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Las voluntarias sirven la comida cada día a partir de las 12 del mediodía. :: andy solé
45 personas acuden cada día al comedor de Cáritas

45 personas acuden cada día al comedor de Cáritas

Abre todos los días del año y atiende a personas sin techo o paradas que estén pasando por una situación económica difícil

IRIS DONOSO

Lunes, 11 de agosto 2014, 08:32

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Desde que abrió sus puertas en la Navidad del año 2008, son cientos las personas en situaciones difíciles las que han pasado por el comedor social Betania. En el año 2011, dicho comedor se trasladó hasta el número 27 de la calle Trujillo, en dependencias del antiguo Hogar de Nazaret, pues el espacio anterior se quedó pequeño en poco tiempo.

A día de hoy, este servicio cubre las necesidades de 45 personas cada día. «Algunas acuden hasta aquí y otras se llevan la comida a casa, también para su familia» declaran las voluntarias que se encargan de repartir toda la comida y de limpiar y mantener en buen estado las instalaciones.

La elaboración de los alimentos no se hace en el comedor. Cada día, sobre las 12 , les traen la comida preparada del Centro de Atención al Transeúnte (CAT), del que también se hace cargo Cáritas Diocesana.

Las personas que trabajan en el comedor son todas voluntarias y llevan años entregadas a esta labor. No reciben ningún tipo de ayuda ni subvención y es Cáritas quien se hace cargo de todos los gastos gracias a las donaciones tanto de dinero como de alimentos.

«Siempre pedimos que se done comida. Algunos días nos hace falta, pero siempre guardamos lo que sobra de días anteriores y así nos organizamos. Nunca tiramos nada, todo se guarda o se reparte», declaran las voluntarias. «Ahora nos ha llegado mucha comida desde San Gil y lo hemos repartido todo entro los usuarios», señalan.

En el comedor, que abre todos los días del año, la comida se sirve de doce a 13.30 horas. No se dan cenas, pero si sobra comida del mediodía o de días anteriores se les entrega a los usuarios para que se la puedan comer por la noche.

Sor Julia Figueredo, responsable del comedor, explica que tienen un registro de las personas que pueden beneficiarse de esta labor. Para ser usuario se puede acudir al comedor a diario, de nueve a dos, y allí estudian las necesidades de cada persona. Tienen que presentar el documento nacional de identidad, la cartilla del paro y el empadronamiento, justificando así su situación de necesidad. «Ellos tienen una tarjeta y así nosotros llevamos el control de la gente que viene, si faltan 3 o 4 días se les avisa de que esto no es un hotel, tienen que venir», declara Sor Julia. Además, también atienden a transeúntes aunque no estén identificados, pero tan solo 3 días «si en ese tiempo no traen la justificación se tienen que ir», afirma la responsable. «Siempre que viene alguien, si sobra comida después de repartirla entre los que tenemos registrados, se la damos», añade.

Las voluntarias aseguran que sí acuden familias, especialmente las que no tienen trabajo y tiene a su cargo a personas mayores o a niños, pero no son demasiadas. «Hay gente a la que le da vergüenza venir aquí a comer o traer a sus hijos, pero pueden venir a por la comida y llevársela a casa. Los niños no se tienen que enterar» declaran las voluntarias del comedor.

Higiene

Además de la comida, los usuarios de este centro pueden asearse. Las instalaciones de la calle Trujillo cuentan con duchas, agua caliente, y todos los productos necesarios para el aseo personal. Son las propias voluntarias las que se encargan de mantener limpio tanto el baño como la cocina, así como los utensilios y las toallas, que entregan en el propio comedor. «Muchos no se quieren bañar», asegura una de las voluntarias, «muchas veces les tenemos que insistir porque no quieren darse una ducha y son los propios compañeros los que se incomodan si no están aseados. Aquí tienen todo lo necesario». Cualquier persona que quiera realizar un donativo lo puede hacer a través de una cuenta abierta para tal fin en Caja de Extremadura. También se pueden donar alimentos.

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