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El nuevo presidente argentino, Mauricio Macri, coge en brazos a su hija Antonia en el balcón de la Casa Rosada en Buenos Aires (Argentina).
Macri pide unión al jurar su cargo como presidente de Argentina

Macri pide unión al jurar su cargo como presidente de Argentina

colpisa / afp

Jueves, 10 de diciembre 2015, 16:18

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El nuevo presidente de Argentina, Mauricio Macri, ha pedido hoy el "aporte" de la población para gobernar los próximos cuatro años porque "los desafíos son enormes", en su primer discurso ante el Congreso tras jurar como sucesor de Cristina Kirchner.

En su discurso inaugural, de 25 minutos, el expresidente del club de fútbol Boca Juniors de 56 años ha apelado a la unidad nacional, ha condenado la corrupción, ha prometido una justicia independiente "sin jueces militantes" y ha advertido que los enormes desafíos no se resolverán de la noche a la mañana.

Tras 12 años de gobiernos centroizquierdistas liderados por el matrimonio de Néstor y Cristina Kirchner, Macri ha insistido en que "el país tiene sectores que piensan de diferentes maneras pero no está dividido". "Ya pasaron las elecciones, y ahora todos debemos unirnos para crecer y mejorar", ha dicho.

En las afueras del Congreso unos cientos de seguidores han aguardado el juramento de Macri ante Federico Pinedo, presidente provisional del Senado y a cargo del Poder Ejecutivo desde la medianoche, a raíz de un desacuerdo sobre el protocolo que llevó a Kirchner a ausentarse del traspaso de mando.

"Convoco a todos a aprender el arte del acuerdo". "Desafiemos todo lo que alguna vez nos haya confundido", ha pedido el nuevo presidente.

Macri encuentra un país polarizado tras haber ganado con una pequeña diferencia la segunda vuelta del 22 de noviembre (51,33% contra 48,66%) a Daniel Scioli, candidato de la coalición de izquierda kirchnerista, presente en la Asamblea Legislativa durante la asunción. Tras prometer manejar las decisiones con sinceridad, ha apuntado que "los desafíos son enormes y que los problemas no los vamos a poder resolver de un día para el otro".

Por último, ha recalcado que dará su "total apoyo a la justicia independiente que en estos años ha sido un baluarte de la democracia (...), no habrá jueces macristas".

Poco después ha subido a un coche descapotable junto a su esposa Juliana Awada, para recorrer los tres kilómetros que separan el Congreso de la Casa Rosada y han ido saludando mientras eran escoltados por una guardia de honor de 300 granaderos a caballo, desde donde ha prometido al pueblo argentino "una etapa maravillosa".

Macri ha convertido esta segunda ceremonia de investidura en una auténtica fiesta en la que la vicepresidenta ha cantado micrófono en mano y el presidente se ha deshecho de la banda y el bastón para acompañarla bailando. "Estoy complicado para bailar por la banda pero cuando me la saque empieza la música", ha dicho, poco antes de que empezaran a sonar los primeros acordes de la música tropical de Gilda.

Concluida la fiesta en el exterior, Macri ha cumplido en los salones de la Casa Rosada con el tradicional besamanos para recibir a los que a partir de ahora serán sus homólogos regionales, así como al Rey Juan Carlos.

Macri se ha mostrado especialmente efusivo con el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, con quien se ha fundido en un largo abrazo, a pesar de estar en las antípodas ideológicas, señal de que ambos pretenden iniciar una etapa de distensión de las relaciones bilaterales. El nuevo presidente argentino también ha abrazado al Rey y ha mantenido una breve charla con él, entreteniéndose más que con otros líderes internacionales allí presentes.

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