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Jordi Turull y Marta Rovira, en el pleno del Parlament del 1 de marzo. EFE
Esquerra confía en un inminente desbloqueo de la investidura catalana

Esquerra confía en un inminente desbloqueo de la investidura catalana

El Parlament aprueba debatir la reforma para permitir una investidura telemática, de la que Puigdemont ha desistido

cristian reino

Barcelona

Lunes, 19 de marzo 2018, 22:11

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Tres meses después de las elecciones, Cataluña sigue bloqueada, sin gobierno y con la autonomía intervenida por el 155. Pero los secesionistas se mostraron este lunes esperanzados en que la investidura podría acelerarse a partir de hoy, en cuanto se conozca la decisión del Supremo sobre la petición de libertad de Jordi Sànchez, candidato a la Presidencia de la Generalitat.

«Mañana (por este martes) es un día clave y pueden pasar cosas importantes», afirmó el número tres de Esquerra, Sergi Sabrià. La Sala de Apelaciones resolverá el recurso que presentó Sànchez contra la decisión del magistrado Pablo Llarena de negar su excarcelación para someterse a un pleno de investidura. Por tanto, quedará resuelto si el expresidente de la ANC puede seguir siendo el candidato o si JxCat y Esquerra tienen que pasar al plan C. Ambas formaciones acordaron la semana pasada que si Llarena veta de nuevo a Sànchez, Puigdemont deberá poner un nuevo aspirante sobre la mesa en 48 horas. Esquerra confía en desencallar la legislatura en «las próximas horas o máximo en días».

No es la primera vez que lo dicen, de hecho llevan semanas anunciando que el acuerdo es inminente, pero en esta ocasión podría ser diferente. Si Llarena no da vía libre al número dos de JxCat, su sustituto, en principio, no tendrá las trabas legales de Puigdemont (huido en el extranjero) y Sànchez (en prisión preventiva) y podría celebrarse un pleno de investidura. Desde hace semanas, el neoconvergente Jordi Turull es el mejor situado en las quinelas, pero también suenan a Josep Rull, Marc Solsona, Eduard Pujol, Quim Torra o Elsa Artadi.

La Cámara catalana, por si acaso, lo tiene todo preparado. Así, la Mesa aprobó este lunes la celebración de un pleno ordinario en los próximos días para debatir la comparecencia de Roger Torrent reclamada por Ciudadanos, pero el presidente de la Cámara no fijó la fecha porque ese mismo pleno podría acabar convirtiéndose en el de investidura. La Mesa admitió además a trámite la reforma de la ley de la Presidencia para permitir la elección presidencial a distancia, un asunto que ha sido durante semanas caballo de batalla entre Esquerra, contraria a esa fórmula, y JxCat, partidaria, y que es muy probable que el Constitucional la impugne si sale adelante. Puigdemont, además, ha desistido de utilizar esa vía y retiró su candidatura.

La CUP no cede

Lo que ya no está claro es que el nuevo candidato independentista tenga asegurada la investidura. Y es que, aunque el secesionismo obtuvo la mayoría absoluta hace tres meses, las estrategias de unos y otros son cada vez más divergentes. JxCat y Esquerra ya hace semanas que tienen cerrado un acuerdo de legislatura, que plantea la creación de un Consejo de la República en Bruselas, liderado por Puigdemont, la puesta en marcha de un proceso constituyente y el compromiso de celebrar una consulta para refrendar ese proceso constituyente.

Pero la CUP sigue vetando el pacto con su argumento de que no supone una ruptura con la legalidad autonomista. Tanto republicanos como convergentes avalaron la propuesta de plantear una moción de confianza a la mitad del mandato como prueba del compromiso con el programa pactado para convencer a la CUP. Y Puigdemont se reunió este lunes con Anna Gabriel (exportavoz cupera huida a Suiza) en Ginebra, y esperan que de esta ofensiva salgan resultados.

JxCat y Esquerra necesitan al menos dos votos favorables de los antisistema. Si se cierran en banda, la opción que les quedaría a republicanos y nacionalistas es que Puigdemont y Toni Comín renuncien a sus escaños porque sus dos votos no valen si no están presentes. El PDeCAT dijo que esta posibilidad no está sobre la mesa y el propio expresidente de la Generalitat afirmó desde Ginebra que nadie se lo ha pedido.

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