su hijo, ataviado con una kipá sobre la cabeza. Punturello explica que "hasta ayer no había pensado que fuese tan urgente" cambiar las máscaras, pero que le entró "un poco de miedo" y telefoneó al número de atención de protección de la población, que opera las 24 horas del día en hebreo, árabe, ruso, inglés, español, francés y amárico, y le sugirieron renovar la de uno de sus pequeños.

En Jerusalén, la inquietud no se circunscribe a los residentes judíos. En la cola se podían ver también familias palestinas, que suponen un tercio de la población y viven en la parte ocupada de la ciudad, la oriental. Una madre palestina que prefiere no dar su nombre asegura que si El-Asad ataca Israel, poco importa que Jerusalén Este sea palestina o albergue el tercer lugar más sagrado para el Islam, la Explanada de las Mezquitas. "Esto es una cosa más grande, internacional. Y, sí, venimos a por las máscaras, pero sabemos que puede caernos un misil. En realidad la muerte no está en nuestros manos", argumenta.

Tras una hora de espera, el encargado de la distribución pidió silencio y anunció que la entrega continuará en las oficinas de correos, lo que dio paso a un frenético 'sálvese quien pueda'. Varios se lanzaron a las grandes cajas de cartón donde se almacenaban las máscaras y cogían hasta seis o siete, sin darse cuenta de que algunas eran las caducadas que habían devuelto otros. "¿Llevo una hora esperando para que mi hijo tenga una máscara y ahora me toca irme con las manos vacías? Es una vergüenza", gritaba una mujer a los organizadores, que de repente prohibían filmar a los periodistas. A su lado, un hombre respondía: "Tienes razón, pero llevan un año insistiéndonos en que las cambiemos. No hicimos ni caso y ahora venimos todos a la vez". Israel Shriki, judío ultraortodoxo de 25 años, definía la situación con ironía: "El verdadero vencedor es El-Asad. Quería generar pánico y desde luego lo ha conseguido. Llego ahora sólo por el atasco enorme que se ha formado a la entrada del aparcamiento".

En las calles y cafeterías se escuchan estos días conversaciones sobre el posible ataque sirio, que la cúpula militar israelí ve improbable o, de producirse, ejecutado más bien por Hizbulá, su milicia libanesa aliada. La gente recuerda la Guerra del Golfo del 1991, cuando las máscaras estaban omnipresentes y el entonces presidente iraquí lanzó misiles Scud contra Israel para castigar al gran aliado de Washington en la región. Entonces no hubo ataques químicos pero si se produjeron víctimas mortales, la mayoría de ellas por el incorrecto uso de las máscaras o por ataques cardíacos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios