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Ismael Alabado con parte de su obra al fondo, en el 2010. :: hoy
El verdugo alado y el caso de los grillos asesinados
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El verdugo alado y el caso de los grillos asesinados

A la Redacción del Diario HOY en Cáceres llegan, a veces, cosas curiosas, como un paquete con un libro de Amador González titulado 'Navegando por el interior'

Sergio Lorenzo

Sábado, 4 de julio 2015, 09:07

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A la Redacción del Diario HOY en Cáceres llegan, a veces, cosas curiosas, como un paquete con un libro de Amador González titulado 'Navegando por el interior'. El libro cuenta las peripecias de este catalán que el 7 de junio de 2010 decidió cambiar el agobio de ser autónomo (tenía una empresa de pladur), por la libertad de dar la vuelta a España subido en una barca con ruedas tirada por la yegua Noia, acompañándole Senda, su perra. Parte de las 410 páginas las dedica a sus aventuras por la provincia de Cáceres, en donde dice que la gente «es más cálida que en Castilla». Cuenta que en Casar de Cáceres se encontró con un hombre muy amable que le hizo un croquis para no perderse en la entrada en Cáceres y poder descansar en el aparcamiento de caravanas de San Blas. Al preguntarle cómo se llamaba le dijo: «mi nombre es Vicente Telúrico, para servirte». El misterioso personaje es el actor Vicente Rodríguez, cultivador del buen humor, que junto a su socio Patxi enseña con mucho éxito la Ciudad Monumental a los turistas con su espectáculo Juglar por la noche. En el libro tiene buenas palabras para el juglar Vicente y Carmen, la propietaria del centro de quiromasaje Karma Kaizen. En el libro se ve que lo pasó bien en Extremadura, no como en Córdoba en donde afirma que fue víctima de la violencia de un policía, que le encerró en un calabozo y le maltrató.

Quienes estos días hacen su especial viaje por el interior, son los musulmanes que viven en Cáceres. Desde el 18 de junio están celebrando el ramadán, el mes del ayuno, en el que solamente se puede comer, tomar agua, fumar o tener relaciones sexuales antes del amanecer y después del atardecer. Los musulmanes cacereños afirman que en esta época buscan, «un estado de paz que promueva el estado de conciencia divina». El ramadán hace que cambié la imagen de la cacereña calle Caleros, en donde tienen su mezquita. Al atardecer acuden con sus peculiares atuendos, para reunirse en su templo. Se ve a algunos leyendo El Corán en voz baja, sentados en la entrada de casa, muy concentrados, moviendo el cuerpo hacia atrás y hacia delante. Está bien la diversidad entre gente que sabe que ninguna guerra es santa, que lo que de verdad debe ser santo es el respeto entre culturas.

Estos días escucharán la música de Europa Sur que se celebra en la Ciudad Monumental, en la Plaza de Las Veletas. Esta noche actuará el grupo Lapido, Luis Eduardo Aute y Furia. La entrada en taquilla cuesta 25 euros.

Hoy también se espera que acudan un millar de personas a la II Marcha Solidaria Nocturna a beneficio de Cruz Roja. Comenzará a partir de las nueve de la noche en la Plaza Mayor. Los ciclistas recorrerán 30 kilómetros y los senderistas 10. Las inscripciones cuestan 10 euros, incluyendo además del avituallamiento un décimo del Sorteo de Oro de Cruz Roja que vale 5 euros.

En las noches de Cáceres los redactores nos enteramos de cosas curiosas como, donde están los polémicos grillos de la exposición de Ismael Alabado. Este artista placentino se hizo famoso a nivel internacional en el año 2010, a raíz de que el Diario HOY publicara que en una habitación del centro de arte Habana Espacio Libre, Ismael Alabado había pegado cientos de grillos en las paredes, sobre sus cuerpos había chorreones de pintura y al pasar por las patas en movimiento del animal que agonizaba, los grillos se convertían en creadores de extrañas manchas de color. El artista dijo que quería dar a entender al espectador que al igual que los grillos están pegados, «él está pegado a unas reglas sociales, al mundo, sin ser consciente de todo lo que se está terminando en cada instante». Fue tal la presión en contra de la exposición, que se cerró a petición del entonces presidente de la Junta Guillermo Fernández Vara. El autor desapareció de Extremadura, en donde dijo que le habían vetado. En la actualidad se encuentra viviendo en Londres, en donde se asegura que cada vez es más valorado su trabajo en el mundo del diseño, la publicidad y videojuegos. No sabemos si pudo hacer su proyecto titulado 'gente-cerda', que se basaba en tatuar cerdos vivos, sacrificarlos y preparar con su piel tatuada cuadros retro-iluminados. Lo que sí nos hemos enterado ahora es que la polémica exposición de los grillos la compró el coleccionista de arte César Martín Clemente, propietario del bar Gambrinus de Cáceres y exdiputado regional del PSOE. Él fue prácticamente el único que defendió a Ismael Alabado en el año 2010.

A la Redacción de HOY llegan, a veces, cosas curiosas, como ayer por la tarde que nos trajeron un pájaro herido. Llamamos al 927 200 170 y a la media hora llegó una persona que se llevó el pájaro al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre Los Hornos en Sierra de Fuentes. El pájaro es un alcaudón real y quizá algunos lo puedan considerar un artista al estilo de Ismael Alabado. Estos pájaros son llamados popularmente 'verdugos', cazan insectos, pequeñas aves o mamíferos y empalan los cuerpos de sus víctimas en tallos espinosos. Así los descuartizan mejor y también hacen una despensa. Por esta manera de mantener cuerpos muertos también se le conoce en algunos sitios como 'el pájaro carnicero'.

Volviendo a temas más espirituales, el aventurero Amador González dice en el epílogo de su libro, que ahora vive en su valle de Tarragona con sus yeguas India y Noia. La perra murió. «Ahora que hemos conseguido dar la vuelta a España - escribe -, me hago la pregunta que me ha hecho tanta gente: ¿por qué? Nunca he logrado darme una respuesta convincente, simplemente porque no la sé de momento. Aunque intuyo que fue para reencontrarme a mí mismo. Creo que soy mejor persona porque he aprendido a mirar por mí más que por los demás: y no lo digo al revés. Tiene que ver con llevar las riendas y seguir el ritmo de la vida de uno. Parar en el puerto donde quieras parar y descartar lo que no te sirva. He vuelto a la casa donde vivía antes. Me las apaño haciendo pequeños trabajos cuando necesito dinero, y el dinero lo necesito para mantener a las yeguas y mantenerme a mí. Ni menos ni más. No tengo intención de emprender otra aventura; lo que quiero es seguir despierto en la aventura de la vida allí donde esté - ahora en el valle, con India y Noia, y con los seres del bosque».

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