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Macron, el freno de Le Pen

Los resultados de la primera vuelta en Francia constatan el descalabro de las fuerzas políticas tradicionales

PPLL

Lunes, 24 de abril 2017, 00:37

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El resultado de la primera vuelta de las presidenciales en Francia confirmó la previsión demoscópica: Enmanuel Macron, un joven economista social-liberal, jefe de un partido recién creado, En Marche!, ministro de Hacienda un par de años con el gobierno saliente y sin experiencia en la política profesional, pasó a la segunda vuelta del 7 de mayo junto a Marine Le Pen, líder de un partido radical de derecha, populista e islamófobo: el Frente Nacional. Lograron también resultados apreciables La France Insoumise, izquierda radical de George Mélenchon, y los conservadores clásicos de Los Republicanos, capitaneados por François Fillon. Más allá de lo que aporte la segunda y definitiva segunda vuelta el resultado ya es una lección relevante y una confirmación: el FN llegó para durar y solo la legislación electoral le impide asaltar la Asamblea Nacional, lo que no ocurre en el Parlamento Europeo, donde cuenta con 24 escaños, más que los conservadores y los socialistas. Los partidos tradicionales, socialistas y centristas, bajan dramáticamente tras dominar el escenario político durante medio siglo, y este hecho indica la condición oficiosa de referéndum sobre la situación general del país que se puede otorgar a esta elección parlamentaria. Las consecuencias imparables de la mundialización de la economía, la crisis y sus ecos sociales, los problemas inherentes a la inmigración, el fracaso de la coexistencia de modelos culturales diferentes y los sangrientos atentados del terrorismo yihadista suscitan, como en otras latitudes, un malestar inocultable y acusan una crisis de modelo. La doble vuelta, que acerca posiciones y ayuda a crear mayorías que faciliten la gobernación no resuelve el problema de fondo: desorientación social, crisis de los partidos, relevo generacional, creciente desafección con el sistema en su conjunto y, sobre todo en el caso francés, auge del ultranacionalismo, es decir del antieuropeismo. Si el fenómeno Macron sale adelante y se confirma en las legislativas, como es de desear, el FN continuará en su merecido rincón político, pero el problema de fondo también se mantendrá: es el de media Europa, desnortada y mal acomodada a los nuevos y difíciles tiempos de la globalización.

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