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José Luis Quiñones, director de Resilux en España, muestra algunas preformas terminadas delante de la máquina que las elabora
Botellas extremeñas que contienen productos de todo el mundo

Botellas extremeñas que contienen productos de todo el mundo

En una fábrica ubicada en la localidad pacense de Higuera la Real utilizan PET para elaborar 1.200 millones de envases al año

Álvaro Rubio

Lunes, 31 de marzo 2014, 10:49

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1.200 millones. Ese es el número de unidades de envases de PET que se fabrican en Higuera la Real. Concretamente en una fábrica que se puso en marcha en 1996. Desde entonces, los habitantes de este municipio pacense pueden decir que las botellas que allí se hacen dan la vuelta al mundo con productos diferentes en su interior.

Se elaboran en una planta de 20.000 metros cuadrados en la que hay un protagonista con unas características muy específicas. Se llama PET, «un derivado del petróleo que destaca por su transparencia, resistencia y flexibilidad», afirma José Luis Quiñones, director general de Resilux en España. «Lo que hacemos es mucho más rentable en términos de productividad, y es que en vez de crear envases completamente terminados confeccionamos los que denominamos preforma. Luego, el cliente cuenta con una máquina de soplado con la que calienta nuestro producto a través de un pistón de empuje con cuarenta kilos de presión de aire», añade.

Las cifras argumentan esa afirmación. Cada camión que transporta las preformas de Resilux tiene una capacidad diez veces mayor que si llevara botellas finalizadas. En cada vehículo caben entre 300.000 y 500.000 preformas con un peso que varía entre los nueve y los 100 gramos.

En cuestión de moldes de inyección, cuentan con más de 400 diferentes. Estos pueden confeccionar unas 100 millones de preformas anuales y tener una vida útil de 15 años.

En ese tiempo se dedican a crear envases que se convierten en la parte exterior de muchos productos. Sobre todo de alimentación, sector que representa el 65 por ciento para Resilux; frente a la cosmética y los productos del hogar, que alcanzan un 35%.

Aceites, aguas, refrescos, vinos, detergentes y así hasta cientos de elementos utilizan el PET como envase. «Se ha empezado a generar a través de productos orgánicos pero creo que no debemos centrarnos en eso. No creo que haya que crear campos para hacer botellas con todo el hambre que hay, y mucho menos teniendo en cuenta que este material representa sólo el 1% del petróleo que se extrae», cuenta Quiñones, quien apuesta por el cuidado del medio ambiente a partir de una buena política de reciclaje. Tanto es así que han creado el primer sustitutivo del aerosol metálico. Han elaborado un plástico reciclable que reduce en un 72 por ciento la huella de carbono.

Y es que el futuro pasa por la innovación. Por eso cuentan con una planta de I+D+I que empezó a funcionar cinco años después de la puesta en funcionamiento de la fábrica. «En España se ha creado valor a base de talonario y no de cabeza», confiesa el director de Resilux, quien detalla que en este tiempo han hecho software, nuevos procesos de producción y diseño de máquinas, entre otros aspectos. «Somos la empresa de referencia en el mercado en bajar pesos. Los estamos reduciendo en más de un 20 por ciento. También hemos llegado a hacer multicapas para que los agentes externos no afecten al producto», explica Quiñones.

De ese modo han logrado enfrentarse a la crisis y hoy esta empresa belga cuenta con más sedes en Rusia, Grecia, Suiza, Hungría y Estados Unidos. Cada planta tiene un ámbito de influencia de 1.500 kilómetros y exportan el 35 por ciento de su producción. Desde Extremadura, muchos de los 3.000 camiones que transportan sus productos durante un año llegan a Francia, Portugal, África y Latinoamérica. «Desde Bélgica se vende a Japón y estamos teniendo pedidos a lugares como la India porque innovamos», añaden desde Resilux, una empresa que cuenta con 400 trabajadores.

Cada uno de ellos conoce a la perfección en qué consiste el proceso de producción de un elemento por el que facturan más de 50 millones de euros al año.

«Hacer preformas para envases es muy similar a elaborar camisetas de poliéster», explica José Luis. Ambos productos utilizan el PET que llega desde las petroquímicas en forma de polímero granulado. Lo reciben en grandes bolsas. Concretamente unas 35.000 toneladas al año. Sólo una botella de ocho litros puede necesitar unos 100 gramos de PET.

Posteriormente se almacena en 12 silos de 100 toneladas cada uno. A partir de ese momento comienza un proceso automático en el que la maquina de inyección se alimenta de PET. Dentro de ellas, donde también se puede añadir el color, están los denominados moldes que se encargan de dar forma y finalizar el producto. Con él terminado sólo queda empaquetarlo y enviarlo al cliente.

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