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El graffiti hace que impresionantes figuras cobren vida en distintos rincones. / Foto: J.L. Ladra / Video: Paula Acebo
El arte de graffitear
CULTURA URBANA

El arte de graffitear

Mario Suárez recorre en su libro 'Los nombres esenciales del arte urbano y el graffiti español' la vida del arte urbano español

SUSANA GARCÍA

Miércoles, 28 de septiembre 2011, 21:23

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A veces la sociedad lo considera vandalismo. Muchas de ellas tienen razón. Pero otras tantas se equivocan. Pintar en la calle puede tener sentido, pero eso, algunas personas no lo reconocen porque, simplemente, no lo ven.

El periodista Mario Suárez es el encargado de trasladar esas ideas del arte del graffiti o, como es llamado ahora, el arte urbano o 'street art', mediante la publicación de su libro 'Los nombres esenciales del arte urbano y el graffiti español'. El libro, que salió a la venta el 6 de septiembre, hace un extenso recorrido sobre los principales artistas del mundo graffitero desde sus inicios en España, situados en la década de los años 80, hasta la actualidad.

En la época de los años 60-70 este nuevo arte surgía en países como EEUU. Pero, ¿quién comenzó con toda esta serie de pintadas callejeras en España ? Se trata de Juan Carlos Argüello (1966-1995), más conocido como Muelle, ya que firmaba con ese apodo en forma de un muelle. Él fue el autor de la frase "Con nuestras pintadas le devolvemos a la ciudad parte del oxígeno que le roban los fabricantes de spray". Muelle surgió de la nada, fue "el pionero de la corriente de los autóctonos o flecheros", explica Suárez. Y esa denominación es porque su firma culminaba con una flecha, por lo que se les denomina de esa manera a los siguientes graffiteros influidos por Muelle. Él comenzó en esa época dominada por la movida madrileña y era cercano a la música punk. Este movimiento, como dice Suárez, va de la mano de música como "el rap, el hip hop, el skate o el punk". Suárez comenta una anécdota, y es que "hubo gente que se pensaba que, a causa de sus pintadas, pertenecía a una banda de narcotraficantes". Pero mucho se equivocaban, pues era el iniciador de un nuevo arte que dominaría España por lo menos, los siguientes 30 años.

"No hay diferentes corrientes, sino diferentes formas de expresar el arte", afirma el periodista. "Lo que cambia es el escenario, es decir, las fachadas, los muros, las esculturas, etc".

Por ejemplo en Brasil utilizan las favelas (asentamientos precarios dentro o alrededor de las grandes ciudades)", comenta. Por tanto, esa es la única diferencia entre los graffitis de diversos países, el lienzo en el que están pintados.

Los inicios del actual arte urbano se caracterizan por estar marcados con un mensaje político y social. Eran una manera de reivindicación contra ese sistema del que sus padres eran contrarios. Hoy en día, aunque el graffiti primario haya evolucionado hacia un dibujo, una sensación, un símbolo, también encontramos paredes en las que destacan esas frases o, simplemente palabras que denuncian el contexto actual. Suárez aclara que al principio se denominaba graffiti, pero su evolución lo sitúa ahora en el término arte urbano.

Uno de los aspectos en los que se demuestra que es un arte y no se trata solo de ensuciar las calles de las ciudades es que en la pasada noche en blanco de Madrid, el Ayuntamiento de la capital contrató a estos nuevos artistas para hacer un show para que así la gente disfrutara con su pintura. El madrileño Suso33, pionero de la era postgraffiti, tuvo el honor de representar la noche en blanco española en Europa.

Los graffitis en nombres

Algunos de los graffiteros más consagrados, aparte de exponer su obra en diferentes barrios como el de Malasaña en Madrid, caracterizado por sus graffitis, acuden a galerías para vender algunas de sus obras. La más importante fue en la galería Tate Modern de Londres en el año 2008. Esta fue la primera exposición dedicada al arte urbano a nivel mundial y él fue el único español que estuvo en ella. A otros como Spok o Eltono les invitaron a decorar las fachadas de su alrededor.

A parte de la gran exposición, sus pinturas han recorrido muestras en Lima (Perú), Londres, Madrid y Barcelona. En 1998, Sixeart montó su propio taller para poder pintar libremente. A través de su obra, caracterizada por un estilo infantil y dividida en tres partes: 'Niños malos con flequillo', 'Circuitos' y 'Animales mutantes', expresa sus vivencias, preocupaciones por la evolución, melancolía urbana, etc. En la calle Barco, situada en el centro de Madrid se puede disfrutar de una de sus obras que ocupa los tres pisos de la fachada de un edificio.

Otro de los más conocidos en nuestro país es Eltono, quien ha plasmado también sus diseños en camisetas, bolsos, suelos, puertas e incluso sillines de moto. "Empecé a pintar graffiti por la calle en 1989 cuando vivía en la afueras de París porque me fascinaban las pintadas que veía por la vía de tren entre mi ciudad y el centro de la capital francesa. Se repetían los mismos nombres muchísimas veces en todas las paredes a lo largo de las vías y con unos estilos increíbles. Era fascinante", explica. Pero no fue hasta 1999, año en el que se mudó a Madrid, cuando su estilo "cambió radicalmente y decidí combinar mi formación artística (licenciatura en Artes Plásticas en la universidad París y dos años en Bellas Artes en la universidad Complutense de Madrid) con mi pasión por pintar en la calle. Desde entonces dejé de pintar mi nombre por la calle y mi obra evolucionó hasta las piezas abstractas y geométricas que me caracterizan hoy en día", comenta.

Admite que su obra más importante son las dos fachadas que pintó esta primavera en Varsovia (Polonia). "Fue mucho trabajo, mucho rigor y precisión a la vez de una experiencia increíble", explica el artista. Las dimensiones de sus obras oscilan entre 50cm x 50cm hasta 50m x 26m. Aunque son unas dimensiones importantes, admite que "pintar no cuesta dinero".

Comienzo por imitación

El madrileño Spok empezó a pintar en el verano del 8 9 con tan sólo once años y con una simple excusa, la de la imitación. "En aquella época todos los niños jugábamos en la calle y había un juego relativamente nuevo que se llamaba graffiti y que todos los mayores hacían, así que no hice más que imitar lo que veía". Él, junto a los ya nombrados, fue uno de los que estuvieron en los alrededores del museo Tate Modern y piensa que "siempre está bien trabajar con instituciones de renombre" para que la gente lo admire más. De allí guarda una anécdota muy curiosa, "la insistencia con la que muchas personas que pasaban me preguntaban si yo era el mítico graffitero Banksi". Con más de 2.000 fachadas pintadas de realistas pinturas, incluyendo verjas de tiendas, Spok cree que al mundo del graffiti "Le falta volver a ser una novedad, ya está bastante digerido por el público".

En el lado no tan conocido está Keru. Este madrileño de 26 años pintó su primer graffiti en el 2000, aunque años antes ya se había encargado de decorar las mesas y sillas de su colegio. Pasó de pintar un vagón de metro, por el que fue multado, a decorar verjas de comercios por encargo, de las que se suele sacar unos 200 euros.

Su inicial firma era Shocker, como el personaje de Marvel, pero después decidió acortarlo a Kher. Como otro de sus colegas firmaba así, decidió quitarle la h y agregar una u, lo que en portugués significa querer. "Hay tantos tipos de graffitis como tipos de personas"; afirma. Aunque ve difícil ser "reconocido como graffitero y exponer en galerías de arte" le gustaría vivir de ello. Y gracias a sus pinturas y a que trabajó de diseñador de bordado, ahora cuenta con una marca de ropa, ScarfaceK, en la que sale unos de los muñecos que más ha pintado por mas paredes de Madrid.

Pero no solo existen las pintadas como arte urbano. Si paseamos por la plaza de Callao en Madrid, se pueden admirar unas máscaras de cemento que sobresalen de las paredes.

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