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La polución del tráfico baja la capacidad de atención de los niños

La polución del tráfico baja la capacidad de atención de los niños

Según un estudio con 2.700 menores en Barcelona, tal contaminación disminuye a corto plazo su esmero y observación

COLPISA

Miércoles, 1 de febrero 2017, 11:52

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La contaminación procedente del tráfico disminuye a corto plazo la capacidad de atención de los niños, según un estudio realizado por investigadores del Instituto de Salud Global (ISGlobal) con 2.700 personas de entre 7 y 10 años de la ciudad de Barcelona y que se ha publicado este miércoles en la reputada revista Epidemiology.

Dicho estudio ha revelado que los niveles diarios de dióxido de nitrógeno (NO2) y carbono elemental (o carbono negro), dos de los contaminantes asociados al tráfico, producen fluctuaciones en la función del esmero en los menores. Los investigadores de ISGlobal así han demostrado que, con independencia de los efectos que la contaminación atmosférica tiene sobre el desarrollo neurológico a largo plazo, ésta también tiene consecuencias más rápidas.

"La respuesta de los niños y niñas fue más lenta, y menos consistente, en los días con niveles más altos de contaminación atmosférica relacionada con el tráfico en el ambiente", ha resumido Jordi Sunyer Deu, investigador de ISGlobal y profesor en la Universidad Pompeu Fabra (UPF). "Desconocemos el impacto que puede tener en los procesos de aprendizaje, aunque el efecto estimado fue modesto a nivel individual, cuando se extrapola este tipo de exposiciones comunes con efectos pequeños en la función cognitiva a nivel poblacional, el impacto es importante", ha añadido Sunyer, catedrático también de Salud Pública.

300 millones respiran aire tóxico

  • El pasado 31 de octubre, Unicef informó en su informe

  • Limpiar el aire para los niños

  • que casi uno de cada siete de los churumbeles del mundo, un total de 300 millones, vive en una zona donde los niveles de toxicidad del aire en el exterior debido a la contaminación son seis veces superiores a lo que establecen las directrices internacionales.

  • Ese informe utilizó imágenes de satélite para mostrar por primera vez cuántos niños estaban expuestos a un nivel de contaminación exterior que supera las directrices internacionales establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y en qué lugares del planeta vivían.

  • Los resultados se presentaron una semana antes de la 22ª Conferencia de las Partes, que se celebró en Marrakech (Marruecos) y en la que UNICEF pidió a los dirigentes mundiales que tomasen medidas urgentes para reducir la contaminación atmosférica en sus países. "La contaminación atmosférica es un factor importante en la muerte de unos 600.000 niños menores de cinco años cada año, y amenaza cada día las vidas y el futuro de millones más", dijo entonces el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake.

  • "Los contaminantes no solo dañan los pulmones en desarrollo de los niños, sino que también pueden realmente cruzar la barrera hematoencefálica y dañar permanentemente sus cerebros en desarrollo, y por tanto su futuro. Ninguna sociedad puede pasar por alto la contaminación atmosférica", añadió Lake al respecto.

  • Las imágenes de satélite confirmaron que en Asia meridional se encuentra el mayor número de niños que viven en las peores zonas, unos 620 millones; África es la siguiente región, con 520 millones de niños. En la región de Asia oriental y el Pacífico había 450 millones de niños viviendo en ciudades y provincias donde se superaban los límites de la OMS.

La aportación de ISGlobal refuerza una idea que ya había analizado con anterioridad. Pues su Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental de Barcelona (CREAL) sostenía, a principios de 2015, que los niños que asisten a escuelas cercanas al tráfico tienen dificultades en el desarrollo cognitivo, menor rendimiento académico y peor comportamiento hacia sus compañeros.

Se había observado que las regiones del cerebro orientadas a la función ejecutiva, que se encuentran principalmente en la corteza prefrontal y el estriado, reaccionan de forma inflamatoria tras exponerse al aire con mayor polución. En este sentido, los niños experimentan menor crecimiento de las labores cognitivas esenciales para aprender, del 7% anual en contra del 11%, respecto a escuelas menos contaminadas. Además, Sunyer y sus colegas habían identificado que la contaminación de partículas por carbono negro reducen la memoria de trabajo en un 13%.

¿Evitar los vehículos diésel?

Según Sunyer, en ISGlobal ahora están ante "una evidencia más sobre la necesidad de evitar la contaminación atmosférica en el entorno de los centros escolares, y muy especialmente la proveniente de los vehículos diésel". El punto de partida de su nuevo estudio ha sido otros similares que ya establecían un vínculo entre la exposición de los niños a esta polución de los coches y el devenir de su memoria a largo plazo.

A fin de ahondar en cómo afecta tal contaminación en el desarrollo neurológico de los menores, en ISGlobal plantearon un seguimiento a casi 2.700 niños y niñas de unas 300 aulas de 39 colegios de la ciudad de Barcelona. Y a lo largo de un año, los científicos han realizado cuatro visitas a tales escolares para evaluar con pruebas computarizadas, en series de 40 minutos, sendos dominios diferentes de los procesos de atención.

Los resultados de estas pruebas se han cruzado con mediciones diarias de los niveles de NO2 y carbono elemental tanto en el exterior como en el interior de las aulas. Su análisis ha establecido que quienes estuvieron expuestos a mayores niveles de contaminación muestran un retraso equivalente a más de un mes en la mejora natural de la velocidad de respuesta que cabría esperar como consecuencia del desarrollo con la edad.

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