Borrar
¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?
Marco Antonio Tejeiro, cuñado de Diego Torres, tras prestar declaración en febrero de 2012 ante el juez Castro.
El contable de Nóos tira de la manta y cava la 'tumba judicial' de Urdangarin

El contable de Nóos tira de la manta y cava la 'tumba judicial' de Urdangarin

Marco Tejeiro confiesa que la empresa propiedad de la infanta y su marido tenía como único fin recibir dinero sucio de la falsa fundación sin ánimo de lucro

Melchor Sáiz-Pardo

Jueves, 3 de julio 2014, 12:26

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Golpe de timón en el caso Urdangarin de consecuencias imprevisibles. El contable de la trama Nóos -el hombre que sabía casi todo de los negocios del cuñado y de la hermana de Felipe VI - dice que basta. Que él no está dispuesto a comerse penas de cárcel por el haber participado en los chanchullos que orquestaron Iñaki Urdangarin y su exsocio Diego Torres. Marco Antonio Tejeiro, entre otras cosas, revela que la empresa propiedad de la infanta y su marido tenía como único fin recibir dinero sucio de la falsa fundación sin ánimo de lucro.

Tejeiro acaba de decidir que tira de la manta. El otrora hombre de confianza de los dos dirigentes del Instituto Nóos ha llegado a un pacto con la Fiscalía Anticorrupción para confesar que durante años participó en el ardid que el marido de la infanta y Torres orquestaron para hacerse con todo tipo de contratos públicos usando la imagen de la Casa Real y montando un conglomerado de falsas empresas para llevarse a bolsillos privados millones de euros. Una maniobra en la que participó -siempre según las revelaciones del arrepentido- un entramado de mercantiles pantalla, entre las que se encuentra Aizoon, la falsa inmobiliaria de la que son propietarios el propio Urdangarin y Cristina de Borbón.

El acuerdo, muñido por el fiscal de Anticorrupción, Pedro Horrach, incluye una confesión de ocho páginas firmadas por el propio Tejeiro (cuñado de Torres) y su abogado, Daniel Pérez-Esqué Sansano. Ha sido el propio Horrach quien ha informado de la confesión al juez Castro, que se plantea volver a tomar declaración al contable arrepentido. Previsiblemente antes de que finalice el mes.

En esa delación, Marco Antonio Tejeiro habla, entre otras cosas, de Aizoon, la empresa que implica a la hermana del Jefe del Estado en dos fraudes fiscales y en blanqueo de capitales. El arrepentido confiesa que esa mercantil fue uno de los epicentros del entramado Nóos con la finalidad de conseguir "beneficios fiscales", ya que los trabajadores a sueldo de Urdangarin y la infanta no realizaban función alguna. Y más sobre la empresa de la que es copropietaria la hermana del Rey. El excontable admite que Aizoon fue una de las empresas principales contra las que se giraron facturas no justificadas de los dos grandes pelotazos del Instituto Nóos. Esto es, Illes Baleares Forum y Valencia Summits, por los que la fundación sin ánimo de lucro que presidía el yerno de don Juan Carlos se embolsó más de cinco millones de euros.

De acuerdo con el relato firmado Tejeiro y su abogado, que la empresa propiedad de la infanta y su marido tenía como único fin recibir dinero sucio de la falsa fundación sin ánimo de lucro. Aizoon, afirma en su delación el excontable, carecía de infraestructura personal y de "medios relevantes" para acometer cualquier actividad social y "todas" las facturas que giró contra el entramado de Nóos tenían como única finalidad desviar al bolsillo de la empresa del yerno y la hija del exjefe del Estado los fondos públicos que llegaban al instituto. Marco Antonio Tejeiro, en ese punto de su declaración, es tajante: Aizoon jamás tuvo empleados que justificaran sus ingresos.

Dos "jefes"

Pero la confesión del contable va mucho más allá. Explica el que el Grupo Nóos estaba integrado por una maraña de sociedades -incluida la que pertenecía a los duques- vinculadas entre sí en las que todo se confundía y en la que no había un real reparto de funciones, porque el único fin era canalizar a los bolsillos de los dos "jefes" (Urdangarin y Torres) todo el dinero público que entraba.

Insiste en su declaración en que todo era dirigidos por el marido de la infanta y su socio, incluida la estrategia de contratar falsos empleados para conseguir beneficios fiscales. Ambos socios -explica el arrepentido- se llegaban a repartir entre ellos el dinero que conseguían de la contratación "ficticia" de empleados.

De igual manera -prosigue su declaración Marco Antonio Tejeiro- el marido de la infanta y Diego Torres se repartieron entre sí -y siempre de manera "equitativa"- los beneficios millonarios que obtuvieron de Illes Baleares Forum y Valencia Summits, usando para ello las empresas satélites que tenían a su nombre (en el caso de Urdangarin, la firma que compartía con la hermana de Felipe VI).

Según admite Tejeiro, el coste real de los dos eventos pagados por las administraciones valenciana y balear fue notablemente inferior a lo que realmente costaron aquellas cumbres. Y jamás, desde Nóos -afirma el imputado- se hicieron presupuestos detallados de en qué se iba a gastar el dinero público.

Mera mercantil

De acuerdo con la confesión del arrepentido, el Instituto Nóos, a pesar de tener una forma jurídica de asociación sin ánimo de lucro, siempre operó como una mercantil, ya que todos los beneficios iban a parar a sus socios (Urdangarin y Torres), quienes, sin embargo, se valieron de la forma jurídica de fundación para conseguir contratos con las administraciones públicas.

Marco Antonio Tejeiro también revela en su confesión firmada la existencia de una "estructura fiduciaria internacional" en el seno de Nóos para desviar fondos al extranjero desde la fundación a través de la mercantil fantasma De Goes Stakeholder Management. En este caso, el excontable implica directamente a Torres, pero no es capaz de asegurar que el yerno de don Juan Carlos estuviera al tanto de este operativo porque jamás le reportó a él directamente.

El excontable también confirma que el cuñado del nuevo Rey y su socio, tras la desaparición de Nóos por orden de Zarzuela, crearon una nueva fundación, de nombre Areté, y que luego, con una nueva institución, se embarcaron en nuevos proyectos con la Comunidad de Valencia, a la que terminaron sacando 380.000 euros para los fallidos Juegos Europeos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios