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Janaína Santos Américo y Marcos Campos, con sus hijos.
¿Por qué el asesino de la familia de Pioz no se deshizo de los cuerpos?

¿Por qué el asesino de la familia de Pioz no se deshizo de los cuerpos?

La Guardia Civil apunta a un crimen cometido en tan solo cuatro horas y con premeditación, aunque desconoce por qué Patrick abandonó los cadáveres descuartizados en el chalet

Melchor Sáiz-Pardo

Jueves, 6 de octubre 2016, 20:04

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La Unidad Central Operativa de la Guardia Civil considera ya la matanza de Pioz un caso cerrado. O casi. Los propios investigadores, que 20 días después de que aparecieran los cuerpos ya son capaces de hacer relato completo del cuádruple asesinato de la familia brasileña, admiten que solo hay un cabo suelto. Siendo un crimen premeditado de un psicópata concienzudo (no fue un brote de locura, insisten) ¿Porqué François Patrick Gouveia no fue capaz de deshacerse de los cuerpos de sus cuatro familiares en el mes que transcurrió entre el homicidio múltiple y el hallazgo de los cuerpos en descomposición la madrugada del 18 de septiembre?

Los expertos del instituto armado tienen una hipótesis, todavía no comprobada. Quizás un colaborador, con vehículo (el asesino no conducía) falló al asesino a la hora de transportar a un paraje aislado o a un vertedero los cuerpos que con precisión de cirujano Patrick Gouveia había descuartizado para introducirlos en seis grandes bolsas verdes de basura que él mismo precintó con cinta americana, la misma cinta que terminó por delatarle, ya que en ella se halló su ADN.

De la premeditación y frialdad del crimen da buena cuenta el tiempo que el asesino dedicó a limpiar la casa y destruir cualquier documentación que pudiera servir para identificar a las víctimas.

François Patrick Gouveia actuó probablemente por venganza. Una vendetta al sentirse abandonado por la familia, que se trasladó al chalet de Pioz para perder de vista al sobrino. Pero creemos que también fue una venganza por los desaires, que en su cabeza, le hacía Janaína, con la que estaba absolutamente obsesionado. Esa es nuestra principal hipótesis de trabajo, pero solo Patrick podría aclarar que le pasaba por la cabeza.

Son las palabras el jueves por la mañana de uno de los mandos de la Guardia Civil que ha dirigido la investigación del cuádruple asesinato de Guadalajara y que insiste en que todos los indicios apuntan a que el inicio de la matanza tuvo lugar entre las 13:00 y las 17:00 horas del 17 de agosto, el tiempo en el que el padre de familia, Marcos Campos Nogueira, abandonó el chalet situado en el número 594 de la calle Los Sauces para acudir a su trabajo como parrillero en un asador argentino situado en el centro comercial Plenilunio de Madrid.

En autobús

La Guardia Civil sostiene que en esas cuatro horas, Patrick Gouveia, que llegó probablemente a la urbanizaciópn en autobús, degolló primero a la mujer de Marcos, Janaína Santos Américo, para luego matar, también degollados, a los dos hijos de la pareja, María Carolina, de cuatro años y David, de apenas un año. Los tres murieron desangrados. Luego, Gouveia esperó agazapado en el chalet de Pioz la llegada del padre. La autopsia apunta a que la sorpresa no fue total, ya que el cuerpo del padre tenía heridas defensivas. También terminó siendo degollado.

Según revelaron ayer los investigadores, el asesino sabía perfectamente donde vivían sus víctimas. E, incluso, es posible que tuviera copia de las llaves, extremo éste no confirmado. En cualquier caso, las cerraduras no estaban forzadas.

El propio Gouveia sabía donde se ubicaba el chalet porque había sido él mismo quien había localizado la casa de Pioz un chollo de solo 500 euros mensuales- cuando sus tíos decidieron en junio, tras cuatro meses de una convivencia muy difícil con el sobrino en un apartamento de solo dos habitaciones en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz, que había llegado el momento de cambiar a una casa más grande.

La excusa (real) fue que necesitaban más espacio por la madre y la tía de Janaína iban a venir a vivir a España por una larga temporada. Otros familiares ya habían anunciado también viajes a Madrid para conocer al pequeño David, que había nacido en España. Aunque la verdad era que la familia quería poner tierra de por medio con Patrick, cada vez más obsesionado con su tía, exhibicionista en casa, violento en ocasiones y que se comportaba dureza con los dos pequeños.

"Relegado"

El 21 de julio de 2016, la pareja brasileña se mudó a la urbanización La Arboleda de Pioz. Con ellos no se marchó el asesino múltiple, quien a última hora fue relegado a seguir viviendo en el apartamento de Torrejón, según los agentes del caso. Era una ofensa imperdonable relatan los miembros del instituto armado- para un psicópata, marcado por una autoestima muy elevada, un gran narcisismo y un egocentrismo desmesurado.

La principal tesis de trabajo es que fue entonces, un mes antes de la matanza, cuando Patrick Gouveia, sin recursos económicos para mantenerse en un piso solo y fracasado en su intento de ser fichado como futbolista, empezó a planear el cuádruple asesinato, perfectamente conocedor de los horarios y costumbres de sus familiares. Y sabedor apuntan los funcionarios- de que Janaína apenas abandonaba el chalet, probablemente consciente del enfado de Patrick Gouveia por ser abandonado y temerosa de su reacción violenta. La propia Janaína un día antes de su asesinato había relatado sus miedos a sus familiares en Brasil. Pero nunca, ni ella ni su marido, denunciaron las actitudes violentas y coacciones de su sobrino, quien terminó por convertirse en su verdugo y en el de sus hijos.

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