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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?

Aislamiento del PP

El partido de Rajoy debería reconocer que es preferible pactar desde fuera con un Gobierno moderado que nuevas elecciones

PPLL

Sábado, 13 de febrero 2016, 01:01

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Los líderes de los dos principales partidos mantuvieron ayer una gélida reunión de menos de media hora, cuyo prólogo, un fallido apretón de manos, fue el símbolo elocuente de la falta de entendimiento, más allá de los grandes temas de Estado (Pedro Sánchez restó después importancia al gesto). La reunión fue, sin embargo un signo positivo de normalidad, ya que convenía reafirmar algunos pactos tácitos -sobre la unidad de España, contra el terrorismo, etc.- y alejar cualquier sombra que afecte a la representatividad plena de Rajoy en el próximo Consejo Europeo. En medios institucionales había preocupación por la posibilidad de que salieran a la luz fricciones profundas que alarmaran a los mercados y transmitieran una pobre imagen del pluralismo español; felizmente, el trámite no ha dejado secuelas. El encuentro con Sánchez era perseguido por Mariano Rajoy para romper la sensación de aislamiento que le rodea pero, como pudo ya advertir la víspera en su encuentro con Rivera, el PP está muy dañado en su imagen por la interminable secuencia de episodios de corrupción que le han acompañado desde el 20-D. El 'caso Gürtel', con todos los tesoreros del partido implicados en sus diversas piezas; el 'caso Imelsa' valenciano, de relevancia estructural, con más de 80 investigados; el 'caso Acuamed', con vinculaciones en las alturas de la administración; el 'caso Púnica', que extiende sus tentáculos al PP madrileño; el 'caso Nóos', que afecta a un exministro y expresidente de comunidad del PP. forman un fardo aplastante que obliga al PP a pensar en una profunda catarsis, previa a una refundación de la que deberán quedar al margen quienes no hayan actuado con la debida firmeza en estos años de decadencia ética. En estas condiciones, la dificultad del PP, con sus 123 diputados, de hacer valer su exigua victoria para un pacto de Gobierno parece insuperable porque no es fácil para nadie tender la mano a quien se halla en una situación tan grave de postración. Así las cosas, el PP debería reconocer que, en lugar de unas nuevas elecciones, es preferible quedarse al margen de un Ejecutivo moderado con el que pactar desde fuera las grandes reformas de fondo que se proyectan. Para ello, sería pertinente renovar sus cuadros para que otras personas con un pasado sin señales de corrupción probaran fortuna en el juego institucional.

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