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El primer ministro británico, David Cameron.
La llave de Downing Street, en manos de los pequeños

La llave de Downing Street, en manos de los pequeños

La igualdad de conservadores y laboristas abren un amplio abanico de posibles coaliciones con liberal-demócratas, independentistas escoceses o la extrema derecha de UKIP

Miguel Salvatierra

Sábado, 18 de abril 2015, 07:55

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El día después de las elecciones británicas del próximo siete de mayo se vislumbra apasionante y pleno de emociones fuertes para los amantes del juego político. Todos los sondeos previos coinciden en que ni conservadores, hoy en el poder coaligados con los liberal-demócratas, ni laboristas conseguirán la mayoría absoluta necesaria para formar un Gobierno en solitario. La llave de Downing Street la tendrá un segundo partido. Se apunta incluso que de darse ciertos equilibrios la alianza podría alcanzar a más de dos partidos.

Los posibles socios ya han anticipado su disposición a brindar su apoyo al futuro ganador. Aunque ese apoyo no se ofrece gratis, lo cierto es que la atracción del poder compra muchas voluntades. Sin duda, el que más abiertamente se ha ofrecido a colaborar con el vencedor ha sido el Partido Liberal Demócrata de Nick Clegg, que sin ningún pudor ha hecho gala de ofrecerse a los dos favoritos. Lo que se puede calificar de apoyo de amplio espectro. Si vota a los liberal-demócratas puede usted tener a los dos, ha declarado Clegg. Su pacto con los laboristas serviría para cerrar el paso a un apoyo de los nacionalistas escoceses y a su chantaje independentista, y actuaría en el Gobierno como un freno al endeudamiento público. En caso de reeditar la actual alianza con los conservadores del primer ministro Cameron, cerrarían aquí el paso a un pacto con la ultraderecha xenófoba de UKIP y prometen actuar como contrapeso a los recortes excesivos.

El problema para Clegg y es que su cercanía al poder le ha abrasado. Los liberal-demócratas, que se venden como el partido de la educación y prometen aumentar el presupuesto de este ministerio en cerca de 3.500 millones de euros, una vez en el Gobierno accedieron a pasar por el aro del aumento de las tasas universitarias. El abandono de esta y otras promesas no ha pasado desapercibida para sus votantes y el partido ha caído del 20% de hace cinco años a un magro 8% en las encuestas de hoy. Aún así, Miliband confía en que los equilibrios postelectorales le otorguen un valor clave.

Los independentistas escoceses (SNP, Partido Nacionalista Escocés) se apuntan también a vender su favor, en este caso a los laboristas. Eso no quita para que el SNP se prepare para humillar en la urnas al partido de David Miliband. De los 59 escaños escoceses del Parlamento británico, en las elecciones de 2010 los laboristas obtuvieron 41 y los nacionalistas escoceses, seis. El giro puede ser de 180 grados: todas las encuestas dan al SNP más de 40 escaños y a los laboristas apenas seis. En el debate televisivo a cinco celebrado la noche del pasado jueves (sin conservadores, ni liberal demócratas), ambas formaciones rechazaron una posible alianza, pero la líder escocesa, Nicola Sturgeon, sí se mostró favorable a dar la llave de Downing Street a Miliband con apoyos puntuales a cambio de acabar con las políticas de austeridad.

En cuanto a la derecha xenófoba de UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido) su previsible avance que preludian las encuestas con un 14% se verá rebajado en el número de escaños con cuatro o cinco, perjudicado por el sistema electoral por distritos que da preferencia al vencedor en detrimento de terceros partidos. UKIP también ha avanzado su posible apoyo a Cameron a cambio de un marcado giro a la derecha, sobre todo en las políticas sobre Europa, inmigración y fiscal.

Otros posibles socios más pequeños como el partido Verde, el Partido Democrático Unionista de Irlanda del Norte, DUP, o el Partido Galés también aspiran a verse cortejados por el ganador. La última encuesta publicada el pasado martes por la empresa TNS da una ligera ventaja de dos puntos a los conservadores, 34%, sobre los laboristas, 32%. Entre los terceros partidos hay pocas variaciones: UKIP, 14%; Liberal-Demócratas, 9%, y Verdes, 5%. En un Parlamento de 650 escaños, la cifra mágica para poder formar Gobierno es de 326. Todos echan cuentas y las posibles parejas están dispuestas, pero el baile no comenzará hasta después del siete de mayo.

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