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Salmond y su apuesta más arriesgada
TRIBUNA

Salmond y su apuesta más arriesgada

El debate televisivo de hoy entre el primer ministro de Escocia y el jefe de la campaña 'Mejor Juntos', Alistair Darling, puede definir el voto de miles de indecisos

DAVID MATHIESON

Martes, 5 de agosto 2014, 00:21

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AL primer ministro nacionalista de Escocia, Alex Salmond, le fascina el riesgo y tiene la fama de ser un gran aficionado a las apuestas. Su calidad de experto en carreras de caballos es tan probada que, antes de ser 'premier', escribía una apreciada columna semanal sobre el tema en uno de los diarios escoceses de mayor tirada.

Ya en el terreno político, este 5 de agosto Salmond se enfrenta a uno de los eventos más arriesgados e importantes de su carrera. Después de convocar un referéndum sobre la independencia de Escocia, el gran experto en apuestas tiene que debatir cara a cara con Alistair Darling, el líder de la campaña 'Mejor Juntos' ('Better Together'), planteada como plataforma contra de la propuesta para la separación de Escocia de las otras partes constituyentes del Reino Unido: Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte.

Hoy habrá 350 personas en el Real Conservatorio de Glasgow para seguirlo en directo y millones lo verán por televisión en todas partes del Reino Unido. Sin duda, el debate, que tendrá una duración prevista de dos horas -el único encuentro en directo entre los líderes de las dos partes-, será el más importante de la campaña. No es una exageración decir que se tratará de una de las discusiones más trascendentes de la historia británica.

Los dos políticos son dos personalidades opuestas en todos los sentidos. Salmond tiene mucho carisma, es audaz y, según la mayoría de las encuestas, uno de los políticos más valorados en Escocia. Por el contrario, Darling, el exministro de Hacienda del Reino Unido, tiene la reputación de ser tan sólido como los gruesos muros del castillo de Edimburgo, un político integro, pero también algo soso.

Ambos son conscientes de lo mucho que hay en juego. Aunque las encuestas dan una ventaja clara a la campaña contra la independencia por un margen del 55% al 45%, hay un gran número de indecisos. Se calcula que hasta un millón de escoceses todavía no saben lo que van a votar el próximo 18 de septiembre, el día del referéndum, cuando tendrá que responder a la pregunta: '¿Debería Escocia ser un país independiente?'.

Sé de la particularidad que la testosterona parece tener un papel importante en esta campaña. La mayoría de los hombres se inclinan ligeramente a favor de votar 'sí' a la independencia. Salmond sabe que tiene que convencer al voto femenino. Según los datos de los sondeos, a las mujeres les inquietan mucho más las incertidumbres de una Escocia independiente y tienen más miedo por su futuro si el país se separa del Reino Unido.

Las incógnitas son muchas. Todavía no se sabe cuál sería la moneda de Escocia si gana su independencia. Los nacionalistas en Edimburgo dicen que la libra esterlina seguirá circulando como ahora. Pero todas las formaciones políticas en Westminster y el banco de Inglaterra coinciden de forma categórica en que no va a ser así. El argumento que esgrimen es de peso: la experiencia del euro demuestra con absoluta claridad que las uniones monetarias no funcionen sin una unión fiscal. Pero si una Escocia independiente tiene la misma divisa que el resto del Reino Unido, con tipos de interés idénticos y la misma política fiscal (sobre los niveles de impuestos y el gasto del Estado) ¿para qué sirve la independencia? La alternativa sería adoptar el euro (que no le gusta a nadie en Escocia) o lanzar una nueva moneda (algo muy arriesgado).

Los independentistas insisten también en que Escocia se mantendrá de forma automática dentro de la Unión Europea. Otros no están tan seguros. Hace poco el expresidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, opinó que para quedarse dentro de la UE, Escocia tendría que volver a negociar con los otros Estados miembros. Una vez más, hay un gran riesgo sin que los beneficios sean muy evidentes.

El debate de hoy será un conflicto fascinante de ideologías y estilos. Aunque Salmond goza de una gran popularidad personal, muchos escoceses no están muy convencidos de su proyecto para separarse del Reino Unido. Darling no tiene el carisma de Salmond, pero mucha gente piensa que es más razonable mantener la unidad. Y a veces, tener el don de la palabra no es suficiente. En 1945, el muy carismático Winston Churchill, héroe de la Segunda Guerra Mundial, fue derrotado por un hombre gris, el líder el partido laborista Clement Attlee. Al final la gente confió más en las ideas de Attlee que en el atractivo carisma de Churchill. Queda por ver si la historia se repetirá hoy en Glasgow y si el hombre gris derrotará al gran experto en apuestas arriesgadas.

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