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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?

Al menos 40 inmigrantes muertos al naufragar una embarcación frente a las costas de Trípoli

Las víctimas viajaban con otras 56 personas en una patera que volcó como consecuencia del mal estado de la mar y de la precaria construcción de la nave

EFE

Domingo, 11 de mayo 2014, 17:48

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El mar Mediterráneo y el desierto del Sáhara han vuelto a tragarse en las últimas horas las vidas de decenas de emigrantes subsaharianos que buscaban una vida mejor en algún país de Europa. Los cadáveres de al menos 40 emigrantes han sido recuperados hoy por el Ejército libio frente a las costas de la localidad de Al Garbuli, situada a 50 kilómetros al este de Trípoli.

El mal tiempo y la precaria construcción de la embarcación en la que pretendían alcanzar las costas europeas parecen haber sido las causas del naufragio de la nave, en la que viajaban 130 personas, de cuya nacionalidad no se ha informado.

Según fuentes ministeriales y del Ejército, todavía hay catorce personas desaparecidas en el mar, donde la Marina libia asegura haber rescatado a un centenar de emigrantes en la última semana. Vienen huyendo del hambre, la pobreza y las guerras que amenazan muchas regiones del continente africano, siguiendo las mismas rutas clandestinas de contrabandistas de armas y de drogas.

La incapacidad de las autoridades libias de controlar la seguridad en su territorio y, sobre todo, de vigilar sus vastas y permeables fronteras, la han convertido en uno de los pasos preferidos de las rutas controladas por los traficantes de personas. Consciente de sus limitaciones, el ministro del Interior libio, Saleh Mazek, insistió ayer en la necesidad de que la Unión Europea (UE) preste apoyo a Libia para hacer frente al fenómeno de la emigración en el país magrebí.

Incluso advirtió a Bruselas de que Libia se podría ver forzada a "facilitar" el avance de los flujos migratorios hacia Europa, para aligerar la presión migratoria sobre su territorio. Unas declaraciones que han sido rectificadas hoy por el Gobierno libio, que ha insistido en un comunicado en su "total compromiso con todos los tratados y convenios relativos a la lucha contra la migración".

Mazek, que pidió a la UE "menos palabras" y más acciones, también hizo un llamamiento a Níger, Chad y Sudán para que colaboren en el control de las fronteras comunes y eviten la llegada masiva de emigrantes a Libia. Unos flujos migratorios que desde el centro del continente africano buscan el norte atravesando el desierto del Sáhara, en cuyas arenas cientos de emigrantes pierden también la vida.

La falta de agua y las altas temperaturas que se registran ya en las desérticas regiones meridionales de Argelia han acabado este fin de semana con la vida de otros trece emigrantes subsaharianos que intentaban llegar a la ciudad de Tamanraset, en el desierto argelino, provenientes del vecino Níger. El Ejército busca a otros treinta emigrantes desaparecidos, entre ellos mujeres y niños, según informaron hoy varios medios argelinos.

Las víctimas fueron encontradas dentro de un vehículo con el que al parecer pretendían cubrir los cientos de kilómetros de desierto que separan Níger de la ciudad de Tamanraset, a través de las rutas que habitualmente utilizan los traficantes de armas y de drogas. El pasado octubre, las fuerzas de seguridad de Níger encontraron los cadáveres de 92 emigrantes nigerinos, 52 de ellos menores, que presumiblemente murieron de sed en el desierto después de que se estropearan los vehículos en los que pretendían llegar a territorio argelino.

Petición de la CEDEAO

La semana pasada, el presidente de la Comisión de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), Kadre Desire Ouedraogo, destacó en Argel la necesidad de desarrollar estrategias locales, regionales e internacionales para reducir estas corrientes migratorias que, como indicó, sobre todo afectan a los propios países africanos. El responsable de la CEDEAO insistió en la importancia de buscar las causas de este fenómeno, identificar los flujos y ofrecer "un acompañamiento" a las personas que abandonan sus países para que no pierdan las condiciones mínimas de dignidad.

"Debemos, a toda costa, ofrecer al emigrante lo que le falta y, sobre todo, a nuestra juventud. Por eso, tenemos que acelerar nuestros programas de desarrollo para dar a esa juventud una perspectiva en su tierra para que no esté obligada, a veces poniendo en peligro su vida, a buscarla en el exterior", agregó Ouedraogo.

El portavoz del Ministerio de Interior, Rami Kal, ha señalado que todavía hay unas catorce personas desaparecidas, mientras que una fuente de la Marina libia ha indicado que las víctimas, de cuya nacionalidad no se ha informado por el momento, viajaban con otras 56 personas en una embarcación que volcó como consecuencia del mal estado de la mar y de la precaria construcción de la nave.

Según Taha Almesrati, un responsable de las operaciones marítimas de la Marina, más de un centenar de inmigrantes africanos subsaharianos han sido rescatados en las costas libias. Ayer, el ministro de Interior, Saleh Mazek, insistió en la necesidad de que la Unión Europea preste apoyo a Libia para hacer frente al fenómeno de la migración en el país magrebí, carente de medios para hacerle frente. Asimismo, pidió ayuda a Níger, Chad y Sudán para colaborar en el control de las fronteras comunes y evitar la llegada masiva de emigrantes.

Hoy también se ha conocido que al menos otros trece emigrantes subsaharianos han muerto por falta de agua y por las altas temperaturas en el sur de Argelia, cuando intentaban llegar a la ciudad de Tamanraset, en el desierto argelino. Según el diario argelino 'Al Nahar', que cita una fuente de seguridad, fuerzas del Ejército argelino han encontrado hasta el momento trece cadáveres y buscan a otra treinta personas que se supone viajaban junto a los fallecidos.

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