Borrar

Los retos de Macron

El fortalecimiento de Europa y la lucha antiterrorista son los primeros ejes marcados por el nuevo presidente francés

PPLL

Lunes, 15 de mayo 2017, 00:36

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El nuevo presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, se atuvo en términos generales al protocolo más o menos sacralizado por sus predecesores al asumir la tarea. Sus palabras fueron adecuadas, sus citas bien escogidas, el tono general integrador y nacional y la esperanza de ir a mejor lo sazonó todo. Pero hubo un detalle al que se puede atribuir el valor de un mensaje claro: sin compañía y sin imágenes y aparentemente por su propia iniciativa, visitó a tres jóvenes militares heridos en combate en operaciones antiterroristas fuera del país y se anuncia que el jueves o viernes se desplazará a Malí, donde fuerzas armadas francesas llevan el peso central del combate contra el yihadismo terrorista en el Africa sahariana. Es decir, la lucha contra el azote terrorista es asumida como una prioridad, tras haber sido juiciosamente dejada por los partidos al margen de toda controversia. El resto fue ceremonialmente muy calculado según un formato que se ha seguido con pocos cambios en los relevos precedentes. Dicho esto, queda claro que lo más relevante en términos políticos es el viaje que hoy mismo hará a Berlín para reunirse con la canciller Angela Merkel, una meridiana indicación de lo que entiende como su prioridad: el difícil dosier europeo en días de tormenta política y social animada por la deserción británica y el antieuropeismo casi abiertamente explícito de que hacen gala partidos emergentes. Independiente en todos los sentidos, su triunfo fue antes que nada la confirmación de que el francés medio recibía con gusto lo que tiene de innovación, de aire fresco y de autonomía política y personal. Es cierto que, muy crudamente, en la arena política son particularmente obligados los éxitos y el ciudadano medio espera, allí como en toda Europa, trabajo, seguridad y un mínimo de condiciones bajo las que vivir una vida digna y segura. El quinquenio que le espera será, sin la menor duda, difícil, aunque lo peor de la crisis económica pueda darse por pasado y parte de lo que se intuye como su gestión, que no ha sido detallada, será discutido y, eventualmente, rechazado por buena parte del público. Nada estará claro, en todo caso, antes de las elecciones legislativas del próximo mes de las que nacerá el nuevo parlamento. Hasta entonces, el presidente no tomará decisiones de calado y después vendrá lo más difícil: gobernar.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios