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MARTA PÉREZ GUILLÉN
MÉRIDA.
Martes, 5 de septiembre 2017, 07:24
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El festivo local comenzó con una de las citas de carácter familiar que más aceptación tiene entre los emeritenses, el tradicional día de la Bicicleta. Al encuentro acudieron cientos de vecinos de la ciudad, entre pequeños y mayores, ataviados con ropa deportiva para disfrutar de un recorrido mañanero que comenzó en el recinto ferial y siguió por la avenida de Emerita Augusta, la Ronda de los Eméritos y Vía de la Plata para llegar al Puente Romano sobre el Albarregas.
Desde ese punto, la caravana de bicicletas continuó por la calle Huerta Velázquez para acceder al Parque del Albarregas. Después por Mirandilla, Felipe Corchero, la avenida Marqués de Paterna, Juan Carlos I, de Extremadura, Camilo José Cela, Félix Valverde Lillo hasta llegar a la Plaza de España. Se trató de un recorrido llano para que los pequeños pudieran realizarlo sin problemas.
Caseta Municipal A las 14 horas, actividades para pequeños de tirolina y rocódromo. Degustación de ibéricos.
Cortijo Extremeño A las 14 horas, baile español a cargo de la academia Aire Flamenco. Degustación de lentejas
Caseta 'Niño Bermejo' A las 22 horas, cierre de Feria con El Niño Bermejo y su cuadro flamenco.
Desde el Palacio de Congresos A medianoche, extraordinaria colección de fuegos artificiales.
Al finalizar la cita algunos aprovecharon el encuentro familiar para continuar con la fiesta con las ofertas en los establecimientos del centro. Otros optaron por regresar al ferial y disfrutar del último Día del Niño. O lo que es lo mismo, para amortizar la última mañana de las tres posibles en que las atracciones ubicadas en el recinto ferial ofrecían un 50 por ciento de descuento a los pequeños, con un horario desde las 12 a las 16 horas.
Y aunque muchas de ellas permanecieron apagadas, las dirigidas a los más pequeños como los populares 'Cochecitos' o 'el tren de la bruja' trabajaban a pleno rendimiento pasadas las 14 horas. La iniciativa convenció tanto a padres como a abuelos que se amontonaban junto a las atracciones viendo disfrutar a los pequeños, al mismo tiempo que se ahorraban unos euros o los invertían en un viaje más.
Los feriantes, después de estos últimos tres días con las ofertas, lo tienen claro. Les compensa porque al menos venden billetes y mantienen el ferial vivo. «No como otros años, que no venía casi nadie por aquí. Al menos no por la mañana. Las noches siempre son diferentes», señaló la responsable de los 'Cochecitos'.
Algunos reservaron el festivo para descansar y vivir la fiesta con más calma o incluso desde casa. Lo que provocó que las barras exteriores de los locales del centro lucieran algo menos abarrotadas durante la mañana. Por la tarde se volvieron a ver los jóvenes con bolsas de plástico y bebidas en mano para apurar las últimas horas del Paseo de Roma como zona en la que poder hacer botellón los días de fiesta. Lo mismo sucedió con las zonas de marcha. A medida que el sol iba cayendo las calles del centro volvían a bailar al son de una Feria que empieza a despertar tras años de letargo.
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