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Una decisión meditada desde enero

Una decisión meditada desde enero

El Rey empezó a sopesar su marcha al cumplir los 76 años y comunicó a Rajoy y Rubalcaba su decisión en marzo

Paula De las Heras

Martes, 3 de junio 2014, 07:29

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El Rey empezó a madurar su decisión de dar un paso atrás y ceder el testigo al Principe de Asturias el pasado mes de enero, según aseguran en la Zarzuela. El día 5 de ese mes cumplió 76 años y venía de pasar dos años negros: seis intervenciones quirúrgicas en apenas año y medio y un aluvión de noticias que han ido minando su valoración ante los ciudadanos, desde el estallido del caso Nóos hasta el incidente de Botsuana pasando por la diputación de la infanta Cristina. Los rumores de una inminente abdicación han sido, de hecho, recurrentes en los últimos meses y el pasado mes de septimebre, cuando se anunció su última operación de cadera, la especie de que la renuncia era inmediata tuvo que ser desmentida por el jefe de su Casa, Rafael Spottorno.

El Príncipe Felipe fue el primero al que el Monarca comentó su decisión. Le afecta en primera persona. En Zarzuela, donde siempre trataron de rebajar las expectativas de que don Juan Carlos siguiera los pasos de la reina Beatriz de Holanda o el rey Alberto II de Bélgica, aducían algunos 'contras' sin descartar por completo que ese paso pudiera darse. Decían que podía ser contraproducente para el Heredero acceder al trono en un momento tan delicado como el actual en el que aún queda crisis económica y política, el 'caso Noós' está pendiente de juicio y, como demuestran las encuestas del CIS, que en su último barómetro volvió a recoger un suspenso a la Corona, es difícil sustraerse a la desafección ciudadana.

El caso es que el Príncipe de Asturias ha resistido mejor que el propio don Juan Carlos el desgaste, de acuerdo con los sondeos que maneja la propia Casa Real; aunque el análisis, hasta ahora, era que eso ha sido en parte porque ha podido mantener cierta distancia. En la práctica, sin embargo - y más de desde que en septiembre el Rey quedó fuera de juego por varios meses al tener que volver al quirófano- , don Felipe ha venido ocupando buena parte del espacio que habría correspondido a su padre. Lo más simbólico: fue él quien presidió el último 12 de octubre.

Ya en 2012, también por los problemas de salud del Rey, su agenda oficial casi dobló a la de don Juan Carlos. Se podría decir que estos dos años han sido un ensayo general, pero con limitaciones porque, de acuerdo a la legislación vigente, las funciones del Rey son indelegables lo que significa que no puede ser sustituido por nadie para realizar aquellos actos considerados de Estado. Por eso el Príncipe no pudo ocupar el lugar de soberano en la Cumbre Iberoamericana que tuvo lugar en Panamá a mediados de noviembre.

Tras hablar con su Heredero, el Rey habló con Spottorno. Y en marzo comunicó su decisión tanto al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, como al líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba. Aunque tiene previsto ser él quien explique a los españole sus razones, en Zarzuela admiten que este momento, con un Parlamento con mayoría absoluta del PP y un PSOE aún numeroso, ofrece la estabilidad institucional que es necesaria para proceder a un cambio histórico de esta índole sin sobresaltos. El desplome del bipartidismo quizá no lo garantizara en el futuro.

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