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Un grupo de alumnos de Primaria en el colegio José María Calatrava de Bellavista. :: J. M. Romero
Los colegios de San Lázaro y Bellavista quieren dejar de ser guetos

Los colegios de San Lázaro y Bellavista quieren dejar de ser guetos

Los centros cuentan con premios nacionales o profesorado implicado, pero la ciudad da la espalda a sus esfuerzos por la integración

Antonio Gilgado

Domingo, 22 de mayo 2016, 09:24

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A la hora de abordar la integración en los colegios, resulta fácil caer en la demagogia y en las propuestas vacías, por eso merece la pena escuchar a docentes como Dolores Moreno y Pedro Lozano, dos directores veteranos en centros donde la escuela juega un papel integrador en sus barrios: Bellavista y San Lázaro. Basta revisar con detenimiento los datos de escolarización para deducir que Mérida tiene un problema serio con los colegios guetos. Las preferencias de los padres se aglutinan en torno a cuatro o cinco y hay otros que silenciosamente luchan contra la estigmatización. La etiqueta de 'colegio de gitanos', dice el director del Antonio Machado, cuesta mucho quitársela de encima.

A su centro, el próximo curso sólo han pedido ingresar dos alumnos. Tienen 25 plazas y un curriculum envidiable de premios educativos. Su forma de trabajar se ha expuesto en ponencias de todo el país y la consejera de Educación alabó públicamente hace pocas semanas el trabajo que hacen.

El problema, cuenta Pedro Lozano, es que mucha veces se desconoce. Por experiencia sabe que estos colegios requiere de soluciones valientes. La última, cuenta, ha sido todo un éxito. Por falta de espacios en el instituto Albarregas, varios clases se trasladaron al Antonio Machado. «Entusiasma ver que como los niños tienen referentes positivos». por eso pide a la administración que fomente iniciativas para que familia de otros barrios escolaricen allí. Por profesorado e instalaciones, el centro está más que preparado y de esta forma el colegio dejaría de ser un gueto.

En esa misma lucha, en la búsqueda de referentes positivos andan también desde hace años en Bellavista. Al colegio del barrio, el José María de Calatrava se han apuntado para el próximo curso tres niños. El centro ha pasado de quinientos alumnos en la época de la EGB a los 75 actuales. Dolores Moreno, su directora, repite dos términos que ya mencionaba Pedro Lozano en la otra parte de la ciudad: estigmatización y transformación.

El problema es que la primera, la estigmatización se conoce mucho y la segunda, la transformación, pasa desapercibida.

La poca demanda obliga a unificar ciclos. En infantil, por ejemplo, los niños de tres, cuatro y cinco años comparten aulas.

Han organizado reuniones de trabajo con el barrio en la que participan el presidente de la asociación de vecinos y demás colectivos de Bellavista para ver cómo podían atraer a más alumnos. El año pasado, ante la demanda de familias para el Ciudad de Mérida, la directora se ofreció a acoger a todos los que sobraban en la Zona Norte. Hubiera sido, explica, el verdadero empuje porque de esa forma se podría trabajar la integración. Igualmente cuentan con un profesorado comprometido -todos de destino definitivo- y experiencias positivas para acoger niños de otras zonas con los que trabajar la integración. Pero, de momento, no hay respuesta de la calle.

A la delegada de Educación le han planteado recientemente algunas ideas como poner aulas para niños de cero a dos años y ofrecer la primera etapa de infantil. Muchas familias se plantearían, a los tres años, seguir.

Otra propuesta pasa por crear una escuela de adultos para los padres y de esta forma integrar a la familia en el centro o mantener el colegio a primero y segundo de ESO. Con esta medida, explica la directora, se evitaría el abandono escolar tan habitual entre las niñas gitanas, que cuando saltan del colegio a la ESO suelen dejar los estudios. El colegio ha erradicado el absentismo escolar entre los gitanos. «Hemos hablado con nuestros superiores, estamos en contacto con el barrio, hemos explicado a la ciudad lo que hacemos, pero la realidad es la que es». Lo dice alguien que huye de los tópicos y la demagogia sobre educación.

«Tratamos de conseguir por todos los medios alumnos para evitarlo»

«Cuando la sociedad te pone una etiqueta no es fácil quitártelas de encima»

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