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Un tren traslada tanques del Ejército ruso en una estación próxima a Simferópol, capital de Crimea.
El acercamiento de Ucrania  a la OTAN irrita a Rusia

El acercamiento de Ucrania a la OTAN irrita a Rusia

La Alianza Atlántica no puede confirmar la «retirada parcial» de tropas de la frontera que anunció Putin a Merkel

RAFAEL M. MAÑUECO

Miércoles, 2 de abril 2014, 13:23

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La ley adoptada ayer por la Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania que autoriza la realización de maniobras conjuntas del Ejército ucraniano con tropas de la Unión Europea y la OTAN echa más leña al fuego en las ya críticas relaciones entre Moscú y Kiev. Los ejercicios están programados en varias fases y lugares distintos de Ucrania entre mayo y noviembre del presente año. Incluirán a 17 países y participarán 7.000 militares. Así lo aseguró el exministro de Defensa y diputado, el general Alexánder Kuzmuk. Según el actual titular de Defensa, Mijaíl Koval, las maniobras «son preparativos para operaciones internacionales de mantenimiento de la paz, intervenciones humanitarias, de rescate en tierra y en mar y de defensa de nuestro territorio».

Sin embargo, en Rusia no ha gustado la medida de los legisladores ucranianos. El Ministerio de Exteriores ruso advirtió de que la aproximación de Kiev a la Alianza Atlántica puede deteriorar más todavía sus relaciones económicas con Moscú. El comercio entre ambos países, según el comunicado ruso, «dependerá en gran medida de la política exterior ucraniana». La nota advierte también sobre las consecuencias que pueden tener para la OTAN sus intentos de seducir a Ucrania en términos de «congelación de las relaciones», algo que ya es una realidad según lo acordado ayer en Bruselas. La Cancillería rusa alerta además sobre el peligro de que una estrecha colaboración de Kiev con la OTAN cause «la división de la sociedad ucraniana».

A esa supuesta escisión dentro de la población ucraniana, entre los habitantes del este y oeste del país, viene refiriéndose la cúpula rusa desde hace días y, para evitarla, recomienda una «federalización» del Estado. De no acometerse tal reforma de la Constitución, el Kremlin amenaza con no reconocer las elecciones presidenciales del próximo 25 de mayo y advierte de que se reservará el «derecho de defender» a la población rusófona con sus tropas, como asegura haber hecho en Crimea.

El lunes, Putin le garantizó a la canciller Angela Merkel que se había iniciado una «retirada parcial» del Ejército ruso desplegado en la frontera con Ucrania. Sin embargo, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo ayer en Bruselas no tener constancia de ello. «Desafortunadamente no puedo confirmar que Rusia esté retirando sus tropas. No es lo que hemos visto», manifestó Rasmussen. Según su opinión, «esta masiva acumulación militar no puede de ninguna forma contribuir a reducir la tensión».

Incluso Merkel, que el lunes se mostró satisfecha tras su conversación telefónica con Putin, tuvo que admitir ayer que «la concentración de efectivos rusos en la frontera con Ucrania es muy alta». Ya el lunes, cuando todo el mundo creía que Rusia aflojaba la presión militar, el secretario de Defensa de EE UU, Chuck Hagel, aseguró que junto a Ucrania «permanecen decenas de miles de soldados». En un principio se habló de más de 20.000 efectivos.

Rasmussen lamentó que «la agresión de Rusia contra Ucrania (.) ha cambiado el panorama de la seguridad en Europa» y causado «inestabilidad en las fronteras de la OTAN». En esta línea, el ministro de Exteriores británico, William Hague, pidió que se den «garantías de seguridad adicionales» a los países del Este de Europa que, como Ucrania, se sientan amenazados por Rusia. El presidente de Rumanía, Traian Basescu, informó además de que ha recibido de Washington una solicitud para aumentar el número de personal y aviones en la base aérea norteamericana Mihail Kogalniceanu. En este aeródromo rumano, EE UU concentra ya un millar de efectivos.

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