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Patricia Rivas.
«Cogí a los chicos que me seguían y nos escondimos en un almacén que hay en clase»

«Cogí a los chicos que me seguían y nos escondimos en un almacén que hay en clase»

Patricia Rivas, profesora española en el instituto de Parkland, salió ilesa del tiroteo en el que perdió la vida una de sus alumnas

ISABEL ÁLVAREZ

Calahorra

Sábado, 17 de febrero 2018

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Aún con el miedo en el cuerpo, Patricia Rivas, la profesora riojana que salió ilesa de la masacre vivida este miércoles en el instituto Stoneman Douglas de la ciudad de Parkland, no consigue asimilar el «horror» de lo ocurrido en el centro de Secundaria en el que trabaja este curso. «He dormido muy mal, con muchas pesadillas», relataba ayer en declaraciones a este periódico desde su casa en Coconut Creek, en el condado de Broward de Florida.

Escondida en un pequeño almacén junto a cinco de sus alumnos, Patricia consiguió salir ilesa de la matanza que ha dejado 17 muertos y 15 heridos. La docente, que imparte en este instituto las asignaturas de Español y Francés, se encontraba dentro del aula cuando Nicolás Cruz, el exalumno del centro autor de la masacre, activó la alarma contra incendios y disparó sin miramientos a toda la gente que salía al pasillo.

Por la mañana alumnos y profesores habían participado en un simulacro de incendios, por eso al oír la sirena todo el mundo creyó que se trataba de otra simulación. Pero «cuando bajamos nos dijeron que era un código rojo y entonces cogí a los alumnos que me seguían y nos fuimos corriendo a clase», relata de esos primeros momentos. Patricia y los alumnos que estaban con ella, entonces cinco ya que el resto se encontraban en otras actividades, entraron en clase, cerraron la puerta y se escondieron en un pequeño almacén construido en el despacho del aula.

Nada sabían entonces de lo que estaba pasando. «En un código rojo tienes que encerrarte en clase», explica sobre el protocolo de actuación que debe seguirse en estos casos y que, según esta profesora, ensayan habitualmente los docentes y alumnos del centro.

En ese pequeño almacén vivieron momentos angustiosos. «Sólo conseguíamos saber algo a través del móvil de un alumno, donde veíamos una televisión local», comenta. Uno de los peores momentos que recuerda fue la entrada de la Policía a la clase en la que se encontraban para evacuarles. «Nosotros no sabíamos qué pasaba. La Policía abrió la puerta y nos sacó uno a uno con los brazos arriba. Ahí es cuando más miedo pasé», confiesa.

Los agentes todavía no habían capturado a Nicolás Cruz, el chico de 19 años que a medio día había accedido a las instalaciones con un fusil semiautomático y una gran cantidad de munición. «Nos llevaron a una zona segura. A un aparcamiento fuera del instituto, pero en el mismo recinto», cuenta Patricia, para quien la evacuación resultó muy angustiosa porque «no lo habían cogido».

"Una chica increíble, majísima..."

Si estos momentos fueron duros más doloroso le resultó conocer que el nombre de una de las alumnas a las que daba clase se encontraba entre los de las personas fallecidas: «Lo peor, que mató a una alumna mía de las de primer año». «Era una chica increíble, majísima...», la describe Patricia, que justamente ese día de había examinado de una de sus asignaturas en las primeras horas.

Hoy y mañana el instituto Stoneman Douglas permanecerá cerrado. «No me puedo ni imaginar cómo va a ser el después...», dice esta profesora calagurritana, que viajó a Florida hace seis meses a través de un programa de intercambio del Gobierno de España.

Patricia Rivas se instaló en Estados Unidos el pasado mes de agosto para ejercer como profesora de Español y Francés en el instituto Stoneman Douglas de Parkland. La docente llegó a esta escuela de secundaria americana desde un instituto de Lodosa, en Navarra, en el que cuenta con una plaza de trabajo fijo. Fue el pasado curso cuando le concedieron una excedencia para poder participar en el programa internacional de intercambio de profesores del Ministerio de Educación gracias al cual llegó a la escuela de Stoneman Douglas por un periodo máximo de tres años. A este instituto de Florida acuden diariamente unos 3.200 alumnos.

Desafortunadamente, no es la primera vez que a esta calagurritana, de 40 años de edad, le toca vivir una tragedia en el tiempo que lleva trabajando como profesora en Estados Unidos. Ya septiembre del pasado año vivió de cerca el huracán Irma, el mayor de la historia de Atlántico.

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