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Los pequeños socorristas con su entrenadora, María José Báez. :: HOY
ADA cierra la primera temporada de sus pequeños socorristas

ADA cierra la primera temporada de sus pequeños socorristas

Jóvenes nadadores moralos se estrenan en pruebas de salvamento y socorrismo

MAM

Martes, 2 de mayo 2017, 09:22

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'Paco', el maniquí de salvamento de la Asociación Deportiva Acuática, ha tenido esta temporada más trabajo de lo habitual. Por primera vez en la historia de la natación morala, un grupo de benjamines, alevines, infantiles y junior ha participado en pruebas de la Federación de Salvamento y Socorrismo: Mérida, Miajadas, Cáceres y Don Benito. Tienen de 6 a 16 años, los resultados no han sido malos y han hecho buenos tiempos, pero lo más importante, «como siempre en el deporte», es la convivencia que ha propiciado, según se apunta desde ADA.

«La mayoría de los padres apuntamos a nuestros hijos a natación para que aprendan a nadar. Pero además de nadar, lo importante es que en este curso se lo han pasado en grande», comenta una madre.

El salvamento y socorrismo, añade el colectivo, es muy atractivo para los niños, «puesto que son conscientes de que Paco, el maniquí naranja, pretende parecer una persona con problemas en el agua, y desde la primera vez saben cómo hay que cogerlo, y porque las pruebas son muy divertidas y vistosas. Además, el hecho de que estas actividades se asocien al auxilio a los demás acaba aportando unos valores que hoy en día se pierden en otros deportes».

Las pruebas resultan muy llamativas, porque imitan las del propio salvamento profesional. Por ejemplo en la última cita, el campeonato en Don Benito del pasado día 23, nadaron 25 metros llevando al maniquí, 50 metros con aletas arrastrando al maniquí y relevos, en la que el muñeco va pasando de mano en mano hasta completar 50 metros entre cuatro nadadores.

«En las competiciones, además de conocer a niños de otros clubes, disfrutan mucho porque es una jornada de convivencia», explica María José Báez, la entrenadora del grupo. Además no es necesario que los niños sepan nadar especialmente bien. «Es suficiente con que tengan ganas de hacer algo diferente en la piscina, porque esto no es solo mero entrenamiento acuático. Hemos ido al gimnasio, hemos aprendido a hacer maniobras básicas de reanimación cardiopulmonar y hasta hemos llegado a disfrazar al muñeco en alguna ocasión. Además acaban aprendiendo otras destrezas asociadas al agua, como bucear, arrastrar maniquí o usar material como aletas o tubo de rescate».

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