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Obama se despide: «No es el fin del mundo»

Obama se despide: «No es el fin del mundo»

El todavía presidente de Estados Unidos se muestra convencido de que el país "estará bien" a escasas horas de ceder el testigo a Donald Trump

Mercedes Gallego

Miércoles, 18 de enero 2017, 20:54

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En los últimos días de gobierno, los emails a la Casa Blanca se quedan sin respuesta. Al otro lado del teléfono se oyen voces desganadas. Los más de 5.000 empleados que se marcharán mañana con Barack Obama actúan como si su trabajo ya hubiera acabado. Hasta él se planteó aparecer a su última conferencia de prensa con un traje beige, pero Michelle pensó que no era adecuado para esta época del año, bromeó. Muchos creen que cuando mañana apague la luz y cierren la puerta se acabará el mundo, pero Obama dijo haberle enseñado a sus hijas que el fin del mundo es el fin del mundo, y mientras que no llegue te sacudes, te levantas y te pones de nuevo a trabajar. En el fondo estoy convencido de que EE UU estará bien.

Admitió también que queda mucho trabajo por hacer. No es que tenga planes de reciclarse políticamente, por ahora va a cumplir con la tradición de quedarse callado un rato y dedicarse a escribir sus memorias, pero en esta su última vez con el micrófono de presidente en la mano tenía algunas reflexiones personales y políticas para el hombre que viene a continuar su trabajo. O más bien a deshacerlo.

Algunas eran consejos generales, recordarle que no suele ser una buena idea rodearse de gente que te de la razón en todo. Otras tienen profundas implicaciones para el mundo. Como su política para Oriente Medio.

Llegué a esta oficina decidido a facilitar las negociaciones de paz entre Israel y Palestina, recordó, pero al final ha quedado claro que no podemos forzar a las partes para acordar la paz. Eso es lo que han descubierto todos los presidentes estadounidenses que le precedieron. Donald Trump no es una excepción, llega entusiasmado con la idea de que él pueda conseguir algo que nadie más ha logrado, pero su idea de trasladar la embajada de EEUU de Tel Aviv a Jerusalén e incluso recomendar a Israel que se anexione Cisjordania es, cuando menos inquietante.

Si vas a hacer grandes cambios políticos, asegúrate de que lo piensas bien, le advirtió Obama. Puede ser explosivo.

La defensa de la solución de dos estados fue uno de los pocos aspectos políticos que tocó en su última hora pública, preocupado por la idea de que el continuo avance de los asentamientos judíos en territorios palestinos imposibilite la creación del estado que su gobierno no ha reconocido. A lo sumo se atrevió al final a abstenerse en una votación del Consejo de Seguridad de la ONU que condenaba estas invasiones, porque pensé que teníamos mandar una señala para que despierten, confesó.

En estos días en los que asume con normalidad una transferencia de poder que muchos consideran apocalíptica se encuentra a menudo con quienes intentan que se quite la máscara y cuente de verdad cómo se siente. La verdad, insistió, es que creo en este país y en el pueblo americano, dijo. Creo que hay más gente buena que mala. Creo que existe el mal en el mundo, que ocurren cosas trágicas, pero si al final del día trabajamos duro y somos fieles a lo que pensamos, las cosas buenas ocurren.

Así se despedía el candidato de la esperanza al que en esa campaña de 2008 se bautizó como No drama, Obama. Le dio la última pregunta de su presidencia a la periodista de Los Angeles Times Christi Parsons, porque la conozco desde que era un senador estatal en Springfield Illinois, dijo nostálgico, y ella apuntó directamente al corazón: sus hijas. Dos criaturas que han crecido en la Casa Blanca frente al ojo público y que me sorprenden y me impresionan más a medida que crecen. Hablamos mucho estos días, concedió. Estaban decepcionadas (con el resultado electoral) porque pusieron atención a lo que su madre decía durante la campaña y se lo creyeron, pero lo que más enorgullece es que no han caído en el cinismo, no se lo toman como que automáticamente supone un rechazo a sus valores. Ninguna de las dos intenta tener futuro en política, se les nota la influencia de su madre, bromeó. Pero aman a su país y entienden que eso tiene responsabilidades. Hablarán con sus amigos, sus profesores, sus compañeros de trabajo. Arrojarán luz para que se genere sonido y furia. Eso es lo que espero que hagan. El resto del país educado por Obama también ha recibido el mensaje de involucrarse en la democracia para evitar que demagogos como Trump aprovechen el caos de los tiempos.

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