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Mayores y pequeños aprenden a reconocer las plantas aromáticas y medicinales. :: mam
Romangordo se llena  de plantas y de olores

Romangordo se llena de plantas y de olores

La I Feria Aromas de Monfragüe muestra las posibilidades de un sector en auge en los entornos rurales

MIGUEL ÁNGEL MARCOS

Lunes, 3 de abril 2017, 08:52

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Romangordo. La Casa de los Aromas es un mirador privilegiado de Romangordo, ese pequeño pueblo del Campo Arañuelo, de poco más de 200 habitantes, que se ha empeñado en convertirse en referencia del turismo rural por las actuaciones que viene realizando su Ayuntamiento desde hace años en cuanto a la dotación de servicios y a la creación de nuevos alicientes para el visitante.

Desde esa Casa de los Aromas la vista nos lleva, al fondo, a la sierra de Miravete, coronada por el pico del mismo nombre. En medio queda una sucesión de lomas y pequeños valles, que atraviesa la autovía de Extremadura. También se divisan los tejados de algunas viviendas de la vecina Casas de Miravete.

En la propia Casa nuestra atención se divide entre la vista, por el cuidado jardín situado delante de los edificios, y el olfato, ante los olores que desprenden las plantas presentes, como melisa, lavanda, caléndula, hinojo y un largo etcétera. Son tan variadas y abundantes en la zona, Reserva de la Biosfera de Monfragüe, que ha llevado al Ayuntamiento a celebrar durante el fin de semana la I Muestra Aromas de Monfragüe, con el fin de dar a conocer esa riqueza natural y poner en valor las plantas aromáticas y medicinales como alternativas de futuro.

Así lo manifestó la alcaldesa, Rosario Cordero, al introducir la charla-coloquio programada en la mañana del sábado para presentar dos ejemplos de producción y comercialización de plantas y subproductos de las aromáticas y medicinales, El Jarpil, de Almería, y Alcarria Flora, de Guadalajara.

Opción económica

«Estas y otras experiencias demuestran que, aún con dificultades, las plantas son una opción real de actividad económica que puede contribuir a evitar la despoblación de nuestros pueblos», señaló Cordero. Después apuntó que la primera vez que tuvo conciencia de ello fue hace ya algunos años, cuando siendo presidenta de Arjabor, la Asociación para el Desarrollo del Campo Arañuelo, visitó la comarca italiana de la Umbría para conocer sobre el terreno alternativas al cultivo del tabaco. Allí se sorprendió por la existencia de 700 hectáreas dedicadas a las plantas aromáticas y medicinales y por los laboratorios e industrias situadas a su alrededor. Algo parecido le gustaría que se hiciera en esta zona de Extremadura, porque la materia prima está.

Al tiempo que los ponentes hablaban sobre Economía Verde, en el exterior de la Casa de los Aromas -que visitan cada año entre 2.000 y 2.200 personas, sobre todo escolares- un grupo de chavales y algunos padres y madres elaboraban saquitos aromáticos y velas de cera de abeja purificante, en uno de los talleres programados durante la muestra. Otros fueron de cosmética natural o de jardinería familiar.

Una veintena de expositores

Nada más salir de la Casa de los Aromas, en dirección al cuidado casco urbano, dos hileras de expositores acogían los productos relacionados con la temática de la muestra. Procedían de distintos puntos de Extremadura, como la sierra de Gata, Coria, Talayuela, Malpartida de Plasencia, Peraleda de la Mata, Serrejón, la vecina Higuera o el propio Romangordo, aunque también había de Madrid o Portugal.

Jabones, cremas hidratantes de distinta composición, variadas infusiones, ungüentos medicinales o sacos contra los dolores rivalizaban con la miel de los apicultores de la zona, quesos del entorno o las cervezas artesanales de Cerex.

Todo ello se completó, entre el viernes y el domingo, con una ruta etno-botánica guiada, con varias demostraciones de cocina en vivo, catas de vino y cerveza o varias ponencias más, alguna tan interesante como la elaboración de un botiquín natural.

Quizá la asistencia al conjunto de la muestra no haya sido la esperada, sobre todo por los expositores -al tener una 'competencia' tan dura como los cerezos en flor del Valle del Jerte- pero parece un buen arranque para insistir en años venideros ante las perspectivas que se abren.

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