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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
El autor de El Principito (centro) en el Sahara español en 1927. :: alfonso
El extremeño que encontró a El Principito
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El extremeño que encontró a El Principito

Desde octubre de 1927 a marzo de 1929, Saínt-Exupéry estuvo destinado en la costa del Sahara Español, en Cabo Juby, donde lo encontró, en el mes de diciembre de 1927, el entonces famoso periodista, escritor y poeta Luis de Oteyza, que nació en Zafra en 1883

Sergio Lorenzo

Sábado, 26 de julio 2014, 08:25

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El próximo jueves, 31 de julio, se cumplirán 70 años de la muerte de Antoine de Saint-Exupéry, el autor de El Principito, el libro en francés más leído y traducido, considerado una de las mejores obras de la literatura del siglo XX.

Nacido en Lyon en 1900, Saint-Exupéry se hizo piloto de aviación a los 21 años, empezando a trabajar en la compañía Aeropostal con otros pioneros de la aviación que arriesgaban sus vidas para llevar el correo en aeroplanos desde Francia a Senegal. Los aviones, haciendo escalas, seguían una ruta por la costa española bañada por el Mediterráneo, para luego bordear la costa africana hasta llegar a Senegal, a Dakar.

Desde octubre de 1927 a marzo de 1929, Saínt-Exupéry estuvo destinado en la costa del Sahara Español, en Cabo Juby, que no era más que un fuerte abandonado en mitad de una playa, más abajo de Casablanca, entre Agadir y Villacisneros. Como jefe de la pequeña base aérea, su misión incluía evitar que los rebeldes nómadas mataran o secuestraran a los pilotos de los aviones que se averiaban en el desierto. El escritor escribió a su madre que estaba en el rincón más perdido de toda África, en un fuerte golpeado por las olas del mar, «si te alejas más de 20 metros recibes una lluvia de balas. Y si pasas de los 50 metros, te envían a reunirte con tus antepasados; o te conviertes en un esclavo, según la estación del año. En primavera, si eres apuesto, tienes la posibilidad de ser sultana. Siempre es mejor que estar muerto. También corres el peligro de convertirte en un eunuco, lo cual ya es más fastidioso».

En Cabo Juby es donde lo encontró, en el mes de diciembre de 1927, el entonces famoso periodista, escritor y poeta Luis de Oteyza, que nació en Zafra en 1883. Amigo de Pío Baroja, de los hermanos Machado y Ortega y Gasset, fue el primer director del periódico La Libertad fundado en 1919. Enviado por el rotativo a Marruecos, logró entrevistar a Abd-el-Krim, jefe de las tropas rifeñas que vencieron a los españoles en Annual y Monte Arruit. Proclamada la República fue nombrado embajador en Venezuela en 1933. Al caer en desgracia en la España de Franco, se fue a vivir a Nueva York y luego a La Habana. En 1942 regresó a Venezuela en donde residiría hasta su muerte en 1961.

Cuando encuentra a Saint-Exupéry en el desierto, el periodista extremeño estaba haciendo un reportaje sobre los héroes de la aviación que se enfrentaban a la muerte para llevar el correo desde Francia a Senegal, haciendo Oteyza el recorrido en los aeroplanos junto al retratista Alfonso, que hizo fotos inusuales para la época como la de la Venus de ébano, al estar obsesionado el fotógrafo en inmortalizar a una mujer negra desnuda. La aventura está recogida en el magnífico libro 'Al Senegal en aeroplano'.

El mundo era pequeño para el escritor francés y para el periodista extremeño, como también parece que empieza a ser pequeño para la joven cantante cacereña Chloé Bird, que ayer actuó en el Womad de Inglaterra. En estos días también ha sido noticia el doctor Julio Moreno Alemán, director de una clínica en Cáceres, que ha recibido en Madrid la Medalla de Oro del Foro Europa 2001. Moreno Alemán ha sido presidente del Colegio de Odontólogosde Extremadura de 1999 a 2003.

Esta semana en Cáceres ha nacido una nueva revista de cómics titulada Don Clap, obra del editor y dibujante cacereño Monchi Giraldo, que también creó las revistas de cómic Maltravieso del Tebeo y Mascoti cómics.

Personajes de cómics de Nazario, que se publicaron en la revista Víbora (1979-2005), se podrán ver esta noche de sábado en la Plaza Mayor, en donde tendrá lugar una carrera con tacones que formará parte de la Fiesta Fetichista en torno a los zapatos con tacón que organiza el Café Vintage (La Ecléctica) a partir de las 22.00 horas. Actuarán las drags queen cacereñas Miranda Pa Cuenca y Julia Woman, también la cantante de tangos Dioni D'Amaral. Se inaugurará una exposición. Durante la fiesta los hombres que lleven tacones tendrán su segunda copa gratis. Por cierto, ya hay fecha para el Extrepride Cáceres (o día del orgullo gay), será el 27 de septiembre en el Foro de los Balbos.

El próximo jueves se cumplen 70 años desde que un avión nazi derribó en el Mediterráneo, cerca de Marsella, el caza bimotor que tripulaba Saint-Exupéry que realizaba una misión de reconocimiento para preparar el desembarco aliado en Provenza. Fueron varios los accidentes de aviación a los que sobrevivió el escritor francés sucedidos en parajes parecidos al lugar en el que se estrelló el jueves un avión pilotado por el extremeño Agustín Comeron en Mali en el que han muerto 116 personas. También puede llamar la atención que en la actualidad se hable del misterio del avión que desapareció el pasado 8 de marzo con 239 pasajeros al salir de Malasia hacia Pekín, cuando durante 56 años estuvo desaparecido el avión de Saint-Exupéry. En 1998 un pescador de Marsella encontró en el mar la pulsera de plata con el nombre del escritor, y en el 2000 un buzo halló los restos de su avión.

Cuando el periodista extremeño encontró a Saint-Exupéry, éste sólo había escrito 'El aviador' (1926). Luego vino 'Correo del Sur' (1928), 'Vuelo nocturno' (1931), 'Tierra de hombres' (1939), 'Piloto de Guerra' (1941), y en 1943 (un año antes de morir) publicó 'El Principito'. Cuando Luis de Oteyza estuvo con él, el piloto francés había escrito a su madre el siguiente párrafo en una carta: «estoy criando a un 'zorro-fenech', o zorro solitario. Es más pequeño que un gato y tiene unas orejas inmensas. Es delicioso. Desgraciadamente es muy fiero y ruge como un león». Seguramente, gracias a esta relación surgió el famoso diálogo sobre la amistad en donde el zorro dice al niño venido de un asteroide: «Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes, Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...».

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