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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Emilio García Sánchez, actuando esta semana para los residentes en el Hogar de Nazaret. :: andy solé
El hombre que canta a los ancianos

El hombre que canta a los ancianos

Cerrajero jubilado, en su juventud llegó a actuar para toda España en un famoso concurso de TVE llamado 'Música 3'

Claudio Mateos

Domingo, 14 de diciembre 2014, 08:31

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Fueron sus 15 minutos de fama, esos a los que según Andy Warhol todo el mundo tiene derecho. Los de Emilio García Sánchez le llegaron pronto, a los 20 años de edad, concretamente el 29 de marzo de 1969, cuando TVE emitió para toda España su actuación en el concurso de jóvenes talentos 'Música 3', presentado por Pedro Meyer, en la que cantó 'Retorno', un tema de corte nostálgico compuesto por él mismo. «No se me olvida, fue el mismo día que Salomé ganó Eurovisión con 'Vivo cantando'», apunta Emilio, ahora jubilado de su profesión de cerrajero. «Lo habíamos grabado una semana antes en Prado del Rey y estuvimos dos días en Madrid mi padre y yo con todos los gastos pagados, incluido el viaje en tren en primera clase».

En el concurso no le fue muy bien y la vida de llevó después por otros derroteros, pero nunca se olvidó de la música ni de su amada guitarra, que procuraba compaginar con sus diferentes trabajos. De hecho en los años setenta recorrió durante más de una década muchos municipios por toda España con la orquesta Los Dinámicos, hasta que lo dejó por razones familiares. «Mi mujer se hartó y me dijo que o la música o ella, y ganó ella», afirma con una sonrisa.

Este placentino de adopción se prejubiló hace tres años y le dejó a un hijo suyo el negocio familiar, una empresa de carpintería metálica y cerrajería en Casas del Monte. Desde entonces viene cumpliendo un proyecto que le llevaba tiempo rondado por la cabeza, y que no es otro que animarle un poco la vida a los usuarios de las residencias de ancianos, principalmente de Plasencia, pero también de otras localidades de donde le llaman. Lo hace además de manera totalmente altruista. «Yo no quiero nada, ni siquiera reconocimiento, me vale con verles la sonrisa a los viejitos, o como cuando el otro día me llegó una hija y me dijo emocionada que su madre, que tiene Alzheimer, había estado tarareando una de las canciones que toqué». Lo único que cobra es el dinero del combustible cuando le llaman de alguna residencia de Navalmoral de la Mata o de Cáceres.

Antes de comenzar a recorrer las residencias, Emilio García recopiló un repertorio de boleros y chachachás de los años cincuenta y sesenta, y también canciones populares ligeras como 'Clavelitos', 'La felicidad', 'La virgen de Guadalupe' o 'La rianxeira', que hacen las delicias de los mayores cada vez que las interpreta en alguna residencia.

Esta semana Emilio ha tocado en el Hogar de Nazaret, el lunes día 22 lo hará en la residencia San Francisco y el sábado 27 en la de las Hermanitas de los Pobres. «Son actuaciones de aproximadamente una hora, porque más sería demasiado; si ellos se quedan a gusto, yo más», señala el músico, quien no se cansa de contar anécdotas sobre la manera en la que los mayores de las residencias le reciben. «Siempre tienen una palabra amable y de agradecimiento, porque saben que yo estoy allí por amor al arte, aunque tampoco falta el que te hace alguna crítica, como un hombre que me dijo que yo le había parecido mejor guitarrista que cantante», señala divertido.

Pensando en un CD

La experiencia de actuar en las residencias le está generando tanta satisfacción que Emilio García ya piensa en dar el siguiente paso. «Me han dicho de grabar un CD, una cosa casera y sencilla, para enviárselo luego a todos los hogares para que puedan escuchar las canciones de las actuaciones siempre que quieran». Tampoco en este caso tiene en mente sacarle el menor rendimiento económico. «A mí con los aplausos que me dan ellos me vale, para mí esto es como una droga», explica pensando sin duda en los tiempos en los que conoció el éxito popular con su orquesta. «Una de las mejores que había por entonces», asegura.

Mientras desde las residencias le sigan llamando para que cante, él continuará acudiendo con su guitarra sean cuales sean las condiciones en las que tenga que tocar. «Si hay equipo de sonido, pues perfecto y si no pues pido un poco más de silencio y canto a viva voz, porque la voz es algo que afortunadamente aún no me falta».

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