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Mario Soares, socialista, republicano y laico

Es, a sus 81 años, el político en activo más veterano e influyente de Portugal

EUROPA PRESS | LISBOA

Domingo, 22 de enero 2006, 01:00

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Es el político en activo más veterano e influyente de Portugal. A sus 81 años Mario Soares vuelve a la vorágine política como candidato a la Presidencia de la República apoyado por el Partido Socialista, del que es fundador, y asegurando que lo hace por "amor a Portugal" ya que "nunca fui un hombre de poder, siempre fui un hombre de libertad".

A primera vista y olvidándonos de su trayectoria profesional, Soares con su pelo blanco y cara redonda es la imagen ideal del abuelito entrañable y socarrón. Nada más lejos de la realidad.

Aunque es cierto que es una persona simpática, sociable y afable con una interminable y agradable conversación y un agudo sentido del humor, tal como lo definen sus amigos, Mario Soares, a pesar de su edad, tiene poco que ver con la imagen de abuelito entrañable.

Político combativo

Es un político profesional, combativo, con una mente lúcida y rápida, especialmente para contestar a sus rivales más directos en esta carrera presidencial, el socialdemócrata (centroderecha) Aníbal Cavaco Silva, y su viejo amigo de partido y de vida, Manuel Alegre.

Se define a si mismo como "socialista, republicano y laico", ideas que defiende desde sus tiempos de estudiante de Historia y Derecho en la Universidad de Letras de Lisboa en los que inició su actividad política contra la dictadura de Salazar, que le costó 13 detenciones de la Policía política y una deportación a Santo Tomé en 1968 y después, en 1971, su exilio a París, donde fundó en 1973 el Partido Socialista Portugués.

Héroe nacional tras la Revolución de los Claveles

Volvió a Portugal tras la Revolución de los Claveles, el 25 de abril de 1974, donde fue recibido como un "héroe nacional" por una multitud, y fue ministro de Exteriores en funciones, realizando las negociaciones de la independencia de las colonias portuguesas, pero dimitió poco tiempo después. Un año más tarde se convirtió el primer jefe del Gobierno elegido democráticamente en el país.

Soares es un hombre directo, claro, frontal, se podría decir que "no anda por las ramas", además de un profundo conocedor de la realidad política del país, muchos se refieren a él como "el padre de la patria", y de Europa, de la que siempre fue un gran defensor. De hecho fue él quién, entre 1977 y 1985, negoció como primer ministro la entrada de Portugal en la hoy Unión Europea y desde 1999 hasta 2004 fue eurodiputado.

Es un político que no teme mostrarse como es realmente en la intimidad, de hecho afirma que "en mi casa toda la gente discute, soy muy contestado, por mi mujer, mis hijos y mis nietos", a excepción del más pequeño, Jonas, de casi un año, al que ya se atreve a coger en brazos.

No duda en reconocer que no toca un ordenador y se resiste al teléfono móvil -"las nuevas tecnologías las tengo todas a mi disposición pero siempre por medio de otra persona", dice- y asume que es un inepto para la mecánica -"mi mujer no me deja colgar ni un cuadro", afirma, y eso que tiene una gran colección de arte que ha ido reuniendo a lo largo de su vida-.

La lectura y la escritura, sus grandes pasiones

A pesar de su extensa trayectoria política -fue presidente de la República dos mandatos seguidos, de 1986 a 1996- Mario Soares ha sabido compaginar la política con sus otras grandes pasiones, la lectura y la escritura, es autor de 23 libros y colaborador habitual de numerosas publicaciones en periódicos portugueses y europeos.

Aunque es un hombre muy activo, el inicio del día es rutinario para Mario Soares, siempre desayuna en pijama y dedica una hora y media a leer los periódicos nacionales e internacionales, "nada de recortes preparados que destruyen el placer de coger los periódicos". Público, Diario de Noticias, El País, Le Monde y los semanario Cambio 16 y L'Express son títulos fundamentales y "no hay emisión de televisión que les robe el lugar", asegura.

Su candidatura a un tercer mandato como presidente, algo inédito en el país, le ha obligado a abandonar sus funciones en las dos Fundaciones que preside, una con su nombre y la otra Portugal-frica, y su dedicación a la escritura. "He aplazado ese proyecto cinco años", afirma tajante, porque "si se es presidente no se puede ser nada más".

Soares hará uso de su experiencia y su carisma para vencer esta nueva batalla, pero asegura que aunque no la gane "no será una deshonra", porque ganar y perder elecciones es propio de una democracia. Tampoco se deprimirá: "A lo largo de 30 años de carrera política nunca estuve deprimido, tengo los nervios sólidos y eso no me afecta". "Si pierdo, regresó a todo lo que interrumpí por las presidenciales, mi fundación, mis libros, mis lecturas", afirma con firmeza Soares.

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