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Foto del conductor del camión y de los policías y forenses trabajando en el lugar de la masacre.
Diez menores, entre los 84 muertos en el atentado terrorista en Niza

Diez menores, entre los 84 muertos en el atentado terrorista en Niza

El acto de "barbarie" perpetrado por el conductor del camión que arrolló a la multitud en el paseo marítimo de la ciudad francesa ha dejado 202 heridos, 52 de los cuales están en estado crítico

fernando iturribarría

Jueves, 14 de julio 2016, 23:52

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Un total de diez niños y adolescentes han muerto por el atentado de anoche en Niza, que causó el fallecimiento de un total de 84 personas, ha informado hoy el fiscal de la República, François Molins, en una declaración a la prensa.

El fiscal ha dicho que este acto de "nueva barbarie terrorista" provocó también 202 heridos, entre ellos 52 que siguen en estado crítico, de los que 25 están en reanimación, por lo que ha advertido de que el balance "puede ser modificado al alza". Molins ha señalado que el atentado "se corresponde con los llamamientos" que lanzan las organizaciones yihadistas, aunque ha subrayado que hasta el momento no se ha registrado ninguna reivindicación.

Molins ha confirmado que el autor del ataque es un joven francés de origen tunecino que tenía 31 años. Se trata de Mohamed Lahouaiej Bouhlel, de 31 años, quien era "un total desconocido para los servicios de Inteligencia", a pesar de que estaba fichado por delitos comunes. Bouhlel fue abatido anoche por las fuerzas del orden y su exmujer ha sido detenida esta mañana y permanece arrestada.

El autor del ataque trabajaba como conductor de reparto y era "un conocido" de las fuerzas de seguridad por delitos de amenazas y violencia. De hecho en marzo fue condenado a seis meses de cárcel por "unos hecho de violencia armada ocurridos en enero". A pesar de estos antecedentes como delincuente común "era un total desconocido para los servicios de Inteligencia" porque "jamás ha sido fichado por radical", ha enfatizado Molins.

Los motivos que llevaron a Bouhlel a atentar aún son un misterio para las autoridades francesas, aunque, tal y como ha reconocido Molins, siguió los consejos que aparecen en los manuales yihadistas. "La investigación determinará si tenía cómplices y sus eventuales vínculos con organizaciones terroristas islamistas", ha subrayado.

Como parte de las investigaciones, las fuerzas de seguridad francesas han realizado registros en dos direcciones relacionadas con Bouhlel y se han incautado de diverso material de telefonía e informático para analizarlo. Además, en el camión han encontrado una pistola automática, un cargador, cartuchos, una segunda pistola automática falsa, dos réplicas de fusiles de asalto, una granada y un teléfono móvil, además de una bicicleta y palés vacíos.

Recorrido mortal

Ocho meses después de la matanza del 13-N, el terrorismo volvió a golpear con contundencia cruel Francia anoche en la fecha señalada de su fiesta nacional. Al menos 50 niños fueron hospitalizados y dos de ellos murieron esta mañana durante operaciones quirúrgicas, ha apuntado un responsable del centro pediátrico al que fueron trasladados que ha añadido que "otros siguen entre la vida y la muerte". El presidente francés, François Hollande, ha precisado que entre las víctimas hay un gran número de "extranjeros de muchos continentes".

Niza amanecía esta mañana conmocionada por lo ocurrido y en medio de un fuerte dispositivo de seguridad. Los habitantes mostraban tristeza y temor, que se ve agravado por ciertas informaciones que van produciéndose. El aeropuerto de Niza fue evacuado, aunque la alerta ya se ha levantado y se permite a los pasajeros regresar a la terminal.

Los hechos comenzaron alrededor de las once y veinte de la noche, cuando un camión arremetió a toda velocidad contra el gentío concentrado en el paseo marítimo de Niza, a la altura de la plaza Masséna cerca del hotel Negresco, para contemplar un castillo de fuegos artificiales. Testigos presenciales declararon que el pánico cundió entre la gente que comenzó a huir despavorida en todas direcciones. El viceprefecto Sébastien Humbert fue el primero en comunicar que el conductor del vehículo tenía 31 años y era de origen franco-tunecino, según el documento de identidad hallado en la cabina. Además disparó varias veces con una pistola antes de ser abatido por la policía.

Varios espectadores de los fuegos artificiales, un espectáculo al que habían acudido numerosas familias con hijos pequeños, intentaron impedir que el vehículo pesado prosiguiera su marcha hacia la multitud, «pero iba a demasiada velocidad», según algunos testimonios. El diputado francés Eric Ciotti describió «imágenes terroríficas en el lugar, una escena de horror absoluto, con muchos niños entre los muertos».

«Ese camión de la muerte pasó a unos metros de mí y vi cuerpos volar como si fueran bolos a su paso. Oí ruidos y gritos que no olvidaré jamás. Estaba aterrorizado, sin moverme. Seguí ese coche fúnebre con la vista. A mi alrededor cundió el pánico. La gente corría, chillaba y lloraba», declaró el periodista del diario local Nice Matin Damien Allemand, testigo de la tragedia. «Los fuegos artificiales acababan de finalizar. Estaba mal aparcado, así que con mi mujer y mis dos hijos nos fuimos rápido a comprar unos helados. La multitud se echó a correr, era el pánico total. Corrí en dirección contraria para ver si podía ayudar. No debí hacerlo. Lo que vi es horrible. Cuerpos de mujeres aplastadas, llenas de sangre. No había naie a quien socorrer», declaró otro testigo.

La Prefectura (gobierno civil) de la provincia de Alpes-Marítimos, con capital en Niza, calificó los hechos de atentado y llamó a los habitantes a permanecer en sus casas, apartados de puertas y ventanas. Las fuerzas del orden, incluidas unidades militares, establecieron un perímetro de seguridad en el sector, al que se trasladaron gran cantidad de ambulancias y vehículos de socorro. Según las autoridades, la elevada cantidad de víctimas se explica por la circunstancia de que el camión recurrió un par de kilómetros por la Promenade des Anglais, el paseo marítimo que linda con las playas, antes de que su conductor fuera neutralizado.

Célula de crisis

El vestíbulo y los salones del hotel Negresco fueron transformados en improvisado hospital de campaña para atender a los numerosos heridos. Hollande, que se encontraba en Aviñón donde asistió al festival internacional de teatro, regresó de inmediato a París para dirigir la célula de crisis organizada en el Ministerio del Interior. Desde allí ha prolongado en tres meses el estado de emergencia vigente desde noviembre de 2015. «He decidido que el estado de emergencia, que debía finalizar el 26 de julio, sea prolongado tres meses», dijo Hollande en un mensaje televisado desde el palacio del Elíseo.

El expresidente francés Nicolas Sarkozy expresó su «emoción profunda y tristeza infinita». «Solidaridad con Niza y los habitantes de Alpes-Marítimos», escribió en su cuenta oficial de Twitter. En esta red social se habilitó el hashtag #PortesOuvertesNice para que voluntarios dispuestos a abrir las puertas a personas en busca de refugio comunicaran las direcciones de sus domicilios. Por su parte Facebook activó la función SafetyCheck para que sus usuarios pudieran notificar que se encontraban a salvo. Los taxistas se hicieron cargo gratuitamente de muchos damnificados para evacuarlos de la zona.

El atentado se produjo en Niza, capital de la Costa Azul, una de las zonas más turísticas de Francia en pleno comienzo de la temporada veraniega. El país sigue en estado de emergencia desde los atentados yihadistas del pasado 13 de noviembre en París y Saint-Denis, que causaron 130 muertos y medio millar de heridos. El régimen de excepción estaba previsto que concluyera el día 26, una vez finalizado el Tour, como había confirmado horas antes el presidente de la República, en una entrevista por televisión.

El dispositivo de seguridad continuaba en alerta máxima a pesar de que la Eurocopa de fútbol se había desarrollado entre el 10 de junio y el 10 de julio sin atentados masivos como se temía por los servicios secretos franceses y de algunos países occidentales como Estados Unidos.

El jefe de los servicios de información, Patrick Calvar, había alertado en mayo en una comisión de investigación parlamentaria de la posibilidad de que el Estado Islámico o Al-Qaida perpetraran «un nuevo tipo de ataque»: detonar bombas en lugares de gran afluencia de público «para crear un clima de pánico».Francia, que interviene militarmente en Siria contra el autoproclamado Estado Islámico, es objetivo prioritario del movimiento yihadista internacional. «La amenaza sigue ahí porque tenemos el mismo adversario» que está en Siria, en Irak, pero también en Europa y que es «el islamismo integrista, el fanatismo», había advertido Hollande. La misión militar antiterrorista Sentinelle de protección de centros religiosos e instalaciones estratégicas iba a pasar de 10.000 soldados a 7.000, dijo el presidente, quien añadió que no disminuiría el dispositivo de policías y gendarmes y que se reforzarán los servicios secretos.El jefe del Estado también anunció el envío de más consejeros militares a Irak para adiestrar a su ejército en la lucha contra el Daesh y avanzó que el portaaviones Charles de Gaulle volverá a la región en otoño.

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