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El desayuno romano en el IEs FRancisco de Orellana. :: CEDIDA
El instituto Francisco de Orellana lleva a cabo un desayuno romano

El instituto Francisco de Orellana lleva a cabo un desayuno romano

Se trata de un proyecto con el que se ha pretendido la implicación de todo tipo de alumnos

JAVIER SÁNCHEZ PABLOS

Domingo, 1 de mayo 2016, 09:38

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Con el buen tiempo, los centros educativos están llevando a cabo llamativas iniciativas. En esta ocasión, el turno ha sido para el IES Francisco de Orellana. Se puede decir que, durante unas horas, se ha trasladado a otros tiempos, a otras épocas. Como si se tratase de la máquina del tiempo, a través del Departamento de Clásicas, volvió a la época romana, para poner en marcha una propuesta novedosa. Se trató de un desayuno romano saludable, con participación de alumnos de Latín y Griego.

La docente Carmen Guerrero sostiene que esta idea surgió hace unos meses y poco a poco se ha ido perfilando. Recuerda que la intención era implicar a otros grupos que tienen poco contacto con el mundo clásico. Con ese objetivo, se ha contado con la colaboración de profesores de Ciencias Naturales y Ciencias Sociales. De este modo, con sus alumnos, se han trabajado aspectos como la vida diaria de un romano, la hora a la que se levantaba, así como su aseo personal y su vestimenta. Cómo no, también analizaron sus desayunos. A partir de ahí, establecieron las principales diferencias entre ambos estilos de vida. «Llegaron a la conclusión de que coincidimos en lo esencial y de que, aunque ha cambiado la elaboración de algunos alimentos, los nutrientes básicos son los mismos y casi siempre más saludables», explica la docente.

Hecho este trabajo, se puso en marcha la actividad principal del proyecto. Por tanto, alumnos participantes de Bachillerato se caracterizaron como auténticos romanos para reproducir ese desayuno. Carmen Guerrero explica que se puso un decorado en el patio del instituto con una gran mesa central para situar los alimentos con sus nombres latinos. Entre otros, hubo leche y derivados, pan, queso, aceite, miel, nueces y otros frutos secos. En esta ocasión, se introdujo vino con aguamiel, apta para todos los públicos.

Antes de servir el desayuno y degustarlo, los jóvenes que estudian Latín y Griego explicaron qué alimentos se iban a tomar y por qué. «Se dijo que no había ni cacao, ni azúcar, ni tomate con tostadas porque en época romana aún no se conocían». Este desayuno se ambientó con música grecolatina. Además, se puso a disposición de todos los asistentes recetas de la cocina romana, adaptadas a los gustos actuales.

Guerrero insiste en que lo que se ha pretendido es «ofrecer una escena lo más ajustada posible a los usos y costumbres de la Antigüedad Clásica, contando con los elementos que se nos han transmitido durante más de veinte siglos de Historia». También destaca que el objetivo último fue que los alumnos se implicasen en su proceso de aprendizaje.

La aceptación ha sido máxima, tanto por la implicación de los estudiantes, como la acogida de la comunidad educativa. Detalla que este hecho anima a los docentes a seguir trabajando en esa línea para afianzar contenidos y llevar a cabo experiencias tangibles. La idea es que se pueda repetir este tipo de desayunos y proyectos al año que viene, añade la docente.

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