100.000 personas se manifiestan en Los Angeles contra la nueva ley de inmigración

Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en Los Angeles (Estados Unidos) por segundo día consecutivo para rechazar el proyecto legislativo de la Administración de George W. Bush que pretende levantar vallas en la frontera con México y clasificar como delito el ser indocumentado.

La protesta, considerada una de las marchas más grandes en Los Angeles en favor de los derechos de los inmigrantes, tuvo lugar un día después de manifestaciones multitudinarias en otras grandes ciudades del país. La protesta recorrió el centro de Los Angeles y congregó al menos a 100.000 manifestantes, según el sargento de la Policía Lee Sands.

Numerosos participantes en la manifestación vestían camisetas blancas como símbolo de paz y portaban banderas estadounidenses. Algunos llevaban banderas de México y de otros países, e incluso en varios casos las usaban como capas.

La Cámara de Representantes estadounidense aprobó en diciembre la iniciativa que castigaría como delito grave la estancia ilegal en el país, permitiría construir nuevas vallas en un tercio de la frontera con México y endurecería las sanciones a los empresarios que contrataran indocumentados. El Senado comenzará a examinarla el martes.

En su mensaje radial semanal, el presidente George W. Bush instó a la aprobación de una ley que no obligue al país a elegir entre una sociedad que acepta inmigrantes o una que aplica las leyes. "Estados Unidos es una nación de inmigrantes y somos también una nación de leyes", aseguró.

En las protestas del viernes, miles de personas participaron en ciudades como Los Angeles, Phoenix y Atlanta en acciones que incluyeron ausentismo escolar, manifestaciones y paros laborales para rechazar los proyectos de ley que afectarían a unos 12 millones de indocumentados.

En Los Angeles, unos 2.700 estudiantes de al menos ocho institutos de secundaria abandonaron las aulas, mientras en Phoenix la Policía mencionó la participación de unas 20.000 personas en la marcha de ayer.

En Phoenix, los manifestantes se plantaron frente a la oficina del senador republicano Jon Kyl, copatrocinador de un proyecto de ley que intensificaría la vigilancia en la frontera de Estados Unidos con México y crearía un programa temporal de trabajadores huéspedes que obligaría a los indocumentados a dejar el país después de una estancia de cinco años.

Mientras, en Georgia, activistas dijeron que decenas de miles de trabajadores se ausentaron de sus centros laborales en rechazo a un proyecto de ley que la Cámara de Representantes estatal aprobó el jueves para negar servicios a adultos indocumentados e imponer un sobrecargo de 5% en las transferencias electrónicas de personas sin documentos.