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Donald Trump y Barack Obama, cabizbajos.
Trump acusa a Obama de intervenir su teléfono durante la última campaña electoral

Trump acusa a Obama de intervenir su teléfono durante la última campaña electoral

El actual presidente de EE UU no ha proporcionado pruebas de tal acusación contra su predecesor

COLPISA / AFP

Sábado, 4 de marzo 2017, 15:08

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El actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, detonó este sábado una bomba política al acusar a su antecesor, Barack Obama, de intervenir su teléfono durante la campaña electoral del año pasado, aunque no suministró prueba de ello. "Terrible! Me acabo de enterar que Obama pinchó mis líneas en la Trump Tower justo antes de la victoria", escribió. "Esto es McCartismo", agregó tras partir de Washington a su propiedad Mar-a-Lago en Florida, y horas antes de que un portavoz del propio Obama negase esta recriminación.

"Cuán bajo ha caído el presidente Obama para pinchar mis teléfonos durante el muy sagrado proceso electoral. Esto es Nixon/Watergate. Mal tipo (o enfermo)!", señaló en otro tuit. Los tuits de Trump fueron publicados poco después del amanecer, ante la avalancha de revelaciones sobre contactos entre diplomáticos rusos y sus más cercanos colaboradores, entre ellos el secretario de Justicia, Jeff Sessions. Así, fue el ataque más virulento contra su predecesor desde que Trump asumiera el cargo el 20 de enero.

"Apostaría a que un buen abogado podría llevar adelante un gran caso por el hecho de que el presidente Obama pinchara mis teléfonos en octubre, justo antes de la elección!", escribió Trump en Twitter. "Un presidente no puede ordenar escuchas telefónicas, esas restricciones se establecieron para proteger a los ciudadanos de gente como usted", reaccionó en Twitter Ben Rhodes, un exasesor de Barack Obama. En principio, solo un tribunal puede autorizar ese tipo de decisiones. Hasta la elección de noviembre, Obama y Trump mantenían relaciones muy tensas.

"Barack Obama nunca ordenó espiar a ningún ciudadano estadounidense", reiteró un portavoz del expresidente tras esta recriminación de Trump. "Ni el presidente Obama ni ningún funcionario de la Casa Blanca ordenaron espiar a ningún ciudadano estadounidense", insistió en un comunicado Kevin Lewis, portavoz del que fuera 44º inquilino presidencial.

Durante varios años, el millonario fue la punta de lanza de los 'birthers', que afirmaban, no sin cierta dosis de racismo, que Obama había nacido en Kenia -país de origen su padre- y no en Hawái y que, en consecuencia, no podía presidir EE UU. Entró en razón recién en septiembre de 2016 cuando declaró sin ambigüedades: "El presidente Barack Obama nació en Estados Unidos, punto final". Obama, por su parte, atacó virulentamente al candidato republicano durante la campaña electoral.

Luego, ambos conversaron en la Casa Blanca dos días después de la victoria de Trump y dieron señales de apaciguamiento. "Señor presidente, fue un gran honor haber estado con usted", declaró el republicano. El explosivo ataque de Trump al expresidente Obama tiene lugar en un contexto político difícil para el mandatario norteamericano. Seis semanas después de su ingreso a la Casa Blanca, está enredado en acusaciones de colusión de su entorno y altos diplomáticos rusos durante la campaña y el período de transición.

La prensa ha revelado esta semana que el embajador ruso en Washington, Serguei Kisliak, se había reunido antes y después de los comicios con varios asesores cercanos a Trump. El mandatario ha negado reiteradamente que tenga vínculos personales con el Kremlin, y sus asesores han negado o minimizado esos contactos. Pero las acusaciones han continuado con filtraciones casi diarias en la prensa.

Una de esas revelaciones, realizada esta última semana por el diario The Washington Post, concierne a una reunión entre el secretario de Justicia, Jeff Sessions, y el embajador ruso en EE UU, Serguei Kisliak, lo que obligó al exsenador republicano a inhibirse de participar en cualquier investigación sobre los supuestos vínculos entre la campaña de Trump y Rusia. Sessions había dicho bajo juramento ante una comisión del Senado que no había mantenido "contacto con los rusos", pero periodistas descubrieron que sí se había reunido dos veces con el embajador ruso en los meses previos a asumir su cargo.

Trump ha expresado su disgusto por las acusaciones y las filtraciones que las propiciaron, dirigiendo tuits contra el senador Chuck Schumer y la representante Nancy Pelosi, los líderes de las bancadas demócratas del Congreso de mayoría republicana, que reclamaron la renuncia de Sessions. Desde que la inteligencia estadounidense divulgó un informe en el que se acusa a Rusia de operar para influir en la campaña electoral estadounidense en favor de Trump, se han multiplicado los interrogantes sobre si hubo una colusión entre su equipo de campaña y Moscú.

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