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AP | WASHINGTON
Miércoles, 22 de febrero 2006, 01:00
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El presidente George W.Bush no estaba al tanto de que hasta seis de los puertos más importantes de los EEUU podrían quedar bajo control de una empresa de propiedad de los Emiratos Árabes Unidos, la Dubai Ports, hasta que prácticamente el trato ha sido aprobado por la Casa Blanca.
Al defender la operación, que incluye la gestión de los puertos de Nueva York, Nueva Jersey, Baltimore, Nueva Orleáns, Miami y Filadelfia, la Administración Bush ha dicho que pensaba informar al Congreso lo antes posible, pero lo cierto es que el asunto ha desatado una tormenta política que traspasa las propias filas de Demócratas y Republicanos.
La venta por valor de 6,8 millones de dólares, que podría incrementar el riesgo de atentados terroristas en los EEUU a juicio de varios senadores, fue puesta ayer sobre la mesa por el republicano Bill Frist, quien amenazó incluso con vetar la oferta a través de un decreto senatorial. Así, Bush se enfrenta ahora a la rebelión de líderes de su propio partido, así como a la oposición Demócrata.
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