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Cuadro de Ánimas, de Alanís en la iglesia de Santa María. :: hoy
El retablo de Ánimas, de Vicente Alanís

El retablo de Ánimas, de Vicente Alanís

Se encuentra en la iglesia de Santa María y San Juan Bautista y fue un regalo de la duquesa de Osuna a la localidad

Celestino J. Vinagre

Martes, 31 de enero 2017, 07:36

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Doscientos veinticinco años después, Burguillos del Cerro recibe la certeza de que tiene entre su patrimonio artístico la obra de uno de los pintos clave del siglo XVIII. Hasta ahora, el retablo de Ánimas Benditas del Purgatorio, situado junto al altar mayor de la iglesia parroquial de Santa María de la Encina y San Juan Bautista, era de autor anónimo. Ahora ya se sabe que es del sevillano Vicente Alanís, considerado como uno de los referentes de la pintura barroca tardía en su transición a la academicista.

La catalogación del lienzo ha sido un empeño de Antonio Surribas Parra, autor del blog Burguillos y su historia. La paternidad del cuadro le ha sido confirmada por el catedrático Enrique Valdivieso, máximo experto mundial en pintura de Velázquez, Zurbarán y Murillo, y por el profesor y doctor en Historia del Arte Álvaro Cabezas, de la Universidad de Sevilla, considerado como el mejor conocedor den la obra de Alanís. Cabezas estuvo en Burguillos el día 8 de este mes. «Se trata de una maravillosa noticia para la cultura en Extremadura», relata satisfecho Surribas al diario HOY.

El retablo de Ánimas fue un regalo de la duquesa de Osuna, y señora de la villa de Burguillos, según averiguó Surribas, a la parroquia burguillana con motivo de su consagración en 1795. Pero se desconocía su autor.

Currículo

Surribas, bautizado en esta iglesia, inició recientemente el trabajo para intentar determinar quién fue el pintor que lo realizó y para eso contactó con Cabezas y Valdivieso. Los dos han determinado que el retablo de Ánimas que se encuentra en Burguillos es de Vicente Alanís Espinosa, es una de las figuras más importantes del panorama artístico sevillano de fines del siglo XVIII.

Se le describe como el mejor representante de la pintura del último periodo barroco. A él se le deben los conjuntos pictóricos sevillanos de las parroquias de San Nicolás y San Jacinto, así como los lienzos que adornaban la fachada de las Casas Consistoriales y la Puerta de Triana, con motivo de la visita del rey Carlos IV a Sevilla en 1796.

Un lienzo similar al que está en Burguillos se encuentra en la iglesia de La Consolación del pueblo sevillano de Umbrete, donado también por la duquesa de Osuna, muy famosa en la corte madrileña de su época. La aristócrata fue mecenas de Goya, al que le encargó varios retratos personales y familiares, así como la serie de grabados Los caprichos.

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