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Los tipos de padre en el deporte

Los tipos de padre en el deporte

Cuando un niño practica deporte, también se educa y es importante que como padres se tome conciencia de lo que aporta como herramienta educativa y psicológica

Javier Varela

Domingo, 22 de enero 2017, 00:55

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Todos conocemos los beneficios físicos que le otorga el deporte a los más pequeños. Les ayuda a mantenerse sanos y equilibrados, además de combatir el sobrepeso y evitar el sedentarismo, pero además es una herramienta para educar en valores que desarrollen su personalidad a nivel familiar y social. Unos valores que le servirán de base para el resto de su vida porque cuando un niño practica deporte se educa. "Son valores que comienzan a adquirir en las edades de iniciación, donde el deporte ante todo es diversión", señala Patricia Ramírez Loeffler, Psicóloga del deporte y de la salud. "Cuando tu hijo practica deporte, también se educa y es importante que como padres se tome conciencia de lo que aporta como herramienta educativa y psicológica a tu hijo. Todo depende de la orientación que como padre y entrenador se quiera dar", añade.

El deporte en equipo se considera como la mejor escuela para el futuro trabajo en equipo del día en el que se integren en un trabajo, porque con el deporte los niños "aprenden a socializarse con nuevos compañeros, a ganar y compartir triunfos, a perder y saber tolerar la frustración, a experimentar emociones, a crear lazos de ayuda entre ellos, a fomentar la colaboración, a ser responsable, a controlar la impulsividad en unos casos y a vencer la timidez en otros, a reducir la ansiedad, a respetar las normas, al entrenador, a los compañeros, a los rivales y a los árbitros". Unas cualidades que le permiten además incrementar su nivel de confianza y autoestima en las que los padres juegan un papel primordial, reconoce la experta.

Cada vez son más los padres y madres que se involucran en la práctica deportiva de sus hijos, ya sea acompañándolos, animándolos o teniendo comportamientos más o menos positivos. El deporte infantil ha creado una nueva 'fauna' de padres que se han convertido en aficionados, educadores, entrenadores y algún que otro 'peligro'. La razón por la que esto ocurre es porque "muchos esperan que sus hijos les saquen de pobres convirtiéndose en Nadales o Cristianos". Es habitual que muchos padres deseen que su hijo gane todo "porque sus victorias son sus propios éxitos y es la manera de sentirse orgullosos del chaval y presumir de él delante de sus amigos y en el trabajo", describe Patricia Ramírez. "Los hay que proyectan la vida que ellos no pudieron tener" y ven a su hijo como la oportunidad de recuperar el pasado, y hay otros que "no tienen ningún autocontrol. No lo tienen en el partido de sus hijos, ni cuando conducen, ni cuando se dirigen a las personas". Por desgracia, también hay un grupo, cada vez más frecuente, de padres que "cruzan los límites sencillamente porque no tiene consecuencias. Saben que está mal, pero su mala educación o ausencia de valores les hace comportarse como personas poco cívicas y desconsideradas", argumenta Patricia Ramírez.

Muchos padres se olvidan de que son un modelo de conducta para su hijo y para el resto de compañeros de equipo y ese rol conlleva mucha responsabilidad porque los niños son esponjas y copian lo que hacen sus progenitores, por lo que el comportamiento de los padres debe ser ejemplar: "A los hijos les gusta sentirse orgullosos de sus padres y, en cambio, lo pasan terriblemente mal cuando se les avergüenza", señala la psicóloga.

Por último, Patricia Ramírez lanza un mensaje claro a los padres con hijos deportistas: "La felicidad de los niños está por encima de todo. Siéntase siempre satisfecho con lo que haga, gane, pierda o cometa errores. Felicítele por participar más que por competir. Y recuerde que su hijo hace deporte para divertirse él, no para que lo haga usted".

La fauna del padre y madre de niñ@s deportistas

Padre chófer. Se encarga de llevar y recoger a su hijo a los entrenamientos y las competiciones, pero suele ser poco amante de los deportes y su prioridad es que su hijo sea feliz y lo consiga con el deporte.

Padre positivo. Son aquellos que siempre tienen una palabra de ánimo para los más pequeños y que le transmite ilusión por el deporte sin rendirle cuentas de los resultados. Además, anima, refuerza y se preocupa por los entrenamientos y los partidos. Da la enhorabuena al pequeño por practicar deporte, no por ganar.

Padre comprometido. Se involucra en el deporte de su hijo, en el club al que pertenece y en la formación de los chavales. Además, son activos en la promoción de los valores en el club y participan con cualquier acción que pueda ayudar a que las cosas funcionen mejor

Padre pesado. Se pasa todo el día hablando de lo bien que juega, nada o corre su hijo y de que apunta maneras. No presiona directamente al niño, pero sin querer le traslada que su valor como chaval está en el juego.

Padre entrenador. Se cree Zidane y da instrucciones a su hijo desde la grada contrarias a las del entrenador y provoca el desconcierto del niño. En deportes como la natación es el que desde la grada se pasea mientras nada su hijo, toma tiempos, apunta resultados Con su actitud presiona al niño

Padre competitivo. Le pide a su hijo que juegue y se entregue al máximo en cada partido como si fuera lo más importante en la vida pero olvida que su hijo no es un profesional y que el deporte tiene unos valores por encima de competir a cualquier precio.

Padre tóxico. Es el que avergüenza a cualquier niño porque grita en la grada, cuestiona las decisiones del entrenador, falta el respeto a otros niños e insulta al árbitro o al rival. El padre que nadie querría tener.

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