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Fin de ciclo legislativo

Las últimas iniciativas del Gobierno buscarán la complicidad de su clientela

PPLL

Domingo, 1 de marzo 2015, 00:30

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Si hace unos meses, y por causa de la cercanía de las elecciones, el Gobierno decidió dejar para mejor ocasión ciertos proyectos legislativos polémicos que podían granjearle enemistades -la reforma a fondo de la ley del aborto o la muy controvertida nueva ley de Servicios y Colegios Profesionales, por ejemplo-, ahora el Ejecutivo quiere aprovechar los siete meses que aún restan de actividad parlamentaria para ultimar los proyectos pendientes que cerrarán el ciclo de la legislatura. Se espera que las elecciones generales tengan lugar a finales de noviembre, lo que obligaría a disolver el Parlamento a mediados de octubre; queda, pues, el actual período de sesiones y el mes de septiembre para concluir la tarea. El acervo de normas todavía pendientes de aprobación por las Cortes contiene una treintena de proyectos de ley. Un primer bloque está formado por leyes con tramitación avanzada que se encuentran ya en el Senado (las dos leyes anticorrupción y la de reforma del Código Penal, la de Seguridad Ciudadana, el Estatuto de Víctima y varias económicas). Un segundo grupo es el de las normas que ya se debaten el comisión en el Congreso, como la minirreforma de la ley del aborto, la reforma de la Administración de Justicia y del Registro Civil, la de la carrera militar, la de patentes, etc. Finalmente, un último paquete es el de leyes anunciadas recientemente que acaban de llegar a la Cámara baja o que lo harán de inmediato, que son de carácter jurídico -las reformas de las leyes de Enjuiciamiento Criminal y de Enjuiciamiento Civil, entre otras- o económico. El Ejecutivo presidido por Rajoy, que ha tenido como principal ocupación la gestión de la gravísima crisis económica, ha aprovechado su cómoda mayoría absoluta para emprender una profunda liberalización socioeconómica, cuya estabilidad futura es dudosa. Una reforma que sin embargo no ha llegado a racionalizar la administración y que desde luego ha obviado las cuestiones más polémicas -la mayoría de las propuestas de Gallardón-. Y ahora, al redondear esta obra con los últimos retoques, se aprovecha también para ofrecer medidas (ley de segunda oportunidad, eliminación de tasas judiciales, etc.) con las que intentar congraciarse con los sectores vacilantes de su clientela.

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