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¿Qué ha pasado hoy, 18 de marzo, en Extremadura?
El teniente coronel Descalzo en la academia de Koulikoro.
«Los batallones que entrenamos son la vanguardia contra el yihadismo en Malí»

«Los batallones que entrenamos son la vanguardia contra el yihadismo en Malí»

Los grandes desafíos son «reforzar el liderazgo» de los mandos malienses y lograr que sus soldados asuman en diez semanas las leyes de la guerra

Mateo Balín

Sábado, 23 de agosto 2014, 07:21

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El teniente coronel del Ejército de Tierra José Luis Descalzo, de 47 años, es el jefe de los 110 militares españoles destacados en la academia de entrenamiento de Koulikoro, al sur de Malí. Allí reciben formación las tropas malienses que combaten contra los yihadistas que controlan el norte del país, en la región del Sahel, una extensión desértica casi dos veces el territorio español. Nacido en Nava del Rey (Valladolid), su otro cometido en la misión es la dirección de logística de los 600 militares de 22 países europeos del operativo.

Es decir, es el encargado de controlar la comida, el carburante o las municiones de todo el destacamento, una tarea titánica. Llegó a Malí en mayo y se marchará en noviembre, cuando concluya la rotación del actual contingente español despelgado en este país africano.

El cometido de la misión es muy explícito: entrenar al ejército maliense. Pero es indudable que tienen que trabajar con un ojo mirando lo que sucede con los rebeldes en el norte del país.

Está claro. Nuestra tarea es adiestrar, pero no nos podemos abstraer del conflicto del norte. Se trata de un proceso abierto secesionista con grupos armados por la permeabilidad de las fronteras del país. En junio hubo un enfrentamiento armado en Kidal (ciudad rebelde) en el que murieron 103 soldados, hubo 100 prisiones y 50 vehículos fueron destruidos. Aquel episodio tuvo repercusión en todo el país. Manifestaciones en apoyo del Gobierno de Bamako (la capital) que nos pusieron en alerta.

¿Qué conclusioness sacaron de aquella derrota?

Hubo fallos en la cadena de mando. Los subordinados no respetaron a sus jefes. Otro problema fue la falta de información sobre el terreno de combate. No sabían contra quién se iban a enfrentar y cómo estaban pertrechados los grupos terroristas. Y por último hubo carencias logísticas, ya que el ejército maliense no estaba suficientemente entrenado entonces.

¿Y algún aspecto positivo?

En la derrota de Kidal se encontraban 700 hombres del denominado grupo táctico Guaraba, formado en la academia militar de Koulikoro, que funciona desde la primavera de 2013, tres meses después de que los yihadistas estuvieran a punto de llegar a Bamako. En las diez semanas de formación este grupo asumió el respeto a las leyes y usos de la guerra, y cuando vieron los posibles daños colaterales que podían causar durante la batalla se detuvieron. Su comportamiento fue admirable.

El desafío futuro de la misión, por lo tanto, será fortalecer la cadena de mando

Sí, se trata de reforzar el liderazgo de los oficiales malienses para que los soldados les respeten y viceversa, que los jefes se impongan y se ganen a sus hombres. Para ello necesitamos líderes con prestigio. Tenemos que moldearlos y estar cerca de ellos. Hemos tenido tres tenientes coroneles en dos meses.

«El tiempo es el que es»

¿Pero admitirá que en los seis meses que dura su rotación es complejo cambiar estas mentalidades?

Hemos venido a entrenar hasta noviembre. Y el tiempo es el que es. Tenemos diez semanas para que aprendan conceptos nuevos de artillería, grupos especiales, los usos y leyes de la guerra, primeros auxilios y derechos humanos. Son cambios muy profundos en poco tiempo. Es un gran reto, la verdad.

¿Qué cifras de adiestramiento maneja la misión cuando finalice el mandato, en mayo de 2016 (España gastó el pasado año nueve millones de euros)?

Los primeros batallones que se formaron en Koulikoro tenían entre 710 y 820 hombres, pero el actual tiene unos 600. Llevamos formados cuatro compañías y estamos con la quinta. El objetivo final es entrenar a diez batallones, por lo que rondaremos los 8.000 hombres con sus respectivos cuadros de mando. El número es importante teniendo en cuenta que los maliense tienen desplegados unos 8.300 militares en el frente norte.

¿Sopesa la posibilidad de fracasar? EE UU invirtió 500 millones de dólares en Malí y los resultados están a la vista: el ejército maliense se desmoronó en la ofensiva yihadista y tuareg de finales de 2012, que dio lugar a esta operación militar.

Los 22 países europeos que estamos representados en Koulikoro tenemos experiencia y los planes de formación están muy estudiados. Los resultados llegarán y tendremos un ejercito preparado. Los batallones que están siendo entrenados por la UE tienen un gran prestigio y son las unidades punta que los malienses usan como vanguardia en el desafío contra los yihadistas.

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