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tras la retirada de broseta

Francisco Alcaraz es revalidado como presidente de la AVT por amplia mayoría

El candidato Pablo Broseta ha decidido retirarse antes de la votación pretextando el "comportamiento antidemocrático" de su adversario

EFE | MADRID

Sábado, 13 de mayo 2006, 02:00

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El presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Francisco José Alcaraz, ha revalidado hoy su cargo por amplia mayoría de 601 votos a favor, 42 en contra y nueve abstenciones, después de que el otro candidato, Pablo Broseta, decidiera retirar su candidatura pretextando el "comportamiento antidemocrático" de su actual presidente.

En estas elecciones han participado 738 de los más de 3.000 socios con los que cuenta la asociación, 275 han asistido físicamente y otros 463 de forma delegada. El funcionamiento del voto delegado consiste en que los socios que no pueden trasladarse a Madrid delegan en otros su voto adjuntando una carta firmada y una copia del DNI. Los estatutos de la asociación permiten así que cada persona pueda llevar su voto más otros tres delegados como máximo, según fuentes de la AVT.

La AVT, la más veterana y numerosa asociación de víctimas del terrorismo, celebraba su general en Madrid precedida por las denuncias de Alcaraz sobre la ejecución de una encuesta entre los socios para conocer el sentido de su voto. Según esa denuncia, decenas de socios habían recibido el miércoles llamadas de una empresa que, en nombre de la AVT, les preguntaba por la gestión de Alcaraz en los últimos dos años y si apoyarían su reelección. La AVT ha anunciado que sus servicios jurídicos han ampliado la denuncia por la "campaña de llamadas", al recordar en un comunicado que el listado de socios es "confidencial", por lo que el acceso a él por parte de terceras personas "vulnera el derecho a la intimidad" de los socios.

Por su parte, Pablo Broseta, hijo de un senador de UCD asesinado por ETA, decidía retirarse como candidato rival de Alcaraz después de haber anunciado que se presentaba hace dos días, y ha achacado a Alcaraz "descalificaciones personales" como la de que su candidatura es la de un "infiltrado del PSOE", en palabras de Broseta, cuando "es absolutamente independiente y sin tutelas de ningún tipo", aunque ha admitido que él mismo y miembros de su equipo han llamado a otros socios "para ver si conocían la asamblea y los puntos a tratar", pero negó haberlo hecho en nombre de la AVT o que se les preguntara por el sentido de su voto.

Puntos de fricción

La gestión de Alcaraz, cuyo hermano y sobrinos fallecieron en un atentado de ETA contra un cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza en 1987, ha estado marcada por la polémica por la crítica abierta a la política antiterrorista del Gobierno. El férreo rechazo a cualquier negociación con ETA ha sido el lema de tres manifestaciones convocadas en el último año y medio por la AVT, en la primera de las cuales denunció haber sido agredido el por entonces ministro de Defensa, José Bono, caso que ha desembocado en la condena de dos agentes y un comisario de Policía implicados en la detención ilegal de dos militantes del PP. Las dos últimas manifestaciones de la AVT, en junio de 2005 y febrero pasado, fueron asimismo apoyadas por el PP y secundadas masivamente.

Además, Alcaraz se ha mostrado muy crítico con el Gobierno al reclamar, con el PP, la reapertura de la comisión parlamentaria de investigación del 11-M, frente al criterio opuesto de la asociación de víctimas presidida por Pilar Manjón. Asimismo, ha llegado a la descalificación del comisionado para la atención a las víctimas, Gregorio Peces-Barba, con quien la AVT rompió contacto sólo dos meses después de su nombramiento. En una de sus últimas comparecencias públicas, Peces-Barba atribuyó a Alcaraz un "comportamiento sectario" y lo responsabilizó de fomentar la división entre las víctimas, y de inquietar con ello a otros colectivos. Alcaraz adoptó además la decisión de demandar en junio de 2005 a las juntas que dirigieron la AVT entre 1997 y 2003, presididas por dos de las socias fundadoras, Ana María Vidal Abarca y Sonsoles Álvarez de Toledo, por un presunto quebranto económico próximo al medio millón de euros.

Por su parte, Pablo Broseta pretendía "reunificar" a las víctimas para que presenten un "frente común" con "capacidad de interlocución" en el proceso abierto tras el 'alto el fuego' de ETA, ya que a su juicio la negociación con ETA es una "decisión política que nuestro Gobierno lleva madurando desde hace mucho tiempo" y que no corresponde a las víctimas cuestionar, ha mantenido, antes de matizar que éstas sí han de estar "vigilantes para que ese proceso se haga como se tiene que hacer" y para que las posibles "concesiones" a la banda estén "dentro del Estado de Derecho". Broseta ha agregado que, si bien él podría aceptar que liberaran al asesino de su padre como "gesto de generosidad" a favor de la paz, una negociación con ETA debería ir precedida del abandono de las armas y de la sumisión de los terroristas a la Justicia, pero considera que en estos momentos "no se dan las circunstancias".

La candidatura de Broseta se plantea impugnar las elecciones

Un portavoz de la candidatura de Broseta ha comentado que Broseta ha retirado su candidatura por otros motivos, y al respecto ha referido que, llegado el momento de elegir a la junta directiva, Alcaraz, en lugar de retirarse como presidente y haber dado paso a una mesa de edad presidida por el más mayor y el más joven de los socios con derecho a voto, "ha seguido presidiendo la sala con una actitud antidemocrática". Por ello, la candidatura de Broseta se plantea demandar a Alcaraz por vulnerar la Ley de Sociedades, que establece cómo tiene que funcionar un proceso de este tipo, así como impugnar las elecciones.

Este portavoz ha explicado también que en la primera votación que se ha hecho en la asamblea, relativa a los presupuestos del año pasado y que ha ganado Alcaraz por unos quinientos votos a favor y un centenar en contra, "no ha dejado a nadie opinar, ni sobre los presupuestos ni sobre lo que iban hacer o lo que iban a dejar de hacer, lo que no suele suceder en un sistema de asamblea". "De todas las asambleas que se han celebrado en la AVT es, según han comentado varios socios, la que más antidemocraticamente se ha conducido", ha añadido el portavoz anónimo, antes de indicar que Alcaraz pretendía sólo dejar hablar a los socios en el punto último de ruegos y preguntas, "lo que no parece muy razonable".

Los mismos argumentos ha esgrimido el ex presidente de la Asociación, Luis Portero, quien ha calificado de "dudosa legalidad" el procedimiento seguido en el proceso electoral, ya que sostiene que Alcaraz "ha querido ser juez y parte" en la asamblea general y "muy difícilmente se puede dimitir de la Junta Directiva y seguir presidiendo la mesa". Portero ha añadido que ésta ha sido la asamblea "menos deliberativa y democrática de la historia de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, porque el presidente no ha dado opción en ningún momento a que se realice ningún comentario", manteniendo "formas autoritarias más propias de un dictador".

En la asamblea general de la AVT, que se celebra cada dos años, habitualmente la Junta Directiva saliente presenta su dimisión y se procede entonces a la reelección de la nueva Junta. En el lapso en que hay una Junta saliente y se elige una entrante se procede a la composición de una 'mesa de edad', cuya Presidencia ostenta la persona de mayor edad presente en la asamblea y la Secretaría la ostenta la de menor edad. Esta mesa regula los discursos, los tiempos de respuesta, las réplicas y las contrarréplicas, así como el cómputo de los votos.

Como dato positivo, Portero ha destacado la "altísima participación" en las elecciones, en las que han votado cerca de 800 personas entre presentes y representados, lo que supone un número récord. No obstante, ha remarcado también que esta cifra no llegó al 30% de los asociados, por lo que ha habido una abstención del 70%, "dato muy a tener en cuenta, para que Alcaraz no se crea que está con un respaldo unánime".

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