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Los kayaks inundan Alqueva

Los kayaks inundan Alqueva

Las instituciones pretenden fomentar este espacio como destino turístico uniendo cultura, naturaleza y deporte

miguel veríssimo

Sábado, 13 de septiembre 2014, 19:02

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España a una orilla, Portugal a la otra. Al frente una vasta extensión de agua, una escasa corriente y las colosales ruinas del vetusto Puente Ajuda. En el camino, los restos de las viviendas, árboles y rocas que quedaron anegados por la mano del hombre. Doce kilómetros de travesía entre lucios, barbos y carpas cuyas escamas refulgían bajo el sol del mediodía.

Palada a palada, 150 piragüistas completaron ayer el recorrido del tercer descenso de Alqueva. Entre el heterogéneo grupo de participantes se contaron familias, amigos y compañeros de trabajo; duchos con los remos o recién iniciados en la materia.

«El recorrido ha sido precioso, para repetir». Las montijanas Kati Rodríguez y Alma Sanguino fueron de las primeras participantes en completar el trayecto. «Pensábamos que iba a ser más duro», aseguraban recién apeadas del kayak, justo antes de confesar que ya habían tomado algún curso de piragüismo con anterioridad.

Para Maripaz Lozano, en cambio, la de ayer fue su primera experiencia con los remos. «Nos ha costado un poco coordinarnos al principio», confesaba tras el primer parón del día. Como ella, los más inexpertos descubrieron que la coordinación entre los dos integrantes del kayak es imprescindible. «Hay que estar compenetrado con la pareja y mantener un ritmo constante. Tienen que remar sin prisa, son doce kilómetros de trayecto», explicaba desde la lancha de seguimiento de la prueba José Antonio Carrasco, uno de los coordinadores del descenso.

Emilio Cayero padre y Emilio Cayero hijo, participaron por vez primera en una prueba de piragüismo. Pese a encallar, consiguieron completar la primera parte del recorrido, corriente arriba. Sus familiares, los emeritenses Fran y Guadalupe Muñoz, tuvieron menos problemas. «Ya habíamos cogido el kayak alguna vez, así que teníamos indicaciones», comentaba Guadalupe.

Promoción turística

«Alqueva está de moda». Lo decía tras bajarse de la zodiac de la organización José Antonio Carrasco. Para esta tercera edición del descenso de Alqueva se superaron las 400 inscripciones, sobrepasando por mucho las expectativas de una organización que tuvo que limitar la participación a 75 embarcaciones. «El número de solicitudes ha ido creciendo año tras año», constataba.

La mezcla de deporte, naturaleza y cultura transfronteriza constituye la apuesta institucional para esta renovada zona. El puerto deportivo de Villarreal -lugar de finalización del descenso- junto con las instalaciones de deportes acuáticos ubicadas a uno y otro lado de la frontera, son el reclamo turístico para buena parte de los más de 80 kilómetros de extensión de Alqueva. «No solo es el kayak. Esta zona ofrece la posibilidad de practicar deportes como la vela, hidropedales, esquí acuático o incluso deportes de tierra», afirmaba Carrasco.

Al deporte, se le une el privilegio del entorno natural y cultural. Desde el agua se observa a las aves cruzar de un lado a otro de la frontera sin necesidad de pasaporte. Entre palada y palada, levantando la cabeza se aprecian pedazos de la historia común entre España y Portugal en forma de puentes y castillos regados por el embalse. Regadas, por turistas y deportistas, quieren estar también las poblaciones que rodean Alqueva.

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