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Theresa May y su esposo Philip May en el set de 'One Show'.
Theresa May no espera muchos votos en Eurovisión

Theresa May no espera muchos votos en Eurovisión

La hierática líder británica se sienta en un sofá televisivo junto a su marido, el misterioso Philip

Iñigo Gurruchaga

Miércoles, 10 de mayo 2017, 13:50

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De uno de los grandes políticos conservadores del siglo XX, Rab Butler, se dice que fue brillante cuando estaba casado con su primera mujer, Sydney, que le bajaba los vapores del poder diciéndole de vez en cuando que tal idea era una porquería, y que comenzó a cometer errores cuando tras enviudar se casó con Mollie, que lo adoraba tanto que siempre achacaba a la envidia de otros las críticas a su esposo.

Por eso, porque hay una sospecha sobre el papel que cumplieron Denis Thatcher o Cherie Blair en la visible locura de poder en la que cayeron sus cónyuges, había gran expectación en los hogares británicos cuando los May, Philip y Theresa, se sentaron juntos, por primera vez, en la noche del martes, en el sofá del plató de un programa de televisión, 'One Show', para hablar de ellos mismos y de sus cosas.

Se conocieron en la Universidad de Oxford, donde eran miembros de la asociación de estudiantes conservadores; ella, estudiante de Geografía, un año mayor que él, licenciado en Historia. Si Theresa Brasier era hija de un pastor anglicano con su vicaría en la comarca de la ciudad universitaria, Philip May llegaba de Liverpool, a donde su padre había trasladado a la familia desde Norwich para trabajar como vendedor de un fabricante de zapatos.

La primera ministra dijo que su educación en la vicaría le permitió tener un entendimiento de muy variadas personas y que ha seguido algunos consejos de su padre, como tratar a todo el mundo igual y sin prejuicios y hacer lo mejor posible aquello a lo que te dediques. Philip escuchaba esas palabras asintiendo con su cabeza. Fue más parco en palabras y dijo dos veces que la pregunta era muy buena, cuando simplemente no la esperaba.

La primera pregunta muy buena fue si era fácil negociar con su mujer en casa. Todo matrimonio es un dar y tomar, ¿no es cierto?, respondió. Pero yo tengo el derecho de decidir el momento en el que saco la basura. La segunda pregunta muy buena fue qué capricho personal tiene equivalente al de su mujer por los zapatos: Corbatas, aunque no llevo una esta noche. Corbatas y chaquetas, ese tipo de cosas.

Pero el marido May se mostró más relajado que su mujer, que no es la persona más relajada del planeta y parecía encogida por un sentimiento de vergüenza por el despliegue de su vida privada. Se dice que la líder decidió convocar elecciones en una caminata con su marido en los montes de Snowodonia. Estábamos allí porque nos encanta pasear por los montes de Gales, dijo Phil, ahuyentando el peligro de una confidencia comprometida con frialdad.

Pareja política

Su mujer pareció dar un respingo cuando oyó la intervención de su marido después de que ella dijese que la ambición de ser primer ministro se le planteó cuando se abrieron las elecciones al líderazgo del partido. Phil añadió que no habían hablado de tal cosa hasta que ella estaba bien establecida en la primera fila de la oposición. Ahí sintió Theresa un nervio súbito. Confesar ambiciones cuando había otros líderes en ejercicio puede ser un pecado, según la hija del vicario.

Él disfruta de ser el marido de la primer ministra, conociendo situaciones y personas muy interesantes. Ella se relaja el fin de semana cocinando para ambos. Es una pareja política, que intentó tener familia y no lo logró, y que ha pasado cerca de cuatro décadas junta, él con empleos en firmas financieras y ella en la política, él con fama de europeísta y ella al mando de la nave del 'Brexit. ¿No nos iremos también de Eurovisión, verdad?, le preguntaron. No, no, respondió ella, pero en estas circunstancias me parece que no vamos a tener muchos votos. En las dos últimas ediciones ya quedaron el 24.

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