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ATLAS ESPAÑA
Martes, 13 de marzo 2018, 18:35
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Vuelven a registrar la finca donde la detenida golpeó al pequeño Gabriel, creen que para que perdiera el conocimiento y luego asfixiarle. Los primeros resultados apuntan a estrangulamiento por unas marcas en el cuello. El cuerpo estaba cubierto de barro muy húmedo y desnudo. Hoy siguen buscando la ropa y miran lugares con tierra removida, por si la enterró para ocultar sus vestigios. El barro dificulta la búsqueda de restos biológicos de su agresor y de momento apuntan a que no hay restos de defensa en las uñas del niño. Ana Julia tenía las llaves de la finca porque estaba acondicionado la casa para vivir en ella con el padre de Gabriel. Los investigadores aseguran que no se registró ninguna propiedad de la familia porque no eran objetivo prioritario. Empezaron a sospechar de Ana Julia cuando las antenas de telefonía la situaban en Vícar y ella cayó en contradicciones. Fue entonces cuando hizo desparecer el teléfono. Un equipo de seguimientos de la UCO se convirtió en su sombra. Le dejaron que rondara la finca, esperando hasta la trampa final: que supiera que irían con perros a Rodalquilar. Advirtieron a la familia de que la dejaran sola y así consiguieron que el domingo fuera a trasladar el cuerpo. Estaba acorralada.-Redacción-
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