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El futuro de las pensiones

Afortunadamente, los pensionistas españoles pueden estar tranquilos, podemos estar tranquilos. España no es Grecia ni Portugal, donde las pensiones han bajado el 30 o 40 por ciento

rafael mateos yuste

Jueves, 5 de abril 2018, 00:21

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Comenzaré diciendo que entiendo el desasosiego que muchos pensionistas habrán sentido los últimos días sobre el futuro de sus pensiones. Es cierto que cada vez nacen menos niños y nuestra expectativa de vida es mayor. La segunda del mundo, solo superada por Japón, pero la solución no pasa por prometer lo que no se puede cumplir, que es lo que están haciendo algunos con una irresponsabilidad absoluta e intentando manipular el voto de un colectivo que merece mucho más respeto. Colectivo al que algunos de los que les quieren ‘manejar’, les quieren por otra parte, negar el derecho al voto. Por cierto, estos mismos que cuando Zapatero ‘congeló’ las pensiones no les azuzaron.

Conviene recordar que las pensiones no las paga este ni ningún otro Gobierno, las pagamos entre todos, con las cotizaciones y los impuestos, por eso, por la importancia que tienen, porque es un asunto que trasciende a cualquier Gobierno, el debate sobre el futuro de las pensiones en España debe de tratarse dentro de la Comisión del Pacto de Toledo, que con esa finalidad fue creada en 1995. En esa Comisión, en la que tuve el honor de ser portavoz adjunto del PP en la VII Legislatura, se alcanzaron importantes acuerdos que beneficiaron a todos y entiendo que sigue siendo el ‘marco’ en el que debemos seguir acordando y consensuando, porque aun cuando hablamos de que las pensiones suponen más del 40% de los PGE, o que dedicamos a pensiones el 29% del gasto público total español (incluidos Ayuntamientos y CC.AA.), lo que no podemos olvidar cuando hablamos del sistema de pensiones, es que no hablamos de abstracciones ni de generalidades sino de los pensionistas españoles, es decir, de mujeres y hombres que han trabajado toda su vida, que conocen perfectamente y de primera mano lo que son el esfuerzo y el sacrificio.

Creo que podemos sentirnos orgullosos (soy pensionista) del sistema público que tenemos en nuestro país. En España la pensión media representa un 72,3% del salario previo a la jubilación y en la OCDE es el 52%, es decir, en España estamos 20 puntos por encima de la media de los 35 países mas desarrollados del mundo. En general, en los países de la OCDE, según la propia OCDE, las personas mayores de 65 años tienen más probabilidades de caer en la pobreza que el conjunto de la población. Sin embargo, según la propia OCDE, España es uno de los países con menor población mayor de 65 años en situación de pobreza, en niveles comparables a Dinamarca, Francia o Noruega y por delante de Bélgica, Austria ó Alemania.

Para seguir preservando este buen sistema para el futuro, para que puedan beneficiarse de él las próximas generaciones de españoles, se necesita un mínimo consenso a la hora de poner en marcha las reformas imprescindibles para adaptarnos a los cambios que se producen constantemente en nuestra sociedad y, por supuesto lo mas importante, es preciso seguir creando empleo, más y mejor empleo. Pero para ver las cosas con perspectivas de futuro, hay que volver la vista atrás para no cometer los mismos errores. Cuando el Partido Popular llegó al Gobierno se encontró con las pensiones congeladas por el señor Zapatero, a pesar de que la ley establecía que subirían conforme al IPC y nadie protestó en aquel momento, a pesar de que el IPC subió el 2,9% que es lo que los pensionistas perdieron de poder adquisitivo en aquel momento. Habría que hacerse la pregunta, ¿por qué el señor Zapatero no utilizó el Fondo de Reserva, que para eso estaba, en lugar de congelar las pensiones? El Gobierno del Partido Popular se vio en la necesidad de hacer muchos ajustes en la política presupuestaria, pero también se comprometió (y lo ha cumplido) a no congelar nunca las pensiones y por ello estableció por ley una revalorización anual del 0,25% a pesar de que el IPC en aquellos momentos no solo no crecía, sino que decrecía.

La realidad es que hoy se pagan más pensiones, las pensiones son más altas y hay más pensionistas que nunca. Hoy se destinan en el sistema público de pensiones 44.000 millones más de los que se destinaban cuando el Partido Popular llegó al Gobierno y cada año las pensiones, solo con el crecimiento vegetativo suponen un crecimiento próximo a los 3.000 millones. Por ello, ese es el gran reto que tenemos que afrontar en el futuro en la sociedad española, teniendo en cuenta la pirámide de edad y esta realidad plantea un problema de recursos y sostenibilidad del sistema a medio y largo plazo. De eso es de lo que se debería estar hablando en la Comisión del Pacto de Toledo. Algunos partidos políticos deberían abandonar la demagogia para que podamos anticiparnos a los acontecimientos del futuro. Las pensiones no pueden ser un arma arrojadiza. Tienen que ser un verdadero asunto de Estado.

Algunos han criticando sin sonrojo que se haya utilizado el Fondo de Reserva. Claro que se ha utilizado, para pagar las pensiones. Hay que recordar que este fondo que fue un acuerdo del Pacto de Toledo de 1995, fue el Partido Popular desde el Gobierno quien tuvo que crearlo y su destino era el de prever situaciones de necesidad, como la que hemos sufrido en los últimos años. Por cierto, el Gobierno de Zapatero no destinó ninguna cantidad a dicho fondo en los años 2008 y 2009, desconociéndose a qué finalidad destinaron las cantidades que correspondía ingresar en el mismo.

La creación de empleo sigue siendo el eje fundamental del crecimiento económico y es el instrumento esencial para revertir el deterioro de las cuentas de la Seguridad Social, que a pesar de que en el año 2017 se haya obtenido la mayor recaudación de la historia, todavía es insuficiente para equilibrar el sistema. La reforma de las pensiones ha tenido y tiene como objetivo garantizarlas, con una distribución equitativa, justa y sostenible de esfuerzos entre generaciones, porque el compromiso con los pensionistas de hoy tiene que pensar también en los pensionistas del mañana.

Afortunadamente, los pensionistas españoles pueden estar tranquilos, podemos estar tranquilos. España no es Grecia ni Portugal, donde las pensiones han bajado el 30 o 40%. Tenemos uno de los mejores sistemas públicos de pensiones del mundo y si todos volvemos a la sensatez, si se trabaja sin «demagogia»ni cálculos electorales en el seno de la Comisión del Pacto de Toledo, seremos capaces sin lugar a dudas de acordar las reformas que convengan al conjunto de los españoles, que permitan seguir garantizando las pensiones no solo de los pensionistas actuales, sino de los trabajadores de hoy que un día serán pensionistas.

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