Los adoquines de la Plaza de España se reparan dos veces en quince meses

La remodelación se centra en levantar parte del suelo que ya se cambió entre enero y marzo del año pasado.

El firme de granito apenas ha durado quince meses. El volumen de circulación que soporta obliga a un mantenimiento casi constante.

Algunos de los taxistas que paran habitualmente frente a la Concatedral de Santa María recuerdan que las piezas se empezaron a mover a los pocos días de que se pegaran al suelo y vaticinan que ahora ocurrirá lo mismo porque el granito no soporta el peso de los vehículos.

El año pasado los responsables de Obras tomaron la precaución de esperar varios días antes de abrirla para que el hormigón fraguara y no se desprendieran las piedras, pero a pesar de esta cautela no se puedo evitar el desprendimiento de algunas piezas.

Algo parecido con los adoquines ocurrió en la avenida principal de Tercer Milenio. El vial que sube por el acueducto hasta la Comisaría de la Policía Nacional y las consejerías se diseñó como paso adoquinado, pero los continuos baches que se abrían y después de que se levantara dos veces en pocos meses, obligó a quitarlos definitivamente. Al final se optó por asfaltar la avenida. Una solución menos estética pero más práctica para asumir el tráfico que se mueve en esa zona de la ciudad.

En la plaza de España, de momento, no se contempla sustituir las piedras de granito del suelo, pero su mantenimiento obliga a una revisión periódica. En las obras del pavimento no es lo mismo echar una capa de rodadura -se puede reabrir casi de forma inmediata y ocasiona menos trastornos a los usuarios- que el adoquinado, que necesita para el fraguado del mortero y hormigón bastante tiempo. El año pasado en la plaza de España también se limitó el paso a los furgones de más de 3.500 kg durante algunos días más para que no dañaran las piedras recién puestas. La medida, visto que ahora tienen que volver los albañiles, tampoco dio muchos resultados.

En este tipo de actuaciones también hay que tener en cuentas las condiciones meteorológicas, un día de lluvia con el piso todavía recién puesto lo puede levantar por completo, por eso en este caso se hace en una semana donde no hay probabilidad de lluvias.

Junto a los adoquines de la Plaza, algunas baldosas de la Concatedral también se han fracturado y se cambiarán.

En esta ocasión la obra sólo dura dos días, hoy y mañana, porque se trata de una revisión a fondo y no se levantará por completo como al principios de 2015.

En la delegación de Obras también se planean las actuaciones en las zonas peatonales para interferir lo menos posible al público. En la calle Santa Eulalia, por ejemplo, se sutituyeron hace pocos días algunas baldosas a partir de las diez de la noche, cuando lo comercios ya habían cerrado y el paso de peatones se podía sortear con las vallas de obra.

En la Plaza de España también esperan no tardar más de dos días para reabrirla.