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Antonio Martín (c.) consiguió cuatro medallas en el Campeonato de Europa en Cracovia, en 2014. :: CEDIDA
Un ejemplo sin límites

Un ejemplo sin límites

Afincado en Madrid, ha conseguido importantes éxitos en el mundo del atletismo, tras superar una enfermedad renal

JAVIER SÁNCHEZ

Lunes, 23 de enero 2017, 08:06

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Aunque hace ya años que salió de Extremadura, se siente de Trujillo «cien por cien». Afincado en Madrid, a lo largo de su trayectoria ha conseguido numerosas medallas en distintas pruebas de atletismo, tanto en campeonatos nacionales como en internacionales. Sin embargo, su mayor éxito en la vida ha sido la superación de una importante enfermedad renal. Se trata del trujillano Antonio Martín, trasplantado de riñón hasta en tres ocasiones. Este aficionado al Real Madrid de Baloncesto es un ejemplo en el mundo del deporte.

Reconoce que ha vivido situaciones muy complicadas. A pesar de ello, con el apoyo de su gente y, en su caso, gracias a esos valores que aporta el deporte, como la lucha, el sacrificio y el no rendirse, «se sale del bache». Tanto es así, que Martín, a sus 57 años, entrena duro para estar en las mejores condiciones para participar en los Campeonatos Mundiales de Trasplantados, que se celebrarán en Málaga del 25 de junio al 2 de julio. Su intención es representar a España en las modalidades de salto de altura, lanzamiento de peso y de jabalina, además de pádel y baloncesto 3x3.

Este trujillano, desde bien pequeño, ha estado ligado a la actividad deportiva. Con diez años, sus padres, comerciantes y ganaderos, le llevaron a un internado en Don Benito. «Allí, comenzó la chispa del deporte», sostiene. Comenzó a despuntar en baloncesto. Este hecho le permitió formar parte de diferentes equipos en su juventud, como pudo ser el CB Trujillo. Ese amor al deporte lo trasladó también a su profesión, convirtiéndose en profesor de Educación Física en Madrid.

Su primer gran revés llegó solo con 32 años. Le diagnosticaron esa enfermedad renal en un estado avanzado. «Al principio, me lo pusieron bastante malo», explica este deportista, que lo cuenta como si fuera ayer. No faltaron momentos de lágrimas y de lamentaciones. Poco a poco, fue viendo la luz en ese túnel. Necesitó un trasplante de riñón, que lo obtuvo de su padre.

En 2002 dejó de funcionar. Por tanto, tuvo que recibir diálisis durante cinco años. En ese momento, ya tenía claro que no quería el órgano de otra persona viva. «Podemos decir que somos afortunados, porque contamos con diálisis. Otras personas que necesitan un órgano no pueden decir lo mismo», explica.

Martín recibió el segundo riñón en 2006. Unos días después de ese trasplante, «tuve un dolor muy agudo y me tuvieron que llevar al quirófano». Cuenta que el rechazo fue tal que ese órgano había reventado. Un año después, por fin, recibió el tercero, hasta la actualidad. «Cuando tienes ganas de vivir y de estar con tu gente, la fuerza mental la saca todo el mundo para no hundirte», explica este ejemplo de superación.

Espíritu de lucha

Antonio Martín insiste en que el deporte le ha ayudado mucho. «Quizá, lo más sencillo era rendirse después de tantos palos, pero gracias a ese espíritu de lucha para no rendirse y con el apoyo de los míos, conseguí salir y disfrutar de la vida».

A pesar de esos 'escollos', este trujillano nunca abandonó la actividad deportiva, de una u otra forma, con mayor o menor intensidad. El atletismo lo descubrió a finales de los 90, a través de unas especie de Olimpiadas para trasplantados. Como no había baloncesto, decidió practicar las modalidades de salto de altura y de longitud. En 2001 consiguió ir al Campeonato del Mundo de Trasplantados en Japón, con medallas de oro y plata.

Esa actividad la tuvo que apartar durante unos años hasta que llegó ese tercer trasplante. A cambio, descubrió otros deportes, como el pilates. Ya recuperado y con las fuerzas restablecidas, retomó el atletismo. Además de los saltos, comenzó con los lanzamientos de jabalina, disco y peso. En 2011 participó en los Mundiales de Trasplantados en Suecia. «Era un reto para ver lo que podía hacer con tres trasplantes». Además, se cumplían diez años de las primeras medallas. El sabor de estos juegos fue agridulce, porque quedó cuarto en jabalina y en saltos de altura y de longitud.

Esos puestos fueron un revulsivo. A partir de ahí, comenzó a entrenar duro. «Hago atletismo casi semiprofesional». Los resultados no han podido ser mejores. Desde 2013 se ha subido a los podios en diferentes Campeonatos del Mundo y de Europa para trasplantados. También ha conseguidos grandes resultados en competiciones para veteranos, abiertas a todas las personas.

Uno de sus últimos premios lo recibió en la Gala del Deporte de Trujillo en 2016. Se trató de un reconocimiento en la categoría 'deporte sin barreras'. Sostiene que le emocionó que su población se acordase de él. Y es que no pierde su relación con su localidad natal. Mantiene a sus amigos y no falta, al menos, al Chíviri y en las fiestas patronales. Además, ha abierto conversaciones con los políticos para llevar el nombre de Trujillo en sus competiciones con una indumentaria.

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