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M. Ángeles Morcillo
Jueves, 30 de marzo 2017, 08:29
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Aunque la cifra no alcanza los 200, como se llegó a contabilizar en el año 2015, el Ayuntamiento quiere que la población de patos de la Isla no llegue a convertirse en superpoblación. Por eso se ha decidido reducir a la mitad el número de ejemplares, que llega a los 30. «Queremos dejar unos 15», confirma el concejal Marco Antonio Guijarro.
Para reducir el número de patos de la forma menos traumática para los animales, se ha intentado varias veces un método que no es nuevo. Ya la usó el anterior equipo de gobierno. Se pone un contenedor de grandes dimensiones en el entorno donde viven y allí se les acostumbra a entrar dejándoles comida. Ese es el método elegido para intentar capturar los patos que tienen su hábitat en la Isla. Ayer fue la segunda vez que se lleva a cabo esta medida en las últimas semanas y, de nuevo, se finalizó sin capturar ningún ejemplar. Sí que se paran a comer el pan que le echan entre las vallas, pero no se atreven a entrar en el contenedor.
Guijarro asegura a este diario que la población de esta especie hay que mantenerla constante a lo largo del año y explica que el momento idóneo para llevar a cabo esta operación es ahora «antes de que se comience a criar polluelos. Se hace una batida para intentar dejar la población a la mitad», dice.
El concejal desvela el destino de los patos que van a dejar de verse por la Isla en los próximos meses. Explica que en el Ayuntamiento ya hay numerosas solicitudes de vecinos que piden estos animales para llevárselos a sus parcelas o a casas de campo particulares para seguir cuidándolos.
Comida en el agua
Si alguien desea algunos de los ejemplares, Guijarro dice que se puede acudir a la oficina de la OMIC, situada en el mercado de Calatrava, y solicitarlos. El técnico decidirá si es apto para cederlos y que pasen a su propiedad.
Solo hay que darse una vuelta por la Isla para darse cuenta de que los patos están muy bien cuidados y alimentados. No son pocos los emeritenses que a diario les echan de comer. Los fines de semana, con la presencia de niños, la sobrealimentación de los animales se acentúa al encontrar en esta actividad un divertimento. «Cuando encuentran refugio y comida la tendencia de estos animales es a aumentar en número. Por eso hay que controlar la población de forma regular». En este sentido, aconseja que, si se le da de comer a los patos, se debe hacer lanzándoles la comida al agua, nunca a la zona de paseo.
El concejal dice que otra de las razones por las que hay que limitar el número de estos ejemplares en el parque de la Isla son las continuas quejas que se reciben en el Consistorio a causa de la existencia de demasiadas heces en la zona por la que se pasea.
Mientras se encuentra un nuevo hogar para ellos, los patos estarán en la antigua nave de la ITV, donde hay suficiente espacio y ventilación. Además se les proporcionará agua y pienso hasta que se trasladen a otro lugar.
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