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Embarcadero sin uso en el canal del Guadianilla. :: j. m. romero
El Consistorio decidirá entre quitar el embarcadero del Guadianilla o darle uso

El Consistorio decidirá entre quitar el embarcadero del Guadianilla o darle uso

El concejal de Urbanismo dice que revisarán si la autorización para que la instalación siga ahí está vigente o extinguida

M. Ángeles Morcillo

Lunes, 27 de marzo 2017, 08:12

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Muchos emeritenses aún tendrán en su memoria guardado el recuerdo de cuando en el canal del Guadianilla, justo al lado del río Guadiana en Mérida, se instaló un embarcadero, que era el punto de partida de un servicio de barcas de alquiler. Ahora muchos de estos vecinos también se preguntarán por qué este embarcadero, sin actividad desde hace años sigue ahí, vacío y sin uso.

Pues bien, el Ayuntamiento de Mérida, a través de su delegación de Industria y Urbanismo, se plantea varias opciones relacionadas con esta instalación. Así lo explica a este diario el delegado de esta concejalía. Rafael España recuerda que se autorizó la explotación de este embarcadero por parte de una junta de gobierno en 2010 con un informe favorable de la Confederación Hidrográfica del Guadiana y la Consejería de Medio Ambiente, las otras administraciones implicadas en esta iniciativa.

«Lo que tenemos que saber ahora es si la autorización de este embarcadero está extinguida o no y, en caso de que no, plantearnos desde el Ayuntamiento si podemos volver a ponerla en marcha. Si esto fuera viable sacándola de nuevo a concurso o licitación o, por el contrario, retirar la plataforma y la instalación que está allí de forma definitiva», explica España.

Esta instalación era uno de los puntos incluidos dentro de lo que se llamó, por parte del gobierno del alcalde socialista Ángel Calle, Plan para la Reactivación de la Economía y el Empleo, puesto en marcha desde el Ayuntamiento. También era una promesa electoral de ese equipo de Gobierno.

Los trámites administrativos retrasaron la puesta en marcha de esta iniciativa para la que se tuvo que pedir más de una autorización, ya que las orillas son titularidad del Ayuntamiento pero el cauce pertenece a la Confederación. Por eso, el Consistorio tuvo que ceder a este organismo un espacio para que se pudiera construir este embarcadero desde el que pudieran partir los botes para excursiones por el Guadianilla.

Cinco años de retraso

La empresa que regentaba este servicio fue elegida mediante concurso. Era la que determinó el número de barcas que navegaban por el canal, el precio de los viajes y la fisonomía y necesidades del embarcadero que se tenía que construir. La instalación fue promovida por el empresario emeritense Javier Almagro, que llevaba desde 2006 queriendo encontrar un sitio en la ciudad para ofrecer este servicio. Y al fin lo consiguió.

Un pantalán flotante cubierto de madera de 12 por 2,5 metros, que supuso un gasto de alrededor de 30.000 euros fue una de las novedades de agosto de 2011 en Mérida.

Los precios de alquiler estaban organizados por fracciones. Por media hora de utilización de las barcas, los usuarios tenían que abonar 6 euros, mientras que por una hora de travesía el viaje costaba 10 euros. Los horarios se estipularon distintos en verano y en invierno para adaptarse a las condiciones climatológicas y el servicio funcionaba en horario de mañana y tarde.

Pero el sueño duró lo que duró y pocos meses después este servicio desapareció. Desde aquel momento, las instalaciones están como se quedaron. En buenas condiciones pero sin uso. Todo los vecinos que den un paseo por el Guadianilla se dará cuenta de que incluso permanece en pie un cartel que pone que la zona estaba controlada por videovigilancia. Un proyecto que se quedó en el camino y que ahora el Ayuntamiento sopesa en volver a sacarlo de nuevo adelante.

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