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Mari Cruz González, jefa de Enfermería, y su compañera que ejerce de enfermera acompañante.:: J. M. R.
El Hospital de Mérida recupera la enfermera de acogida en los ingresos

El Hospital de Mérida recupera la enfermera de acogida en los ingresos

La figura se suprimió hace años y ahora se retoma para acompañar a los pacientes en las primeras horas de estancia hospitalaria

Antonio Gilgado

Domingo, 19 de junio 2016, 12:19

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Resolver dudas sobre horarios, visitas, comunicación con los médicos, con los familiares. El Hospital de Mérida puso en marcha en el 2007 un plan de acogida para pacientes que hiciera más humano los ingresos hospitalarios.

El servicio se suprimió y ahora de nuevo se recupera la figura de la enfermera de acogida. En sus orígenes, partió del SAU, el Servicio de Atención al Usuario, que dedicaba a una responsable a recapitular a diario los ingresos y visitar los pacientes. En esta charla explicaba algunos detalles como el nombre de los médicos que le iban a tratar o el paso del especialista por su planta. El servicio beneficiaba, sobre todo, a mayores que estaban solos.

En agosto del año pasado la dirección de enfermería se planteó de nuevo retomar esta función. Según cuenta Mari Cruz González, directora de Enfermería del Hospital de Mérida, en esta nueva etapa se desliga del SAU y se refuerza la labor de asistencia. Como entonces, una enfermera recoge a diario el listado de ingresos en Admisión y recorre las habitaciones de los nuevos pacientes.

El encuentro sirve para despejar todas las dudas que puede albergar alguien al entrar en el Hospital.

Le informa, por ejemplo, que hay otros servicios adicionales como sala de informática o capilla con actos religiosos. «Queremos que los cuidados sean más humanos, que cuando llegues alguien se presente y te pregunte lo qué necesitas. Esto es suyo».

Si la enfermera de acogida considera que alguna información puede interesar a la supervisora de planta le informa de las peculiaridades de cada caso. Si alguien va a pasar su estancia en el hospital sin compañía o apenas se puede comunicar conviene que las compañeras lo sepan desde el principio.

Esa información puede ser útil después para el equipo de planta que trata a diario. «La enfermería no son solo técnicas, también somos las que estamos a pie de cama todos los días».

El trabajo de la enfermera de acogida también sirve para recoger quejas y sugerencias de los enfermos, que después se traslada a los responsables del hospital en reuniones periódicas.

Mari Cruz reconoce que en parte, la puesta en marcha de esta figura, nace por una apuesta personal porque se gestó en una experiencia propia.

Hasta agosto del año pasado trabajaba como enfermera urgencias y en un servicio atendió a una familia de Zaragoza con dos niños pequeños que camino de Lisboa hicieron noche en el Parador de Mérida. El padre, un hombre de 42 años, sufrió un derrame cerebral y pasó varios días en el Hospital de Mérida. Hasta que llegaron los familiares para acompañar a la madre, fue Mari Cruz quien se encargó de los niños.

Les habilitó un cuarto en el Hospital y ayudó a la madre a llamar a otros familiares. En realidad, recuerda, ejerció de enfermera de acogida. Al paciente le derivaron después a Badajoz y Mari Cruz gestionó una habitación en la residencia del Infanta para familiares. De aquella historia, cuenta, surgió una amistad que todavía hoy perdura. «En 26 años de experiencia te enfrentas a situaciones complicadas y te das cuenta que se pueden mejorar, por eso, ahora que estamos en un cargo de responsabilidad, trato de ponerlo en práctica».

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