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Lunes, 10 de abril 2017, 14:45
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El caso de la agente de la guardia civil expedientada por ausentarse de su puesto para ir al servicio cuando le bajó la regla ha sido noticia este lunes. Sin embargo, según Juan Fernández, portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles, a ningún guardia civil le sorprendería este caso.
La mayoría de sanciones son de este tipo, explica Fernández, ausentarse un momento de su puesto, o llegar cinco minutos tarde a la presentación porque no ha sonado el despertador. Este tipo de sanciones leves suponen una penalización económica: la suspensión del sueldo de entre uno y cuatro días.
La agente expedientada intentó denunciar su caso ante el capitán pero, al no tratarse de su superior inmediato, se vio obligada a hablar con el propio teniente que la había amonestado y al que pretendía denunciar. Fernández reconoce que, en ocasiones de este tipo, el reglamento militar por el que se rige la guardia civil puede generar problemas. Se da prioridad a la jerarquía y a la disciplina; es obligatorio seguir el conducto reglamentario. Por eso se dan casos como este, en el que la agente tuvo que denunciar al superior que la había intimidado ante el propio superior denunciado.
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