De Madrid a Lisboa en bici abanderando la donación de médula ósea

Los tres valientes partían el pasado jueves desde Monesterio hasta Las Rozas (Madrid) con el único objetivo de abanderar la donación de médula ósea durante 770 kilómetros, enfundados en sus maillots, confeccionados para la ocasión con el lema ‘Dona médula, regala vida’.

Acompañados por el fisioterapeuta local, Sergio Villalba, y una autocaravana que les ha servido de vehículo de apoyo durante la prueba, los monesterienses han conseguido completar el recorrido de una de las carreras más duras a nivel nacional en un tiempo exacto de 41 horas 44 minutos y 19 segundos, quedando clasificados en décimo segundo lugar en categoría de tríos y en cuadragésimo sexto lugar de la clasificación general, con un colchón de casi 14 horas sobre las 55 que da la organización para finalizar el recorrido.

Haciendo relevos entre ellos en tramos de aproximadamente unos 80 kilómetros, el trío formado por Nico, Juan Luis y Carlos partía desde la capital española a las 12 de la mañana de este viernes, 22. Fue sobre las 5:15 de la madrugada del sábado al domingo (hora española) cuando el equipo denominado VM Automoción - Era ‘El Peñasco’ Monesterio, hacía su entrada por la línea de meta, ubicada en Lisboa, tachando de su lista de experiencias por vivir la participación en esta carrera, con una velocidad media de 18,4 kilómetros.

«Ha sido una experiencia muy diferente para nosotros», comenta a HOY Monesterio Nicolás Montero, ya más recuperado tras la prueba. «Es algo muy diferente a lo que nosotros estamos acostumbrados, ya que parte del recorrido fue de noche, algo no muy habitual en nuestras rutas, pero maravilloso», comenta Nico. «Recorrer esas callejuelas de Plasencia en plena noche subido a la bici y el apoyo y el calor de la gente al pasar por los pueblos es algo indescriptible», destaca.

Precisamente, el apoyo mostrado por los monesterienses a estos tres valientes ha sido también algo que les ha sorprendido. «No nos esperábamos tanta expectación, hubo gente que incluso siguió nuestro recorrido en directo durante toda la noche gracias a un gps que llevábamos en las bicis», dice Nico sorprendido.

Además, a su llegada a Monesterio la tarde del domingo, amigos, familiares y compañeros les recibieron con una merendola para finalizar de la mejor manera posible esta aventura, que seguro no será la última.